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Las Cualidades De Ish-ha


Enviado por   •  8 de Noviembre de 2013  •  969 Palabras (4 Páginas)  •  1.035 Visitas

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Las cualidades de Ish-ha

Ish-ha era un tonto. Era el hombre más tonto de to-

da la historia.

Era tan tonto que, un día, mientras estaba sentado

en la rama de un árbol, se puso a serrarla por el

tronco. Al poco, pasó un hombre y le dijo que se iba

a caer. Conque Ish-ha acabó de serrar la rama y se

cayó al suelo con ella. Luego salió corriendo detrás

del hombre que le había dicho que se iba a caer,

gritando que debía de tratarse de un gran profeta,

un vidente sin parangón en adivinar el futuro, por

haber profetizado tan infaliblemente que él estaba a

punto de caerse, solo por haberlo visto serrando

sentado en la rama.

Era un tonto de tal calibre que el Sultán se lo llevó a

vivir a su Corte, y le ofrecía grandes sumas de dinero

en recompensa de sus muchas tonterías.

Era tan tonto que, cuando murió, se puso su nom-

bre a un barrio entero de la ciudad, para que una

estupidez como la suya jamás fuese olvidada.

En los tiempos de Ish-ha el Tonto, vivían en la ciu-

dad de Fez quince hermanos que eran ladrones.

Uno de ellos se metió una noche en la casa de

Ish-ha el Tonto y, como al dueño de la casa se le

tildaba de ser el mayor tonto del reino, no le impor-

tó hacer ruido. Después de forzar la puerta de en-

trada, anduvo por allí tropezando y dando golpes

sin ningún cuidado, como si estuviese en su propia

casa.

Pero, en una habitación interior, estaba Ish-ha en la

cama con su mujer y, al oír cómo forzaban la puerta,

ella lo despertó:

–¡Levántate! Hay un ladrón en casa.

Pero Ish-ha solo gruñó, y le dijo que no lo molestara.

Al poco, ella oyó cómo el ladrón volcaba una pila de

platos en la cocina, armando mucho jaleo, así que

despertó a Ish-ha otra vez:

–¡Levántate! Hay un ladrón y se está llevando todo lo

que tenemos.

–¡No me molestes, mujer! –dijo Ish-ha muy alto, pa-

ra que el ladrón le oyese–. ¡Qué más da que haya un

ladrón! He metido todo mi dinero en una bolsa de

cuero que he escondido en el fondo del pozo de la

cocina. Nunca se le ocurrirá buscar allí.

El ladrón, al escuchar eso, se quitó toda la ropa y

bajó al pozo. Entonces, Ish-ha salió sin hacer ruido,

cogió la ropa del ladrón y se volvió a la cama.

No había ninguna bolsa de cuero en el fondo del po-

zo, y el agua estaba fría. Y cuando el ladrón salió de

allí, su ropa había desaparecido. Sabía de sobra que

Ish-ha se la había llevado, conque esperó tiritando a

que Ish-ha se volviese a dormir, para poder deslizar-

se en la habitación de dentro y recuperarla. Pero

Ish-ha

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