La Leyenda De San Jorge

Leyenda de San Jorge:

Cuenta la leyenda que en las tierras de Libia, un misterioso pueblo, asechaba un feroz dragón ocultándose en un inmenso lago con la perspectiva de un mar, tras una gran muralla del pueblo. Además, el dragón tenía un apestoso aroma el cual se percibía alargas distancia. Todos los días los habitantes del pueblo alimentaban al dragón con dos ovejas, de lo contrario este se acercaba a la muralla en busca de su alimento, y provocaba la muerte de algunas personas debido a su repugnante olor.

Tras al alimentar todos los días al dragón, los habitantes de la región ya casi no tenían ovejas, pese a esto se vieron obligados a realizar un tratado, en el cual acordaron que todos los días se realizara un sorteo en el cual no se excluirá a nadie y la persona elegida se vería obligada a ser arrojada al lago junto a un oveja como alimento de la bestia. Pero llego un momento en el cual el pueblo carecía de habitantes para alimentar a la bestia. Cuando el número de habitantes era bastante reducido, la mala suerte le arribo a la única hija del rey. El rey profundamente entristecido se negó y pidió una excepción a los habitantes, pero el pueblo indignado se negó.

En vista de lo que estos le respondieron, el rey comenzó pidió con un frágil tono de voz un plazo de ocho días para despedirse de ella.

El pueblo accedió; pero, al pasar los ocho días, los ciudadanos le exigieron al rey que entregara a su hija para arrojarla al lago. Estos enojados reclamaron ante su palacio, por lo que el rey se vio obligado a acceder.

La doncella se paro delante de su padre y le pidió que la bendijera antes de emprender aquel viaje. Mientras el rey lloraba de tal manera que parecía que se acabara el mundo, este la bendijo; tras esto, la joven salió de la ciudad y se dirigió hacia el lago. La joven llorando mientras caminaba, se encontró casualmente con san Jorge, quien al verla tan triste, le pregunta cuál era la causa de que derramara tantas lagrimas. A lo que la doncella le contesto que no se detuviera y que siguiera su camino.

Sin embargo, San Jorge se negó y le pidió una explicación. Cuando la hija del rey confeso la causa, este sin pensarlo dos veces le ofreció ayuda.

Fue ahí cuando el dragón salió a tierra y avanzo hacia ellos. Entonces, la doncella al ver que el feroz dragón se acercaba, le grito al valiente caballero que huyera.

San Jorge, dio un salto y se acomodó en su caballo, le pidió ayuda a Dios, enlisto su lanza, y haciéndola vibrar en el aire, se dirigió hacia la bestia a toda carrera, y cuando estaba lo suficientemente cerca le clavo la lanza en el cuerpo hiriéndolo. Después de esto, miro a la joven y le dijo:

- “Quítate el cinturón y sujeta con él a la bestia. No temas, hija; haz lo que te digo”

Una

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