ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

LA IMPORTANCIA QUE LA ELITE ILUSTRADA CONCEDIA A LA EDUCACION.


Enviado por   •  14 de Junio de 2015  •  2.165 Palabras (9 Páginas)  •  1.450 Visitas

Página 1 de 9

LA IMPORTANCIA QUE LA ELITE ILUSTRADA CONCEDIA A LA EDUCACION.

El presente ensayo aborda temas importantes en la historia de la educación donde en esta época existieron grandes cambios; un ejemplo claro es que se impartieron otras materias además de la religión. Para lograr algunos cambios fue necesaria la actuación de los siguientes personajes influyentes en la elite ilustrada, me refiero a Lorenzo de Zabala, José María Luis Mora y Valentín Gómez Farías.

Este último personaje fue uno de los congresistas que intervinieron activamente en la Constitución de 1824. Ahora, en 1833, ocupaba la vicepresidencia de la República y, por ausencia temporal de Santa Anna, se encontraba en ejercicio del Poder Ejecutivo. Con Gómez Farías tuvo lugar una reforma radical legislativa. Él objetivo central de esta revolución ideológica del liberalismo es modernizar a México. Esto significa dotar a sus nacionales de un instrumental ideológico que permitiese, por un lado, el establecimiento de instituciones políticas liberales, y por el otro, de un instrumental material que permitiese la industrialización. Como exponente de estos puntos de vista, Mora es un precursor del positivismo mexicano, considerado en un momento culminante. El primer paso que ha de darse, en opinión de Mora, es orientar la educación por los caminos que deben corresponder a una nación que anhela estar a la altura de su tiempo. Es preciso, para la estabilidad de una reforma -dice Mora-, que sea gradual y caracterizada por revoluciones mentales que se extiendan a la sociedad, y modifiquen no sólo las opiniones de determinadas personas, sino las de toda la masa del pueblo. Cambiar la mente de los mexicanos, cambiar sus ideas, deberá ser la principal meta de los reformadores mexicanos. Mora, como todo el grupo liberal, considera como ciencia básica para esta transformación las llamadas ciencias sociales. Acusa a España de haber impedido la difusión de estas ciencias en sus colonias para mantener a sus vasallos en la más profunda ignorancia de su situación y sus derechos:

Tanto la educación monarca como la educación militar servían a los intereses de los grupos de los cuales eran formadores. Ni en una ni en otra instrucción se desarrollaba el espíritu de libre empresa; ese espíritu práctico que permite al hombre enfrentarse como individuo a la multitud de problemas que la vida cotidiana le presenta. El conjunto de preceptos, ejemplos, documentos, premios y castigos que constituye la educación de los colegios, no sólo no conduce a formar los hombres que han de servir en el mundo, sino que falsea y destruye de raíz todas las convicciones que constituyen al hombre positivo. Nada de lo que se aprende en estos colegios sirve al individuo en la vida práctica, con lo cual los que reciben esta educación no hacen otra cosa que ver cómo se acomodan en sus respectivos cuerpos para obtener dentro de ellos los privilegios que les ahorren esfuerzos para los que no han sido educados. El que se ha educado en colegio -agrega Mora- ha visto por sus propios ojos que de cuanto se le ha dicho y enseñado, nada o muy poca cosa es aplicable a los usos de la vida ordinaria; que ésta reposa bajo otras leyes que le son desconocidas, de que nada se le ha hablado, y que tienen por bases las necesidades comunes y ordinarias que jamás son objeto del estudio, y se hallan, por lo mismo, abandonadas a la rutina. Por un lado está la teoría y por el otro la práctica. En los colegios sólo se forman hombres teóricos, ajenos a su realidad. Hombres incapaces de enfrentarse a los problemas que la misma podía presentarles. Este tipo de educación no puede formar sino individuos enemigos de todo cambio, de todo adelanto y progreso. Individuos conservadores incapaces de transformar su realidad. Individuos apegados a viejas tradiciones o costumbres sin criterio alguno para, al menos, examinarlos y adaptarlos a las nuevas circunstancias.

Mora, consideraba necesaria una correspondencia entre la educación y los ideales a realizar por el Estado y la nación. El Estado no puede ser sino el realizador de algo que está por hacerse, y no el protector de algo que aún no existe. La libertad de enseñanza no puede ser protegida si previamente no se ha logrado. y ésta no se logrará mientras no se arrebate el monopolio de la educación a las fuerzas que la habían tomado en la Colonia. Es necesario, dice Mora, que el sistema de un gobierno se encuentre y marche de acuerdo con los principios educativos.

Gómez Farías comprende perfectamente lo que la nación necesita para establecer un régimen de gobierno que esté fuera de la influencia del clero y de los elementos reaccionarios.

Educación, no como una de tantas funciones del Estado, ni mera transmisión de experiencias universales, de una generación a otra. Antes bien, rebasando su contenido pedagógico y convertido en el instrumento esencial de las reformas sociales. La creación de la Dirección General de Instrucción Pública para el Distrito y Territorios de la Federación, significa toda una nueva manera de concebir las actividades pedagógicas del Estado.

El 26 de octubre de 1833, se previno el establecimiento de dos escuelas normales, una para varones y para mujeres la otra.

Las reformas de 1833, según atinado resumen de don Justo Sierra, perseguían tres fines: destruir los fueros eclesiásticos, hacer entrar los bienes de manos muertas (los que no podía enajenarse) en la circulación de la riqueza general y transformar por medio de la educación el espíritu de las generaciones nuevas; sin eso -comenta dicho historiador- no se podría llegar a la libertad religiosa o de conciencia, base de las demás.

El programa de la administración de Gómez Farías para mejorar la condición moral de las clases populares, suponía la destrucción del monopolio del clero en la educación y un gran impulso, tanto a la educación elemental como a la superior. Se instaló la Comisión del Plan de Estudios, que después fue

Dirección General de Instrucción Pública, con la misión de ocuparse fundamentalmente de examinar el estado de los establecimientos educativos. La Comisión determinó tres principios rectores: 1º Destruircuanto era inútil o perjudicial a la educación y enseñanza; 2º Establecer ésta en conformidad con las necesidades determinadas por el nuevo estado social; y 3º Difundir entre las masas los medios más precisos e indispensables de aprender. El gobierno, para alcanzar estos fines, solicitó al Congreso autorización para el arreglo de la instrucción pública y con ella procedió inmediatamente.

Por ley el 12 de octubre de 1833 se extingue el Colegio de Santa María de Todos Santos. Por ley de 19 de octubre se da un paso en lo que toca al laicismo de la enseñanza, autorizando al gobierno para arreglar la enseñanza pública en todos sus ramos en el Distrito y Territorios, y de ese mismo día es el decreto que suprime la Universidad y establece una Dirección General de Instrucción Pública para el Distrito y Territorios de la Federación.

A la Dirección de Enseñanza correspondería manejar todos los establecimientos docentes y los depósitos de los monumentos de artes, antigüedades e historia nacional, los fondos públicos consignados a la enseñanza y todo lo concerniente al ramo. La determinación de los libros de texto, el conferir los grados, los planes de enseñanza, eran tareas de dicha Dirección. El Decreto de 23 de octubre se refiere a la erección de establecimientos de enseñanza pública en el Distrito Federal. Las cátedras que establece, sobre todo en los estudios ideológicos y humanidades y en los de jurisprudencia, están influidas por el pensamiento racionalista liberal. Dichos programas son exclusivamente para los establecimientos públicos y fuera de ellos se declara libre la enseñanza de toda clase de artes y ciencias, dándose, asimismo, libertad para que cualquier persona a quien las leyes no se lo prohibieran, pudiera abrir una escuela, dando aviso a la autoridad y “sujetándose en la enseñanza de doctrinas, en los puntos de política y en el orden moral de la educación, a los reglamentos generales que se dieron sobre la materia”. La intención de estas leyes es romper el monopolio educativo, dar al Estado las funciones que al respecto le conciernen y liberar y modernizar el tipo de educación.

Posteriormente en el notable plan político-educativo de 1833, no logró superar la pedagogía del lancasterianismo. Las escuelas fundadas por la benemérita Compañía continuaron funcionando como lo habían venido, haciendo desde 1823, si acaso con algunas ligeras mejoras en sus planes y programas de enseñanza. El plan de enseñanza lancasteriano, la falta de maestros, la estrechez de miras y la pobreza en principios de estas escuelas fueron un obstáculo para el desarrollo del plan de educación implicado en la reforma de Gómez Farías.

No obstante, es preciso reconocer los grandes esfuerzos que realizó la Compañía Lancasteriana en favor de la escuela primaria y la influencia que ejerció su pedagogía en México, durante 68 años. El sistema fue introducido en 1822, y aunque se clausuró en 1890, su influencia perduró hasta los umbrales de nuestro siglo, al través de las escuelas públicas llamadas "Escuelas del Rey".

Retomando el tema de escuelas lancasterianas es importante conocer que fueron nombradas así en honor a Joseph Lancaster quien trajo su idea evolucionista pedagógica el tipo de escuelas que funcionaron durante un tiempo como una disciplina en donde eran los más avanzados los que se encargaban de impartir las clases eran los “monitores” método de enseñanza mutua bajo instrucciones del monitor.Fue muy reconocida la enseñanza reciproca tanto fue el prestigio que adquirió la asociación lancasteriana que veinte años después es decir en 1842 el gobierno nacional entrega a la compañía lancasteriana la dirección de la instrucción primaria de toda la república.

Método económico y ágil en donde un solo maestro podía tener desde 200 a 1000 alumnos. Entre 1842 y 1845 la compañía estuvo a cargo de la dirección general de primarias al concluir deja 106 primarias con 5847 alumnos.

Desde que el niño entraba a la escuela hasta antes de su salida bajo la supervisión del director se controlaba a los alumnos por medio de ciertos requisitos, ordenes, premios y castigos. Se dice que las escuelas lancasterianas eran grandes salones donde llegaban a caber entre 100 y 300 niños frente al salón estaba el escritorio del maestro y a un lado dos lugares que los ocupaban los monitores de orden. Era un cajón lo que se utilizaba en estas escuelas como baño pero la mayoría de ocasiones se optaba por dar permiso de salir a la calle. Todos y cada uno de los monitores debían de ser instruidos y supervisados por el director, pues el no podía levantar la voz esa era labor del monitor mismo que era encargado de dar las lecciones a Diez niños.

La asignatura de escritura estaba dividida en ocho clases, la primera asignatura era para los niños pequeños a ellos se les ponía una cajita de arena quienes con ayuda de su monitor dibujaban las letras. De la segunda a quinta clase estaban dedicadas al ejercicio en pizarras; la séptima clase escribían trazos de letra grande y mediana, la octava clase practicaba letra pequeña y cursiva “manuscritos”.

Los alumnos aprendían las 4 primeras reglas enteros quebrados y denominados, la regla de tres y sus operaciones, se pretendía que el alumno estuviera constantemente activo. A los alumnos se les asignaban clases de acuerdo a su habilidad no a su edad.

Castigos

En uno de ellos se les colgaba una tarjeta en el cuello, o arrodillarse y poner los brazos en cruz, en ocasiones por faltas más severas para recibir golpes con la palmeta. A partir del año de 1814 la Cortez de Cádiz prohíbe los azotes.

En los certámenes públicos los alumnos eran examinados frente al público en cada asignatura los mejores reciban premios y reconocimientos.

Horarios y situación social.

Los Horarios eran de 8:00 a 12:00 y de 2:00 a 5:00

La entrada del monitor era a las 6:30 pues se dedicaba tiempo para instruirlo, la mayoría de alumnos solo asistía por las mañanas debido a que muchos dedicaban a trabajar para ayudar en el sostenimiento de su hogar, los alumnos de estas escuelas eran de familias pobres gran mayoría hijos de madres solteras o personas de oficios humildes, algunos de los muchachos abandonaban sus estudios.

A dos años después de la fundación de las escuelas lancasterianas los maestros recibían un sueldo de 100 pesos al mes pero con el tiempo algunas escuelas a falta de recursos cerraron la escuela y en ciertas ocasiones los maestros recibían un sueldo muy reducido y a veces eles retardaban sus pagos por ello se solía decir que los maestros solían vivir en crisis ya que era poco su sueldo y después de tiempo.

Como último punto hago mención que a lo largo del tiempo se han originado grandes cambios en la educación, y que han sido grandes aportaciones, claro que con el paso del tiempo se a tratado de mejorar cada una de las aportaciones y estrategias que se han generado ese es el propósito de la historia conocer nuestro pasado para poder comprender nuestro presente y mejorarlo a su vez y por supuesto no cometer los mismos errores.

...

Descargar como  txt (13.1 Kb)  
Leer 8 páginas más »
txt