La percepción de la belleza en la construcción de la sociedad

La percepción de la belleza en la construcción de la sociedad

“La belleza exterior no es más que el encanto de un instante. La apariencia del cuerpo no siempre es el reflejo del alma”. George Sand (1804-1876) Escritor francés

Buenas noches estimado profesor y compañeros, agradezco su presencia y su atención.

En estos tiempos donde tener un físico perfecto y atractivo es más importante que tener buenos valores, hablar con honestidad, realizar actos buenos que contribuyan a la sociedad, es relevante preguntarse ¿dónde queda el amor propio? ¿y hasta dónde se puede llegar solo por alcanzar una “belleza ideal”?

En nuestra actualidad, por donde quiera que pasemos, a donde quiera que miremos, observamos estándares de belleza, que aunque parezcan insignificantes, poco a poco se van introduciendo en nuestra percepción y en nuestros hábitos de cuidado. Se puede también observar y analizar que a través de la historia, los estándares de belleza han cambiado notoriamente, pues cada nuevo siglo, cada nueva era, trae consigo diversos cambios, nuevos conceptos y por supuesto nuevas interpretaciones de la realidad. Desde la antigüedad  cuando el ser humano todavía caminaba entre bosques, desnudo y sin preocupaciones, las percepciones de belleza, han estado enmarcadas, para esa época cultural, una cuerpo grueso, era considerado perfecto, eso era sinónimo de grandeza y vitalidad, por el contrario un cuerpo delgado era sinónimo de desdicha, debilidad, y fealdad.

En la antigua Grecia, con el auge de la filosofía el ideal de belleza, se convirtió en algo más trascendental, y focalizado en las virtudes y contemplaciones del alma, tanto como en la sabiduría de las personas por ejemplo para el filósofo Plotino lo bello sólo podía ser comprendido satisfactoriamente como responsable de la preparación intelectual en el camino de vuelta al Uno.

Posteriormente en el siglo XIX los jóvenes en especial las mujeres se preocupaban por no dar apariencia de delgadez, y recurrían a la utilización prendas por debajo de su ropa, para dar esta apariencia o prendas que resaltara y moldearan su figura, los hombres por su parte, querían tener una imagen de caballeros, nobles y fuertes, y recurrían al uso de pelucas y trajes muy ajustados. No fue sino hasta comienzos del siglo XX con la liberación femenina, con las nueva corrientes artística que se generaban, la sociedad empezó a preocuparse por su imagen y a crear estándares de belleza, gracias a los medios de comunicación quienes por medio de la influencia que obtenían introdujeron, nuevos estilos de vida y fueron cambiando la percepción y la idea de belleza, es decir fue distorsionando más el concepto real de la belleza.  

Un estudio realizado en la Universidad Nacional de Colombia una correlación donde se concibe al cuerpo diferente al alma y el primero tiene menos validez que el segundo. En la actualidad tenemos una percepción distorsionada de la belleza y con esta aceptación de los estereotipos se crea una introducción a la exclusión, porque muchas veces las personas que no cumplen con este tipo de estereotipos son discriminadas y en ocasiones se les niega el acceso a círculos sociales. Así mismo, en el otro extremo se encuentran las personas que crean una obsesión por llegar a esta perfección física establecida y se ven envueltas en desórdenes alimenticios y a enfermedades como la anorexia y la bulimia.,

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