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Entre la Carta y la Pluma


Enviado por   •  6 de Enero de 2023  •  Apuntes  •  1.944 Palabras (8 Páginas)  •  130 Visitas

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Entre la Carta y la Pluma

Todo empezó cuando escribí una carta con una noticia que nunca llegue a imaginar y después de hora y media, ya ni sabía que estaba intentando decir. Asi que decidí levantarme de la silla y dejarla en la mesa después de haberla sellado– ni siquiera sabía si la habia escrito para alguien o si era para mí misma– El caso es que tome mi abrigo para ir a una cafetería y encontrarme con un grupo de colegas de lectura, pero antes debía dirigirme a la biblioteca, y para mi sorpresa Ana –que era la bibliotecaria– me dijo que se habían vendido 20 copias de mi libo. Me quede sorprendida ya que solo ayer habían llegado hasta la estantería de las bibliotecas locales. Y en ese entonces me encontré con Alissia y Conor, Alis –que es como le decíamos por cariño– tenía una mirada de alegría, sus ojos brillaban como dos linternas nuevas, mientras sostenía un libro entre su pecho, y como una niña pequeña soltó un grito de emoción al verme y movía uno de sus brazos hacia arriba para que pudiera verla y acercarme a ella.

–Guao nunca pensé que llegaría a tener una amiga famosa –dijo ella de manera muy elocuente– ¿De dónde sacas tantas ideas para escribir libros tan buenos e interesantes?

Me ruboricé al escuchar una pequeña risa que soltaba Conor, mientras le decía que me dejara tranquila y nos poníamos en marcha a cumplir nuestros planes.

Al llegar a dicha cafetería  muchas personas del grupo de lectura, se acercaron a mí para felicitarme acerca de mi libro y de los orgullosos que estaban por conocer a alguien con ideas tan únicas y frescas. Fue en ese momento cuando tomaron la decisión de que el libro a leer esta semana seria el mío, ya que podía conocer de mejor manera que quería decir la escritora en cada una de sus líneas. Yo me negué más de una vez, pero a la hora de la votación no obtuve ningún voto de que leyéramos otra cosa, asi que debía prepararme para cualquier pregunta que me hicieran y solo tenía una semana para hacerlo.

Diles que no va a poder ir, inventa una buena excusa y asi nos evitamos tu ausencia para ese día,

  Era la primera vez que estaba de acuerdo con mi conciencia, pero al final no tuve la valentía para negarme o una buena mentira para decir que faltaría.

Tonta y ahora que vamos hacer, pues nada porque a la señorita no se le ocurrió nada.

Cállate y vuelve a dormir yo sola sabré como solucionar ese problema. En realidad si tenía una buena excusa para no ir, solo que no quería negarme a la idea de que Vierick leyera mi libro y pudiera entender porque hace muchos días me estaba comportando un tanto extraña. Todos esos sentimientos los dejé plasmados en esas páginas. Y fue entonces cuando note que él estaba parado frente a mí, y sin darme cuenta estaba diciéndome algo, pero mi mente seguía divagando acerca de cómo se tomaría la notica que  y de la dedicatoria que habia echo a su nombre.

–Oye, ¿estás bien? –pregunto con una cara de preocupación en su rostro y una voz algo asustada–.

–Sí, estoy muy bien, no tienes de que preocuparte.

Meredith se vea hermosa cada vez sé que ruborizaba por el hecho de que fuéramos a leer su libro. Pero después de que todos nos levantamos ella tenía una expresión diferente a la que solía tener, parecía asustada como si algo la tuviera preocupada, entonces decidí acercar me a ella para conversar un rato.

Vamos Vierick ambos sabemos que también es para saber qué era lo que le sucedía, pero al final no nos dirá nada y se iba a crear la incomodidad que siempre se formaba entre ambos.

Pero no está mal intentar, además tanto a ti como a mí nos encanta hablar con ella.

– ¿Hay algo que nuestra famosa escritora no quiere que el resto de las personas vea en su libo?

Me preocupo ver que su rostro no cambiaba, estaba como perdida en sus ideas y con todos los nervios decidí preguntarle si estaba bien, con la esperanza de que soltara la verdad, pero note en su mirada que me que mentía, no seguí insistiendo, ya que sabía que no iba a contarme lo que ocurría. Al menos su expresión cambio y me obsequio una pequeña sonrisa al ver que no seguía con el mismo temad de saber que pasaba por su mente. En ese momento se acercó Alis y Conor.

–Oye Meredith ¿vamos a ir a comprar los arreglos para navidad? –dijo Alis mientras abrazaba a Conor y él le hacía mala cara.

–Pero si aún no estamos en diciembre ¿para qué quieren comprarlo ahora?        –Conor coloco cara de extrañado al preguntarles–

 

Noté que Alis y Meredith se miraban como si ambas ocultaran algo

Y en ese momento mi mirada fue directo a Conor, para ver si se habia dado cuenta de algo –para que le conté eso a Alis, si era malísima guardando secretos– en fin creo que ninguno de los dos se dio cuenta y si fue asi ambos simularon el no saber nada – tal vez Conor ya lo sabía, pero no se atrevería preguntarme estando presente ni de Alis o de él, esa era una de las razones por la que me caía bien, sabía que podía contarle que asesine a una persona y Conor jamás diría nada a nadie, ni siquiera a la policía–

–Es que sabes que amo la navidad, y esta vez Meredith acepto a que decorara su casa lo antes posible.

   

–Las mujeres son un total misterio para mí –Dijo Vierick con una media sonrisa en su rostro–.

Al final fuimos los cuatro a una tienda cercana en donde clave mis ojos en una caja musical en donde una bailarían de ballet giraba, pero lo que más me impresiono fue que en sus pequeñas manos tenía una pluma de pavo real y en el espejo que tenía la parte de atrás de la figurilla decía; “soñamos con que algún día seamos aves, hasta el punto en que nos convertimos en una y en ese momento sabes que lo has logrado todo”. Los demás se detuvieron al ver en entraba a la tienda y observaba con mucho cuidado dichoso objeto, y le pregunte al anciano que estaba detrás del mostrador en cuanto salía la caja y solo soltó una pequeña sonrisa y escribió algo en un papel, y cuando lo leí le dije que no podía aceptar esa oferta era un costo demasiado alto y tan solo pensar en ello hacia que mi conciencia se retorciera, pero el insistía, entonces tome un pluma prestada y escribí otro precio, cuando el anciano vio, sus ojos se abrieron tanto que pensé que soltaría una risa en mi rostro, pero lo que sucedió fue que termino aceptando mi oferta y salí de allí de forma victoriosa.

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