LEER POR PLACER O EL PLACER DE LEER

¡LEER POR PLACER O EL PLACER DE LEER!

Leer es, más que ver letras o pasar los dedos por palabras punteadas, inclusive mucho más que entender lo que ellas dicen, es generar ese ambiente agradable de comprensión, donde el lector se conecta con una idea, la compara, la contrasta y se apropia de ella para propiciar conocimiento y creatividad.

No solo se leen letras, el abanico de alternativas va desde las imágenes, letras, sonidos, texturas, olores, hasta todas las formas posibles que se puedan percibir por los sentidos, tantos físicos como psíquicos.

La lectura debe ser ese vehículo que nos transporta a mundos mágicos e incomparables a la realidad, a sitios inimaginables o conocidos, a sentimientos encontrados, a sensaciones inexploradas, en fin a vivir experiencias sensoriales captadas por los sentidos. Ese debe ser el placer de leer.

Hoy en día, y gracias a la tecnología, la gente lee más, pero comprende menos, ve más pero disfruta menos, esta más en contacto con la realidad virtual que con su imaginación, en fin se vive en un mundo inducido, donde las palabras van perdiendo significado y la imagen y el movimiento son casi una única forma de percibir su existencia.

Es oportuno preguntarse ¿Será suficiente esa lectura superficial? ¿Cómo buscar y encontrar ese algo sustancioso que proporcione el placer de leer? ¿Cómo imaginar el ayer y el mañana desde el hoy? Obtener las respuestas apropiadas deben formarnos como ciudadanos, como personas integrales, como seres sensibles ante los demás y el entorno.

Leer por placer debe ser entendido desde la libertad, desde la decisión de explorar los gustos y los intereses individuales, de leer o no leer que o cual cosa; en este sentido el escritor francés Daniel Pennac en Como una novela (1992), propuso una lista provisional de los derechos del lector. Conocido como el Decálogo de Pennac:

1) El derecho a no leer.

2) El derecho a saltarnos páginas.

3) El derecho a no terminar un libro.

4) El derecho a releer.

5) El derecho a leer cualquier cosa.

6) El derecho al bovarismo.

7) El derecho a leer en cualquier sitio.

8) El derecho a hojear.

9) El derecho a leer en voz alta.

10) El derecho a callarnos.

Si leer cualquier cosa es su derecho, es deber nuestro recomendar las buenas lecturas, en especial obras literarias, entender que a través de la literatura es la forma más fácil y estimulante de tocar el alma de la gente.

Luis B. Prieto F en La magia de los libros, describe que, “Cada época tiene sus libros,

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