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LECTO-ESCRITURA

yis_pinjk2510 de Enero de 2014

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LECTO-ESCRITURA

INTRODUCCIÓN

El que el niño aprenda a leer y escribir ha sido y es considerado como una de las mayores preocupaciones de cualquier institución educativa, docente o padre de familia. Si se detecta que los niños de determinado grupo o escuela, aprendieron a leer y escribir en un corto tiempo, se le califica al centro educativo como “bueno”, al maestro se le señala como excelente, al alumno como inteligente y a los padres se les reconoce el gran apoyo. Cuando sucede lo contrario, todos los participantes señalados anteriormente, son etiquetados, como “malos”, sin analizar que pudieron intervenir muchos factores cuyo

control estaba fuera de su alcance, los cuales pueden ser algunos de los siguientes:

- Que el niño presente lento aprendizaje o alguna otra deficiencia.

- Mala alimentación (desnutrición)

- Que haya habido poco o nulo apoyo por parte de los padres de familia, los

cuales pueden ser analfabetos, tener otras ocupaciones, etc.

- Que existan problemas familiares (divorcios, madres solteras, violencia

intrafamiliar, etc.)

- Bajos recursos económicos (pobreza).

Podemos ver que antes de que el niño ingrese a la escuela, presenta un gran

deseo por leer y escribir; rayando las paredes, el piso, muebles, etc., tratando de

adivinar lo que dice el letrero del camión, los anuncios o imágenes publicitarias, el

título de un cuento, etc.

Pero una vez que ingresa a la escuela pierde el interés, ¿será porque no se parte

de su interés y se le impone lo que debe leer y escribir?, así como el tiempo en el

que lo debe hacer, se le intimida o amenaza de que si no hace lo que se le indica no

aprenderá o reprobará, el conocimiento no es significativo, es decir, no encuentra

una razón, el por qué debe aprender eso, el por qué de esa manera, para qué, etc.

Muchos de nosotros como docentes enseñamos como nos enseñaron, como

creemos que es lo mejor o lo más fácil, sin considerar las características del grupo y

de cada integrante. Empleamos las mismas estrategias cada ciclo escolar sin tomar

en cuenta que ya son obsoletas o caducas, todo esto por miedo al cambio, por falta

de actualización o simplemente porque nos encasillamos en un solo método que

hace tres, cinco, siete, o más años nos funcionó, ignorando que todos los grupos son

diferentes y que hace falta tener mayor conocimiento del mismo, así como de las

etapas en las que se encuentra o los estadios por los que está pasando.

La lecto-escritura ha sido y sigue siendo considerada como una actividad

exclusiva de la escuela, que sólo es el único lugar en donde se adquiere. Cuando el

niño ingresa a primer grado lo consideramos falto de conocimiento, como un vaso

vacío el cual vamos a ir llenando de conocimientos que creemos que el alumno debe

saber o que se nos pide enseñar.

Los padres de familia al ver que sus hijos aprenden a leer y escribir en corto

tiempo, les llena de satisfacción y agradecen al profesor, además de considerarlo

como el mejor. En lo que respecta al docente, este atribuye los méritos a que eligió el

método correcto o el mejor para enseñar a leer y escribir, pero no reconoce o se da

cuenta que el alumno e s el principal en el éxito de este aprendizaje.

Estas actitudes nos como consecuencia que en varias aulas y escuelas, se

implemente año con año, generación con generación el mismo método de

enseñanza, sin considerar que los niños no son los mismos y que por tanto no tienen

o presentan las mismas características. Otros más realizan lo anterior por temor a un

cambio, por trabajar distinto a los demás, por facilidad, etc.

Existen quienes no sustituyen el método, dificultad en la forma de trabajo, para no

confundirlos, es decir, si los niños el primer año trabajaron por un método y en

segundo se aplica otro, puede confundirse al alumno. Lo que se pretende es que,

nosotros docentes no nos encasillemos en un solo método, forma de trabajo o teoría,

debemos actualizarnos para brindar un mejor servicio, en bien de ellos.

1.2. Diagnóstico Pedagógico.

En mi corta experiencia que tengo como docente trabajando al frente de grupo he

tenido diferentes dificultades: problemas de disciplina, bajo aprendizaje, falta de

comprensión etc., pero una situación que más me ha costado resolver o solucionar,

es la lecto-escritura en alumnos de segundo grado de primaria. Cuando comencé

trabajando con el grupo detecté por medio de la observación y de los trabajos que

realizábamos en clases, que la mayoría de los niños no saben leer y escribir.

Lo anterior hace que los alumnos no puedan comprender las otras materias y por

tanto el trabajo se vuelve más complicado. Por algunos comentarios que he

escuchado, esto se debe en gran parte, al profesor que atendió el grupo el ciclo

escolar anterior, a la metodología empleada, entre otras.

Actualmente me encuentro atendiendo al grupo de segundo grado en el Colegio

Vasco de Quiroga, ubicado en la Colonia Vasco de La Piedad, Michoacán, durante el

ciclo escolar 2002-2003. Mi principal problema es que la mayoría de los niños no

saben leer ni escribir, con lo cual también encuentro un bajo nivel académico en las

otras materias.

Esto lo pude detectar cuando dictaba algunos temas, ya que había niños que no

escribían sólo permanecían observando a los demás, por lo cual les llamaba la

atención pero no respondían, al revisar su cuaderno tenían la hoja en blanco.

Algunos otros al momento de dictar expresaban: “no dicte maestra, porque yo no se”,

otros más escribían pero omitían palabras, letras, o las confundían.

Viendo lo anterior tuve la curiosidad de saber si sucedía lo mismo en la lectura,

razón por la cual pedí que leyeran en voz alta, un texto de su libro de lecturas, al

observarlos unos sólo miraban a sus compañeros, otros movían la boca repitiendo lo

que escuchaban, para no recibir un castigo y algunos más dijeron: “yo no se leer”. De

40 alumnos aproximadamente un 60% no saben leer, un 25% deletrea y un 15% lee

bien. (Ver Anexo 1)

Según los padres de familia y algunos compañeros de trabajo esta situación que

presentan los alumnos se debe principalmente a que el profesor del grupo, durante el

pasado ciclo escolar, faltaba con gran frecuencia, cuando asistía no trabajaba con los

niños, mejor les ponía películas o realizaba cualquier otra actividad que no tenía

nada que ver con lo académico.

Mi trabajo se ha vuelto complicado por la situación en la que se encuentran los

alumnos, ya que quisiera darle mayor énfasis a la lecto-escritura, pero

desgraciadamente no es posible ya que el horario de clases es de 3:00 p.m. a 7:00

p.m., es decir, 4 horas, dentro de las cuales unas son destinadas a rezar,

computación, inglés, Educación Física, catecismo, música, etc., esto sin contar los 30

minutos de receso. Otra situación que me impide poder darle mayor importancia a la

lecto-escritura, es que los docentes que trabajamos en la institución tenemos que

seguir dos programas, el de la SEP, y el interno, el que implementa el colegio.

En el programa del colegio no se considera que se le debe dar mayor importancia

a la lecto-escritura, ya que según ellos los niños ya deben saber; además de que

constantemente tenemos supervisión, para revisar que estemos llevando dicho

programa, ya que de lo contrario se nos considera como profesores incompetentes.

Dentro de la poca atención que el profesor brindó el ciclo escolar pasado, los niños

están acostumbrados a no trabajar, por lo que presentan poco interés en el

aprendizaje.

Otra parte de los alumnos del grupo tienen problemas psicológicos y de

aprendizaje, por los castigos implementados por los anteriores maestros, como,

ponerles a los niños trenzas y a las niñas bigotes, es decir, ridiculizarlos y burlarse de

ellos; o los presentados en casa: divorcios, madres solteras, violencia, falta de

atención, sobreprotección, etc. Esto también complica mi trabajo, además de que

existe poco apoyo de los padres de familia, que consideran que con el hecho de

pagar la colegiatura, su hijo tiene derecho de obtener buenas calificaciones y por

ende aprobar el año, están más interesados en la cantidad y no en la calidad.

1.3. Justificación

El problema de lecto -escritura, lo elegí ya que es el influye más en mis labores

educativas, porque la mayoría de los niños no saben leer y escribir, y por tanto me

es imposible avanzar en otros temas

En el Colegio que laboro tengo que trabajar con dos programas el de la SEP y el

interno, en el cual se considera que los niños saben leer y escribir, por tanto nos

tienen distribuidos los temas que debemos ver por mes y están aplicando a los niños

constantemente exámenes de conocimiento. Por lo anterior me he visto muy

presionada, ya que cada vez que voy a tratar un tema nuevo, tengo que regresarme

a otros que debieron haber visto antes y a la vez tengo que ir avanzando con los de

este año.

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