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LA MUERTE: UN AMANECER ELISABETH KUBLER-ROSS

Tania FloresTarea19 de Febrero de 2016

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LA MUERTE: UN AMANECER

ELISABETH KUBLER-ROSS

Este libro lo comenzó a escribir debido a una experiencia personal que la indujo a permanecer con los enfermos terminales para que pudieran prepararse en el momento de la muerte de manera digna, gracias a sus conocimientos permite que hoy muchos médicos, enfermeras y personas en el mundo, estén científicamente preparadas para entender, acompañar y ayudar a cualquier ser humano en los momentos difíciles que anteceden su muerte. Es originaria de suiza con varios títulos de honoris caus, debido a que permaneció muchas horas con los enfermos moribundos, anoto sus comportamientos y así descubrió que estos pasaban por cinco fases. También escribió sus propias experiencias del más allá, de las cuales pensaban que tenía problemas psicológicos pero a pesar de esto, el único objetivo que tubo fue el ayudar al lector a entender la muerte. Para ella nuestro cuerpo físico solo representa una parte de nuestra existencia global, después de la vida hay algo mas allá de la muerte, nos relata las experiencias de personas que han muerto y regresado a la vida.

VIVIR Y MORIR

Hay mucha gente que pensaba que la Doctora Ross se estaba volviendo rara por haber visto demasiados moribundos, pero ella dice lo siguiente: “la opinión que las personas tienen de ti es problema suyo no tuyo”, cuando se pasa mucho tiempo con personas a punto de morir, de alguna manera se percibe que ellos ya saben que la muerte se aproxima, algunos se despiden y después de esto, se queda la sensación de que fuiste la primer persona en atender seriamente sus palabras. Se estudiaron veinte mil casos donde personas que fallecieron, regresaban a la vida después de una reanimación o por si solas, la experiencia de la muerte es como la del nacimiento, algo natural, un nacimiento a otra existencia, esto es mas que las creencias en las cosas del más allá. En el momento de la muerte hay tres etapas, somos como una mariposa en su capullo, cuando nuestro capullo de seda se deteriora ya sea por una enfermedad, suicidio u homicidio, el capullo se rompe y libera la mariposa, esta representa nuestra alma, esta es la primera etapa, cuando aun tenemos energía física; la segunda etapa es cuando la mariposa abandona el cuerpo, cuando las funciones básicas no permiten mas mediciones, aquí el capullo se rompe y la mariposa se encuentra libre, solo contamos con energía psíquica, estas energías son las únicas que podemos manipular. Por tanto nosotros tenemos la capacidad de elegir la forma de utilizarlas, de manera positiva o negativa, en el momento que el alma libera el cuerpo, somos capaces de ver todo lo que sucede en el lugar donde se encuentra nuestro cuerpo. Nosotros no podemos distinguir un alma que ha abandonado un cuerpo; a veces las personas abandonan su cuerpo estando en una cirugía y observa dicha intervención, por esto no debemos hablar de mas cuando estemos presentes, ni en pacientes moribundos ya que estos aunque estén en coma, son capaces de escucharnos, así que nunca es tarde para disculparse o despedirse de estas personas, aunque sea después de fallecidas, no importa si fue ciego, sordo o mudo, aun nos escuchan. Muchos se mantienen escépticos, pero son los mismos casos en donde personas en silla de ruedas tienen una experiencia extracorporal y vuelve, platican que podían bailar, o personas que perdieron el pelo a causa de las quimioterapias o alguna parte de su cuerpo, se encontraban intactas, a las únicas personas que les creen es a los ciegos, porque al volver platican de sus joyas y los colores que estos tenían. Si alguien no quiere admitir un hecho, encontrara mil argumentos para negarlo, no trates de convencerlos, ellos cuando mueran sabrán de lo que hablabas. En esta segunda etapa nos daremos cuenta de que nadie puede morir solo, cuando se abandona el cuerpo, ya no existe el tiempo ni la distancia, así que si una persona muere pensando en algún familiar o ser amado, la fuerza de su pensamiento hace que se manifieste con esa persona y como no se puede morir solo, si tenias un hijo que murió  a los 20 años y tu mueres a los 99, te lo volverás a encontrar como estaba porque para el fallecido un minuto es para nosotros cien años de nuestro tiempo, es por eso que cada ser esta acompañado de seres espirituales desde su nacimiento hasta su muerte, somos esperados por las personas que amamos y siempre la encontraremos en primer lugar.  En el caso de los niños donde sus familiares aun no han fallecido, tienen un encuentro distinto, los niños católicos son recibidos por Jesús u otro personaje religioso, los niños son recibidos por personajes que para ellos fueron de gran importancia, después de esto, se toma conciencia de que la muerte es otra forma de vida. Cuando ya se ha abandonado las formas físicas y antes de tomar la forma que se tendrá en la eternidad, se pasara por una transición marcada por factores terrestres, como un túnel, un puente, después de realizar este pasaje una luz brilla al final, en este lugar nos sentiremos llenos de amor, cuando uno muere definitivamente, se hace el contacto entre la mariposa y el capullo, nombrado  cordón de plata, el cual se rompe, frente a esta luz te darás cuenta de lo que pudiste ser, aquí hay comprensión sin juicios y un amor indescriptible, en este lugar entenderás que la vida aquí abajo es como una escuela donde debes aprender y pasar ciertos exámenes, cuando los apruebes podrás entrar. Muchos preguntan de los niños que mueren, la respuesta es que estos niños aprendieron lo que debían aprender en un tiempo más corto, se dice que todos tenemos algo que aprender antes de entrar a este lugar. Una vez que estamos en la luz, dios, Jesús o como le llamemos a ese ser supremo, miraremos toda nuestra vida desde el nacimiento hasta el día de nuestra muerte, se verá como una revisión nuestra vida propia y aquí se encontrara la tercera etapa, aquí tendremos conocimiento de todo lo que hicimos, dijimos y pensamos, aquí nos daremos cuenta que nuestro propio enemigo somos nosotros mismos y que cada hecho que sucedió en el transcurso de nuestra vida, era una oportunidad para crecer, crecer en comprensión, en amor  y en todo aquello que debemos aprender. Morir no significa padecer dolor, actualmente hay medicamentos que ayudan a disminuir el dolor, así que cuando un paciente este sufriendo, con estos medicamentos, atención y amor, no habrá la necesidad de que pidan terminar con su vida, ningún moribundo pedirá una inyección si lo cuidas con amor y le ayudas a arreglar sus problemas pendientes. Comparte tus riquezas y en las tempestades serán un regalo que reconocerás como tal puesto que se nos enseñaran cosas que no aprenderíamos de otra manera. Se debe tomar como regale el poder estar al lado de un moribundo y el hecho de que este fallezca no debe ser algo triste necesariamente, se puede encontrar ternura en el acto si se puede transmitir a conocidos lo que aprendimos de ello.

LA MUERTE NO EXISTE

Se dice que nuestra vida, nuestro cuerpo físico,  es solo una pequeña parte de nuestra existencia global y por lo tanto nuestra vida actual tiene una gran importancia puesto que aquí estamos por una razón que nos es propia, si vivimos bien no hay porque preocuparnos por la muerte, vivir bien significa aprender a amar incondicionalmente. Ross cuando era adolescente, visito los campos de concentración, vio zapatos de niños y cabello de personas el cual era utilizado para hacer almohadas, se juro a ella misma hacer algo que pudiera cambiar a la humanidad después de las secuelas que dejo la guerra, se caso con un americano y la llevo a vivir a New York, cosa que a ella no le agradaba tanto, trabajo en un hospital, ella no sabía nada de psiquiatría y decidió trabajar arduamente y cuidar a sus enfermos, confiaron en ella y compartían sus sentimientos, así dejo de sentirse sola en sus miserias, estuvo así dos años, sus conocimientos escasos en psiquiatría le ponían dificultad para comunicarse con sus pacientes  pero esto no impedía que se quisieran, al cabo de un tiempo el 94% de estos enfermos se recupero e hicieron su vida en New York, esto quiere decir que de nada nos sirve el conocimiento si no es utilizado para ayudar, fueron los enfermos quienes le enseñaron esta verdad, fueron ellos quienes le hicieron saber que cada uno tenía una finalidad propia y cada quien aparte de recibir nuestra ayuda, se pueden llegar a convertir en nuestros maestros. Los moribundos son nuestros más grandes maestros, cuando se está con ellos hasta el último momento ellos son los que nos informan las etapas del morir, nos muestran de qué modo pasan por los estados de cólera, de desesperación del porque a mí, después negocian con dios y al último aceptan las cosas, pero esto es más fácil si con ellos se encuentra un ser amado, muchas personas pasan por estas fases al perder a un amigo o un ser querido, un animalito e incluso cuando pierden algo material, esta parte del sufrimiento nos sirve para crecer, por esto cuando nos pasan cosas que llamamos negativas, que pensamos son castigos de dios, todos los sufrimientos y pérdidas son realmente regalos, es una ocasión que nos permite crecer y esta es la única razón de nuestra existencia; no podemos crecer cuando tenemos todo en bandeja de plata, se crece cuando hacemos frente a alguna enfermedad o una perdida, se crece si se hace frente al sufrimiento y se trata de comprenderlo y se logra verlo como un regalo hecho con un fin determinado. Ross nos quiere hacer comprender que las cosas por mas malas que se vean, tienen otro lado, el lado bueno, de donde se comprenden el porque nos suceden y cuál es su fin, en nosotros esta entenderlo. Los niños moribundos son los que más temen a morir solos, necesitan estar acompañados de sus padres o seres queridos; nunca estamos solos, siempre nos acompañan nuestros seres espirituales, ellos nos ayudan en el momento de la transformación, cuenta el caso de una niña de 12 años que murió y despertó posteriormente, esta niña le conto a su padre que estaba en un lugar muy luminoso, lleno de paz y que en aquel lugar encontró a su hermano, ella desconocía que tenía un hermano, su padre fue quien le dijo que si, había tenido un hermano que falleció unos días antes de su nacimiento, algunos se mantienen escépticos porque piensan que las personas moribundas, imaginan a sus seres amados, pero esto solo sucede si los conocen, pero muchos niños que están moribundos, a quienes piden para que los acompañen es a mama y a papa, pero cuando pasan por esta experiencia no es a mama o papa a quien se encuentran, ningún niño que ha fallecido y regresado ha confirmado que ve a sus papas a menos que alguno de ellos haya fallecido. Sobre estas cuestiones se debe de tener dos factores importantes, el primero es que esa persona haya fallecido aunque sea unos minutos antes y el segundo es que entre ellos hubiera un verdadero lazo de amor. Otra situación que nos relata la doctora Ross es que cuando falleció la señora Schwartz, diez meses después de su entierro, Ross estaba dándose por vencida, quería dejar la universidad y al querer decirle esto al pastor que la acompañada camino hacia al ascensor, este no la escuchaba y ella al tener ya su atención, vio a una mujer la cual le pareció conocida y dejo que el pastor se fuera, se acerco a ella y le dijo que debía volver, que quería hablar con ella en su despacho, cuando llegaron le pidió que no abandonara su proyecto sobre la vida y la muerte, le pidió que lo prometiera y la doctora estaba desconcertada, le hablo del pastor G y le pidió le dejara una nota al pastor, al escribirla la doctora Ross le prometió lo que le había pedido y al instante esta mujer desapareció, guardo sus líneas manuscritas y las enmarco.  Un año y medio después su trabajo sobre la vida y la muerte termino, fue una prueba para ver si lograba imponerse a pesar de las dificultades, la segunda prueba era verificar si la gloria se le subía a la cabeza, pero no se le subió y también la paso, ahora su última prueba era dar a conocer que la muerte no existe. Es necesario que sepamos que debe haber un cambio y que no debemos tener miedo ante esto, solo abriéndonos a la espiritualidad y perdiendo el miedo, llegaremos a la comprensión, encontrarnos a nosotros mismos sin guías, solo basta esto a tener contacto con nuestro ser profundo y perder el miedo, una manera de perder el miedo es saber que la muerte no existe, que lo que vivimos día a día siempre traerá algo positivo, debemos dejar la negatividad y tomar la vida como un reto y como un aprendizaje. La casualidad no existe y dios no castiga y condena, nosotros después del pasaje debemos mirar como en una pantalla de televisión todos nuestros actos y pensamientos que tuvimos en la vida terrestre, esto sucederá después de haber experimentado sentimientos de paz y plenitud, acompañados del ser querido el cual nos ayudara a dar este paso; es así como nosotros desde aquí en la tierra definimos nuestro cielo o nuestro infierno en el mas allá.

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