LEER ¿ES UN PLACER?

LEER ¿ES UN PLACER?

Gino Raúl De Gasperín Gasperín

        El secretario de Educación, al anunciar el enésimo programa de lectura para el país, dijo que el mexicano lee, en promedio, 2.9 libros al año, que los alemanes leen 13, los españoles 7.5 y los portugueses 8.5 libros al año.

        Agradecemos estos datos, aunque no nos revelan nada sustancioso, Los agradecemos porque, como decía Antoine de Saint-Exupery  (El principito), los humanos solo entendemos algo cuando nos los dice con números, Pero esos escuetos datos los podemos completar con otros que sí nos exponen, con meridiana claridad, el anémico panorama de la lectura en nuestro país. Son datos proporcionados por dos fuentes: la Encuesta Nacional de Lectura que la UNAM realizó en el año de 2006, a petición de CONACULTA y fue la encuesta “más amplia que se ha hecho en México sobre la lectura”, según dijo entonces su titular Sari Bermúdez. La otra fuente fue una Encuesta Nacional de Ingreso y Gastos de los Hogares (ENIGH), de 2005. No hay datos más recientes ni se ha hecho ninguna nueva investigación. Así es que ahí van algunos, escogidos.

        Veamos: eso de 2.9 libros “en promedio”, significa que los cincuenta y tantos libros que yo leo al año los comparto estadísticamente con otros 20 mexicanos que no leen nada. Y como nuestro minúsculo círculo de lectura lo componemos cuatro o cinco maestros, nuestros 200 o más libros leídos los repartimos entre casi 100 mexicanos que tampoco leen nada. ¡Enhorabuena!  Y esa transmisión de mis y nuestras lecturas ¿nos beneficiará a todos, proporcionalmente?

        Otro asunto: Lástima que el secretario no haya mencionado otros datos, más reveladores, que contienen esas encuestas. Ahí van unos (nota: se recomienda tener a la mano la caja de pañuelos desechables):

1. La UNESCO recomienda un promedio de 25 libros al año por cada habitante, En Japón, Noruega, Finlandia y Canadá se leen 47 libros al año.
2. El 13% de los mexicanos  (¡son 14 millones!) confiesa que nunca ha leído un libro.
3. El 40% dijo que jamás ha entrado a una librería (¡44 millones!)
4. De estos que no leen, el 69% dice que es “porque no tiene tiempo”.

¡Tétrico, ¿verdad?! Pues aquí viene lo peor:

1. El 40% de los que leen, dijeron en 2005 que en ese entonces ya leían menos que antes. Cuando se les pregunto cuando fue que leyeron más, contestaron (el 83%) que cuando tenían 6 y 22 años. Esto es, en la edad escolar, cuando de una u otra forma se les obliga y tienen que leer libros de texto.
2. Según la encuesta ENIGH, en 2005 había 8.8 millones de mexicanos con estudios universitarios y de posgrado  (ahí van incluidos los políticos). De estos, el 18% (¡1.6 millones!) confesó no haber hollado con sus pulidos pies el desolado terreno de una librería.
3. De esos mismos, privilegiados del sistema educativo, el 43% (3 millones) dijeron que no leen literatura, el 23% (2 millones) que no lee libros de nada, el 40% (3.5 millones) no lee periódicos, el 48% (4.2 millones) no lee revistas de ninguna especie, ni siquiera Play Boy, el 7% (casi medio millón) no lee nada, nadita de nada.
4. Y seguimos con nuestros egregios universitarios: el 30% (2.6 millones) confeso no gastar sus centavos en libros, el 16% (1.4 millones) gasta ¡menos de $300 al año!, es decir, apenitas si compra uno o dos libros. Es decir, que casi la mitad de los universitarios no compra libros…
5. Y más de la elite intelectual universitaria: de esos pocos que leen, el 77% dijo tener su propia biblioteca casera, pero en el 68% de esas bibliotecas hay menos de 50 libros…Claro, deben ser muy selectos…
6. Y dejemos a estos raros especímenes de nuestra “inteligencia mexicana”.  Volvamos con el público en general: según el ENIGH, el 55% de los mexicanos (por lo menos 60 millones) no invierten sus pesitos en comprar libros, y tienen razón, ¿para qué tirar el dinero, y más siendo tan escaso que apenas si alcanza para cigarros y cervezas… y antros?

Feo baile de número, pero los reproducimos para adicionar lo que calló el secretario de Educación… por prudencia política.

Concluyo: el interés o desinterés de los padres de familia y los maestros por leer se produce en los hijos y alumnos. Punto.

*Academia Mexicana de la Educación

Ginoraul49

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