Estructura mio cid

Estructura de la obra : Mio Cid

Planteamiento

La historia trata sobre los reyes, condes y demás autoridades de la realeza de España en los tiempos de la edad media, El Rey don Alfonso gobernaba y cobraba tributos cada año a los reyes de Sevilla y Córdova, el Cid Ruy Díaz Vasallo era el encargado de cobrar dichos atributos.

Desarrollo

El giro histórico sucede cuando el rey don Alfonso mando al Cid Ruy Díaz a cobrar el tributo que los reyes de Córdoba y Sevilla tenían que pagarle cada año. Almutamiz rey de Sevilla y Almudafar rey de Granada eran enemigos a muerte. A Almudafar lo apoyaban algunos ricos, hombres como el conde de García Ordoñez, Fortun Sánchez-yerno del rey don García de Navarra y Lope Sánchez quienes marchaban sobre Almutamiz.

Cuando el Cid Ruy Díaz se enteró como venían sobre el rey de Sevilla, lo tomó a mal y le preocupo bastante e inmediatamente envió cartas a los hombres ricos y condes que apoyaban al rey de Granada pero estos las desdeñaron y cayeron con toda su furia sobre el rey de Sevilla, desbastando todas sus tierras hasta el castillo de Cabra.

Clímax

El Cid alisto sus fuerzas que reunió entre cristianos y moros y partieron en contra del rey de Granada y contendió con ellos en lidia campal que duró desde la hora tercia hasta mediodía, e inmensa fue la matanza de moros y cristianos por parte del rey de Granada. Aun así el Cid sometió a sus adversarios obligándolos a dejar el campo.

En esta cruzada el Cid hizo prisioneros a don García Ordoñez y le arranco un mechón de las barbas y también atraparon a otros muchos caballeros. Tantos fueron los contrarios presos, que se perdió la cuenta. Tres días los tuvo presos el Cid y luego ordenó liberarlos, pero una vez detenidos ordenó a los suyos que reuniesen todos los bienes y riquezas dejados en el campo, y posteriormente se unió con su compañía y su botín a Almutamiz, rey de Sevilla.

Desenlace

El Cid convocó a sus deudos y vasallos diciéndoles que tenían que abandonar su tierra dentro de nueve días y que pretendía saber quiénes estaban resueltos a expandirse con él y quienes no, quien fuese se lo agradecería y quienes no pues se despedirían como amigos.

Antes del anochecer llegaron cartas a Burgos con disposiciones muy estrictas y avaladas por el señor real donde ordenaba que nadie le diera alojo al Cid Ruy Díaz y quienes lo hicieran perderían sus bienes, y además los ojos e incluso el cuerpo y el alma. Gran duelo tienen todos, rehúyen la presencia del Cid.

Finalmente Martin Antolinez pudo suministrarles las provisiones necesarias con que quedaban satisfechos el buen Cid Campeador y todos los suyos.

Relaciones temporales

...