Libertad para fortalecer la nueva ciudadanía.

Libertad  para fortalecer la nueva ciudadanía.

El vocablo Libertad proviene del latín “liberatis”, el cual indica franqueza, permiso; la libertad es la facultad natural del hombre y de la mujer para actuar a voluntad sin restricciones, respetando su propia conciencia y el deber ser, para alcanzar su plena realización. La libertad es la posibilidad que tenemos para decidir por nosotros mismo como actuar en las diferentes situaciones que se nos presentan en la vida. El que es libre elige entre determinadas opciones las que le parecen mejores o más convenientes, tanto para su bienestar como para el de los demás o el de la sociedad en general.

De entre todas las criaturas que pueblan nuestro planeta, sólo los seres humanos somos realmente autónomos. Los animales, aun los más inteligentes, están atados a sus instintos; es decir, los perros, los gatos, los chimpancés, los delfines y cualquier otro ser viviente que se te ocurra se comportan de acuerdo con las instrucciones que han recibido de la naturaleza. No pueden cambiar por sí mismos su forma de ser ni son capaces de tomar decisiones como lo hacemos nosotros. Si su perro se escapa de la casa y muerde al vecino, no debes culparlo, pues actuó guiado por su instinto y su temperamento (la culpa, en todo caso, es tuya por no educarlo). Las personas, en cambio, podemos elegir, somos libres de tomar un camino u otro. Poseemos la capacidad para ser mejores o bien peores de lo que somos. Al igual que los animales, también nosotros tenemos instintos, pero en nuestro caso éstos no nos determinan ni encadenan totalmente.

Si queremos fortalecer la nueva ciudadanía debemos como adultos y padres actuar con libertad, porque esto nos ayudará a cumplir con nuestro compromiso, el cual, es enseñarles a nuestros hijos a que actúen con libertad, pero también con responsabilidad. Ambos aspectos (libertad y responsabilidad) siempre deben caminar de la mano. Debemos instruir a los nuevos ciudadanos a que siempre deben asumir las consecuencias de sus actos, si las cosas no resultan como se esperaban

Si algún individuo nos propone hacer algo que se considere malo, humillante o peligroso, es de suma importancia que ejerzamos nuestra libertad, y para esto debemos implementar en nuestro vocabulario dos palabras “SI o NO”, porque habrá momentos en que debemos decir no y se darán otros instantes en que diremos “SÍ”, todo dependerá de la propuesta que nos haga el mundo, pero muchas veces sucumbimos ante las tentaciones del mundo, las presiones de las personas que nos rodean y de muchos factores más.  

Mamá y papá déjeme decirles que usted y yo debemos ser padres con principios, valores y sobretodo libres de saber elegir qué es lo que nos conviene, ya que es nuestra responsabilidad educar a nuestros hijos de la mejor forma posible, porque un día no muy lejano ellos harán lo del águila, dejarán el nido para surcar los cielos de la vida y además tendrán la responsabilidad de enseñarle a volar a sus nuevos polluelos.

Cuando nuestros hijos son pequeños, dependen totalmente de nosotros. Somos responsables de protegerlos, alimentarlos y educarlos. Se encuentran totalmente subordinados a nuestra autoridad. Sin embargo, conforme crecen estamos obligados a reducir de manera gradual esta dependencia y esta subordinación. Recuerde: educamos a los hijos para que sean libres, esto es, para que un día levanten el vuelo y sean autónomos. Pocas cosas hay tan tristes como un hijo adulto que nunca aprendió a desprenderse de sus padres y a vivir su propia vida. Amplíe gradualmente los márgenes de libertad de sus hijos dándoles nuevos derechos y responsabilidades en casa. Establezca con ellos los límites de su libertad (horarios, salidas, permisos, etcétera). Discuta con sus hijos la idea de que el grado de libertad que se les otorga está en función de su edad, madurez y conducta.  

Ustedes se preguntarán ¿es solo de nosotros como padres esta responsabilidad? Y a eso les respondo, no, es nuestro deber también como educadores ayudarles a ustedes en esa loable tarea, pero muchos padres de familias, nos pretenden achacar toda la responsabilidad de la educación de sus hijos y se les ha olvidado que es el seno familiar donde se ponen las bases, para que así nuestra futura ciudadanía sea fuerte, libre y responsable, se nos olvida el viejo refrán de don Vicente: “El árbol se endereza de pequeño”,  ya que árbol que queda torcido se le caen los pajaritos y solo le quedan los nidos, debido a eso es que vemos a muchos por la vida solo con nidos vacíos y nada de ideas coherentes, nada de pajaritos.

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