Espaik un terrier para no olvidar

Espaik un terrier para no olvidar

Situación inicial.

        En una ciudad llamada Cherriet, había un perro llamada Espaik que amaba a su dueño, un día mientras iban al veterinario Espaik no alcanza a subirse al metro y se pierde en la ciudad.  

        Como no tenía quien lo cuidara lo adopta una familia muy cruel, quienes lo maltrataban y lo golpeaban. Ellos tenían dos perros que eran bien tratados, alimentados y queridos, estos perros que eran de raza Pitbull, todo el tiempo lo mordían, se burlaban y molestaban a Espaike que era un Terrier distinto, delgado, sucio, patitas flacas y débil por el tiempo que llevaba en la calle, pero tenia unos ojos azules que lo hacían muy especial y detrás de todo ese pelo sucio se escondía un hermoso perro con un corazón amable y bondadoso.  

        Un día la familia hace que Espaik pelee con uno de los grandes Pitbull para saber quién ganaba, llegó mucha gente y todos apostaban que el único ganador sería el perro Pitbull.  Antes de comenzar la pelea ambos perros amenazan mordiéndole una pata para que esté aún más débil en la pelea. ¿Por qué me haces esto? – Le dice Espaik - Si tú eres mucho más fuerte que yo.  El Pitbul le contesta- Porque te han bañado y ahora eres un bello perro que la gente no querrá que muera en la pelea. Espaik con miedo temblando asustado espera la pelea donde sabe que perderá.

Quiebre.

        Se inicia la pela y Espaik ya herido trata de defenderse de las grandes y feos dientes del Pitbull que lo muerde muy fuerte. Asustado y adolorido recuerda que el gran perro les tiene miedo a las arañas y se da cuenta que hay una colgada en la pared viendo la pelea. El perro le pide a la araña que lo ayude a ganar esta pelea porque sino morirá y no podrá encontrar a su familia que lo debe estar esperando. La Araña le dice – te ayudaré, pero si prometes que no saldré herida, ¿Cómo lo vamos hacer? Lo único que tienes que hacer – le responde Espaike - es subirte a mi oreja y mientras el pitbull se acerca para morderme tu saltas sobre él dándole un gran susto.

        El perro malo se acerca a morderlo nuevamente y la araña salta sobre su nariz, el Pitubll asustado sale corriendo “au, au, au, au” – me picó una araña- grita llorando, cuando en realidad solo de puso encima y de un salto se va colgada de su tela de araña, mientras el perro llora escondido atrás de una banca y no regresa a la pelea.

        Espaike aprovecho ese momento para darle las gracias a la araña y escapar de ese feo lugar. Mientras corría herido una perrita lo ve y decide ayudarlo para que pudiera escapar.

Desarrollo.

        La perrita al verlo herido lo ayuda.

¿Tienes dueño? – Le pregunta Espaik.

No, soy callejera, -¿y tu?

Si, pero me perdí y ahora quiero regresar a mi hogar, pero no conozco mucho la ciudad y estoy cansado y herido.

Yo te puedo ayudar – Le dice la perrita.

Juntos se van a recorrer la ciudad buscando al dueño de Espaik.

        Pasan varios días juntos recorriendo todos los rincones de la ciudad que el perro recordaba, ella lo ayudó a curarse a recuperar fuerzas buscando comida entre la basura y varios amigos de la perrita que la alimentaban y cuidaban en la calle.

        Hasta que un día cansados y rendidos de buscar y buscar Espaik reconoce la estación del metro donde perdió a su dueño, cuando lo alcanzó a subirse al metro y decidió quedar ahí por si lo volvía a ver.

Desenlace.

        El dueño de Espaik que nunca perdió la esperanza de encontrarlo lleno de carteles los postes hasta el último rincón de la ciudad, pero como Espaik estaba sucio de andar en las calles y comer de la basura nadie lo pudo reconocer. El dueño cansado de buscar se sentaba todos los días en la plaza a esperar a ver si el perro llegaba. Un día de esos se bajó del metro para regresar a su casa, Espaik lo reconoce desde lejos y corre a lanzarse sobre él, cuando el dueño se da cuenta que el perro que está detrás suyo es Espaik lo abraza fuertemente, se acarician, y los ojitos azules llorosos llenos de felicidad por estar juntos otra vez volvieron a brillar. El dueño le pregunta quien es la perrita que te acompaña, y el perro la abraza y lengüetea, queriendo decirle que es su amiga, entonces el dueño decide adoptar a la perrita y juntos los tres regresaron a casa y vivieron felices por muchos años.

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