La muerte un amanecer Elisabeth Cumbler-Ros

La muerte un amanecer Elisabeth Cumbler-Ros

Este libro fue muy significativo y de gran ayuda para mi, ya que trata de un tema que particularmente me conmueve mucho, puesto que, habla de cómo afrontar la muerte, como verla desde un punto de vista diferente, de saber comprender a la persona que va a morir, en fin me permitió asimilar cómo enfrentar la pérdida de un ser querido. Para mí fue sumamente importante, porque hace 3 años tuve que vivir una experiencia muy triste en mi vida y fue la pérdida de mi hermano, a quien yo consideraba mi morocho, mi otra mitad, mi hermano inseparable, mi guía. Fue muy desagradable pasar por esta situación, ya que, nunca estamos preparados para vivir un momento como este.

Al leer el libro comprendí muchas cosas entre ellas que la muerte no es el final, que es el comienzo de algo mejor, que no debo negarme a la realidad solo aceptarla y seguir adelante, aprendí que todo siempre pasa por algo que aunque me cueste aceptarlo debo seguir adelante. Que la muerte es algo que nos va a suceder a todos y que aunque nunca lo esperamos en algún momento vamos a salir de este mundo y comenzar después de aquí otra vida, la que la autora llamó la muerte, ya que, ella consideraba que después de la vida venía la muerte, solo que no es ese lugar feo que todos en algún momento nos imaginamos, al contrario, es lo más hermoso porque nos reencontraremos con esas personas que algún día perdimos y que quizá extrañamos tanto, además, con la muerte nos olvidaremos del dolor, del sufrimiento, y de las injusticias de la vida. Me encantó una frase muy bonita de la autora la cual decía lo siguiente: Busqué a mi alma; a mí alma no la pude ver.

Busqué a mi Dios; mi Dios me eludió.

Busqué a mi hermano y encontré a los tres.

Me identifiqué mucho con ella porque es a si desde el instante que decidimos aceptar la muerte como un comienzo y buscamos al ser que mas queremos vamos a encontrar la paz interior, nuestra alma, a Dios y al ser que creemos perder y que tanto amo, indudablemente ese es mi hermano.

Aprendí que siempre debo buscarle el lado positivo a las cosas, porque siempre todo pasa por una razón, aunque a veces no lo veamos o entendamos a sí, me di cuenta de que el tiempo cura todo, a veces lo mejor es muy doloroso. Puesto que aunque me duele su partida y no deje de extrañarlo cada día más se que siempre él va a estar presente en cada una de las cosas que hago apoyándome y viviendo mi día a día, desde lejos, aunque no lo pueda ver el siempre será mi guía.

También comprendí que debo ser fuerte para sobrellevar esta situación, y ayudar a mis padres a vivir esto como una prueba más que nos puso Dios y la vida, lo importante es entender que mientras estuvo en vida lo amamos y le dimos todo lo que se merecía, particularmente yo mientras pude siempre pasamos los mejores y peores momentos juntos, nadie lo supo como él y yo, fue mi pañito de lágrimas y yo la del, y siempre fue mi apoyo y sé que lo sigue siendo. Se trata de ver esto como un momento lejos de ellos físicamente, pero espiritualmente siempre están ahí presentes en nuestras vidas. Aceptar, sonreír, y seguir adelante es la mejor decisión, a si que de ahora en adelante voy a vivir cada día intensamente, con sus altos, y bajos, con sus tropiezos y sus mejores momentos, gracias a esta experiencia ahora me dedico a hacer sonreír a los niños en los hospitales, porque la mejor forma de aliviar el dolor es hacer vivir a través de la sonrisa a los niños hospitalizados

Y apoyarlos aliviar el momento en ese lugar llenos de alegría, a su vez, acompañar al familiar y ayudarlos a afrontar la muerte o la enfermedad del niño sin tanto dolor, les enseñamos aceptar y a vivirlo de otra manera, mediante la sonrisa. Esto lo vengo realizando, desde hace un mes aproximadamente, ya que pertenezco a una Fundación sin fines

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