GRACIA Y ALEGRIA

GRACIA Y ALEGRIA

Es un ensayo escrito por Gerard Siegwalt en el año de 1979, es es traducido y condensado por: MIGUEL LOP. El autor explica el sentido de la gracia desde un punto de vista evangélico, es decir: según el Evangelio. Preguntarse por la gracia es preguntarse por la alegría; la realidad de la gracia se manifiesta en la realidad de la alegría.

La estrecha relación entre gracia y alegría está fundada en el mismo mensaje bíblico, en el Antiguo y en el Nuevo Testamento. Para justificar esta afirmación basta notar que el Evangelio tiene por tema la gracia manifestada en Cristo (cfr. Hch 20,24) y que este contenido central, la gracia de Dios, constituye el Evangelio, mensaje de alegría (eu-angelion), la buena nueva que hace alegres.

La tesis expuesta en este artículo es la siguiente: (preguntarse por la gracia es preguntarse por la alegría; la realidad de la gracia se manifiesta en la realidad de la alegría) y lo contrario a esta tesis sería: hablar de la gracia de una manera que no incluya la alegría, ante la excluya, no es hablar de la gracia.

No negamos que pueden tener su parte de verdad, pero si descuida el carácter gozoso de la gracia y si la manera de hablar de la gracia no produce alegría, es que ya nos hemos desviado de la gracia en su plenitud. El triunfo de la gracia, mal comprendida como una nueva ley, pone fin a la alegría como también pone fin a la libertad y a la confianza. Así como la gracia que libera e inspira la confianza está ligada a la alegría, la ley que esclaviza está ligada al temor, a la opresión y a la desconfianza.

El autor propone dos advertencias para entender el mensaje que desea trasmitir, el cual son: advertencia metodológica tiene un contenido esencialmente "teológico". Se trataba de la gracia en cuanto realidad portadora de alegría y de su delimitación con respecto a la ley mal comprendida en el sentido de un legalismo opresor. La segunda advertencia preliminar es más bien de carácter "antropológico".

Esto implica dos cosas: en primer lugar, la gracia es experiencia de gracia o no es nada; es una experiencia que se manifiesta en la alegría que ella da. Segundo, esta experiencia de la gracia no se produce independientemente de la experiencia global, es decir de la realidad total del hombre.

Pues según el testimonio bíblico, la gracia no da una alegría parcial, sino una alegría plena y completa, da la alegría en abundancia (Jn 15,11; 16,24; Hch 13,52; Un 1,4; 2Jn 12), da la plenitud.

Ha quedado claro que las afirmaciones teológicas deben probar su efectividad en la experiencia. O bien ellas están cargadas de experiencia en el terreno de la gracia y están entonces conformes con la gracia, o bien son extrañas a la realidad y no están conformes con la gracia.

La gracia es vivida como algo que sobrecarga la realidad, que se le añade "de más", que la invade desde fuera o que surge desde dentro. No se experimenta fuera de la realidad, pero es vivida como una dimensión particular de la realidad.

La gracia "natural" y la gracia "salvadora", sobrenatural, son inseparables. Esto quiere decir dos cosas: 1) existe una gracia de la creación; 2) esta gracia de la creación está en relación con la gracia de Dios que se revela en la historia particular de la salvación y después, para llevarla a cumplimiento, en el acto redentor de Cristo. Varios pasajes del N.T. afirman claramente que hay una relación entre el acto redentor de Dios en Cristo y el acto creador, y que éste se ha cumplido también en Cristo.

Estos pasajes, (Jn 1,4;1 Co. 8,6; Col 1,15ss; Hb 1,1-3) Cristo es llamado Creador y Señor del cosmos. Cristo, que ha realizado la obra de la salvación por su encarnación, su vida y sus actos, su muerte y su resurrección, es el mismo (y no otro) por quien Dios ha creado y mantiene todas las cosas. En Cristo, su Hijo, obra Dios en la creación y en la redención. Es por ello por lo que la creación, en la

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