Fisiología del caballo

Si nos adentramos en la fisiología del caballo, éstos poseen un amplio campo visual lateral; pero muy limitado el frontal. Su vista a corta y larga distancia es buena; pero no a media distancia. Pueden distinguir los colores verde, amarillo y gris. En cuanto a su audición, son capaces de reconocer sonidos a grandes distancias y reconocer voces familiares. El caballo utiliza su olfato para buscar alimentos, y en el caso de los potros, reconocer a la madre. Por cierto, la gestación de una yegua dura de 340 a 345 días y tienen sólo un potrillo por parto. Un dato que me ha llamado la atención es que el caballo es capaz de ponerse a tres patas, lo que le permite descansar, ¡ incluso dormirse de pie !.

La vacuna de la “gripe equina” permite prevenir la enfermedad en un 80% de los casos. Existe otra enfermedad llamada “el viento de un caballo”, que es una enfermedad que hace que el caballo emita unos ruidos extraños en su respiración, especialmente cuando está realiza grandes esfuerzos.

Los caballos mueven sus orejas creando con ellas su sistema propio de lenguaje:

– Si tiene las orejas con las aberturas hacia fuera y hacia delante: se mantiene tranquilo.

– Si sus orejas están en constante movimiento: está tranquilo pero alerta hacia algún ruido.

– Si sus orejas están rectas o hacia delante: está vigilante.

– Si sus orejas se sitúan ligeramente hacia atrás: el caballo está molesto.

– Si sus orejas están verticales: tiene miedo.

– Si las orejas están totalmente hacia atrás: el caballo está enfadado.

– Si tiene las orejas hacia los costados: el animal está relajado y/o cansado.

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