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La aventura del trabajo intelectual ¿cómo estudiar e investigar?


Enviado por   •  8 de Marzo de 2016  •  Resúmenes  •  1.977 Palabras (8 Páginas)  •  589 Visitas

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La aventura del trabajo intelectual
¿cómo estudiar e investigar?

Con el presente trabajo basado en el material de Armando Zubizarreta haré una descripción general acerca de la vida académica, profesional e investigativa del estudiante universitario a lo largo de su formación; pues si bien, desde que decide ingresar a su Facultad debe tener bien definidos sus objetivos por cumplir dentro de la misma, tomando en consideración cada uno de los elementos que influirán en sus decisiones, tales como los familiares, las cuestiones políticas y las cuestiones meramente universitarias. En cuanto a esto, el joven universitario ha de estar consciente del posterior servicio de sus conocimientos ya sea como profesional, científico u hombre culto según los juicios de la Universidad. Como profesional deberá aplicar su saber a las necesidades de la sociedad en la que se desenvolverá, y la tecnología será su instrumento por excelencia en el saber cómo hacer con esencial fundamento científico. Si como científico ha de considerarse, deberá dedicarse a crear nuevos conocimientos en su disciplina convencido de que el conocimiento teórico es el primer paso necesario de la practicidad, todo esto encaminado a la resolución de problemas y satisfacción de necesidades de la humanidad. Un hombre recibirá el nombre de culto cuando comprenda el significado de las raíces históricas, artísticas y filosóficas de la cultura humana, siendo libre, responsable y solidario con los demás aventurándose en la sociedad. 
Cualquiera que sea la elección del estudianteuniversitario deberá tomar en cuenta ante todo la investigación científica como elemento principal para la creación de nuevos conocimientos para el bien de la humanidad y renovación de la naturaleza. Esta herramienta llamada ciencia le permitirá conocer su naturaleza biológica, su convivencia social, su psicología individual y colectiva y en algunas ocasiones sus creaciones culturales. Toda esta práctica humana, además de la científica y la tecnológica, está sujeta bajo criterios ético-políticos, y el humanismo es la ética de la inteligencia ferviente a la existencia misma del hombre. 
Por tanto, al hablar de la vida intelectual se pone énfasis en el cumplimiento de las más importantes tareas sociales, dado que la inteligencia se ubica como origen de la técnica que hoy nos elogia y hace posible la organización social para beneficio de las personas. Lo que caracteriza principalmente a la persona intelectual es su libertad de crítica al buscar el sentido del contexto circundante; por ende, el símbolo de la vida intelectual es la interrogación, y también es hallazgo y ordenación de las respuestas. Primeramente el individuo deberá identificar su vocación, entendida como el impulso hacia un tipo de quehacer especifico en el cual se desenvolverá con todo lo que conforma su ser, es decir, sus aptitudes, sus experiencias, sus motivaciones y su historia cultural, social y personal. En un primer momento determinara su ánimo personal por elegir una profesión universitaria; posteriormente se encaminara a un área determinada de los conocimientos, evitando la influencia motivacional o juicios externos. Por último, decidida una rama general, deberá clarificarse en una profesión específica atendiendo a consideraciones de necesidades sociales incluyendo el interés personal. Es así como la vocación se convertirá en una compleja tarea de elucidación personal para asegurar la realización como persona en el seno de la comunidad. 
Durante la vida intelectual del individuo, el maestro es quien asegura su continuidad ya que es entorno a él que se constituyen los investigadores, profesores y aprendices en la escuela. El maestro asegura el rendimiento y desarrollo de la inteligencia del universitario a partir de su observación en la falta de constancia y tenacidad de su trabajo; por tanto, da cuenta del ser del alumno en tiempo presente y además, tiene una proyección de la imagen posible del joven en el futuro de su desarrollo profesional, de docente o investigador. De lo anterior puedo citar de Zubizarreta (1969; en Ramón y Cajal, 1945) que “la más pura gloria del maestro consiste, no en formar discípulos que le siguen, sino en formar sabios que le superen”. Así pues, en el alumno deberá despertarse el sentimiento de la responsabilidad para que su vocación intelectual adquiera el vigor para el cumplimiento de sus tareas, y de esta manera sea autodidacta y observe su propio desarrollo intelectual con el propósito de aprovechar al máximo todas las enseñanzas recibidas; pues estas tareas pedagógicas tienen especial importancia en la enseñanza-aprendizaje, derivándose la esencialidad de los seminarios las prácticas de laboratorio y de campo, como medios para aprender e investigar. Cada una de las técnicas que emplea la pedagogía tiene la finalidad de hacer riguroso el desarrollo intelectual. 
Cabe resaltar que al inicio de su vida intelectual o académica, el joven empieza a comprender la tensión y cambios que se suscitan en su rutina, habiéndose que incrementar día con día por el recorrido de su aprendizaje. A partir de ello comenzará a enfrentar tanto criticas de terceros como críticas al trabajo propio que lo obligaran a realizar de manera ardua las tareas correspondientes para con el cumplimiento de su objetivo principal. Además es muy probable que se genere en él una cierta insatisfacción personal que dará pie a la constante preparación y superación de su especialidad; porque en muchas ocasiones existe una vida ejemplar de la cual el joven estudiante se siente motivado e inscribe su imagen que de él mismo sueña en el molde ideal de esa vida. Es entonces a partir de la convivencia social y colaboración que el joven es capaz de superarse y transformar su ambiente para que su vida personal adquiera sentido. 
Por otra parte, la creación intelectual es posible a partir de que el universitario reflexiona acerca de las circunstancias propicias imprescindibles para su aprendizaje y de aquí que se derive la importancia de la memoria, como parte de este desarrollo. Si bien, aquello que esté al servicio de sus intereses ocupará un lugar selectivo en su memoria para que fácilmente pueda aprovecharlo cuando así lo requiera y, por otro lado, el
olvido se muestra “esencial” cuando de poner en orden los recuerdos se trata y aleje las representaciones que no usa continuamente. De este juego entre memoria y olvido, depende la progresión de la enseñanza y el aprendizaje; ya que el proceso de conocimiento en el esfuerzo por obtenerlo hace posible una fuerte conservación de la memoria de los contenidos intelectuales. Una manera eficaz de consolidar el aprendizaje es precisamente con el reaprendizaje, es decir, repasos que aseguran lo aprendido en nuestra memoria. 
En base a lo anterior y en cuanto a cada uno de los elementos constitutivos del desarrollo de la inteligencia del estudiante, cabe poner énfasis en el carácter negativo o positivo de todo lo que le rodea ya que esto influirá en la manera que le dé sentido a sus cosas incluyendo la potencia de su intelecto. Aunque no es suficiente con que sepa que tiene la capacidad, sino saber cómo la tiene y como la utiliza para su bien personal. La voluntad del individuo cobra relevancia porque gracias a ella puede desarrollar sus facultades, complementar su carácter y equilibrar su actitud. Aquí es indudable la presencia de la duda inteligente durante el cultivo de su personalidad ya que le permite ser crítico a sí mismo en su desarrollo gradual y sistemático. 
El tiempo que el estudiante universitario dedique en su actividad intelectual resulta sumamente esencial para que saque el mayor provecho de los medios e instrumentos con lo que cuenta, además de estar consciente de sus posibilidades reales; con un esfuerzo austero y disciplinado aprenderá a obtener el mayor rendimiento de dichos instrumentos. Sin embargo, en muchas ocasiones se presentarán situaciones que impidan e interfieran con su voluntad en su actividad intelectual, en estas circunstancias es recomendable no dejarse llevar por estados pasajeros anímicos o físicos; recurrir a actividades practicas externas y después regresar a la tarea.
Ahora bien, una de las tareas fundamentales y la más importante en la actividad académica del estudiante es el leer. Al respecto, pueden distinguirse dos impulsos hacia la lectura, uno es la intención por la imaginar una vida que de cierto modo se anhela enriqueciendo la limitada experiencia; en este sentido, la lectura recreativa cobra sentido al perfeccionar y proporcionar nuevas experiencias y sentimientos que ayudan a la maduración interior; y otro sería buscar el perfeccionamiento de la inteligencia y el increíble interés por el saber, es decir, aquella lectura que se realiza por cultura al margen de las limitaciones meramente estudiantiles o profesionales. El estudiante al leer con el ánimo de intensificar su vida intelectual, debe hacer una adecuada y oportuna elección de su lectura. Para leer es imprescindible el verdadero interés para poder comprender lo que se hojea y gozar de lo que se está aprehendiendo. De lo contrario conseguirá un fracaso en su lectura al leer solo por cumplir un deber que se siente ajeno a su vocación o también por hacerlo con una velocidad desesperada con el único propósito de terminar cientos de páginas por la obligación. Cualquiera que sea el tipo de obra que el joven deseé comprender se deberá respetar al autor y los pensamientos que ha plasmado en sus páginas y sobre todo aprender a deslindar su posición frente a la del autor.
La señal más clara de que la lectura participa dialécticamente en el aprendizaje es que ha dejado una huella tangible de su proceso. La lectura llegará a formar parte vital en el desarrollo del estudiante como una autentica vocación intelectual; y ya no sólo se trate de una solo lectura, sino de una relectura más cuidadosa para que logre compenetrarse con la obra para comprender profundamente su contenido y entender la riqueza del saber del autor. Esto es muy importante dado que cuantas as veces se lee un texto, mejor se entiende y es más amplio el saber puesto que se ha ganado conocimiento y se ha perfeccionado el rigor científico y ocasionalmente la experiencia vital. Es en los libros donde se deposita gran parte de la cultura humana, como una suma de experiencias, conocimientos, anhelos y la visión de la vida. 
Dentro de la vida intelectual el estudiante hace ejercicio del pensamiento crítico y se expresa más propiamente en la investigación, tarea que incrementa constantemente el contenido abierto de la ciencia. Aunque no en todos los casos se hace practica de la investigación, el interés se orienta a la aplicación profesional, práctica, de los conocimientos científicos ya adquiridos. La investigación supone aplicar la inteligencia a la comprensión de la realidad, cuya característica fundamental para las tareas es la capacidad de observación. Asimismo, la exactitud comprende uno de los rasgos más sobresalientes del investigador y por tanto, la investigación es, esencialmente, inteligencia en ejercicio. Para que el universitario realice su tarea es indispensable que reconozca sus condiciones personales, intelectuales y humanas. Indiscutiblemente, se requieren fuentes de información preliminares que le ayuden con su repertorio bibliográfico y lo más importante es el conocimiento de la bibliografía. El profesor como guía y consejero, se convierte en la primera fuente de información con la que cuenta el alumno y al que debe recurrir principalmente. No obstante, deberá independizarse y esto lo lograra en el momento que recoja y ordena una bibliografía de su tema. Ésta deberá ser completa, que pueda brindarle la posibilidad de considerar sus características y evaluar su utilidad, de calcular el tiempo y el esfuerzo necesario, y el docente le brindará su ayuda al seleccionar la bibliografía de acuerdo a su importancia y tratamiento sistemático del tema. 
El alumno tendrá la posibilidad de acercarse a diversos depósitos de la información y conocimiento; será su decisión el tiempo que deba dedicar a su consulta y a la utilización de otros complementos bibliográficos para tener una extensa fuente teórica, epistemología, histórica y aplicada para la realización de su quehacer científico y académico; todo sea por enriquecer sus conocimientos y lograr la satisfacción en su aprendizaje adquirido y por los servicios a la sociedad cultural y universitaria con sus aportes intelectuales.

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