Viejas y nuevas formas de ciudadanía

Viejas y nuevas formas de ciudadanía.

Las respuestas a las preguntas número 1 y 2 de las preguntas orientadoras pretenden ahondar un poco más en el concepto de ciudanía en sus viejas y nuevas formas.

Pregunta 1:

¿Qué se entiende por ciudadanía, y por ciudadanía en los  nuevos tiempos? Definir conceptualmente diferenciando como se define desde la posmodernidad; la afirmación de la diferencia; su implicación en la globalización; la relación entre cultura y política; lo local y lo global, y como se define la ciudadanía desde el planteamiento de Mato (1999) “la globalización desde abajo”

¿En qué contexto, (tiempo y condiciones sociales, políticas, económicas y culturales) emergieron las  nuevas ciudadanías? Argumente con citas y acontecimientos reales.

Respuesta

La ciudadanía como concepto hegemónico desarrollado a través de las tres concepciones liberaldemocrática, social democrática y republicana; se ha preocupado por la reivindicación de los derechos de primera, segunda y tercera generación de la sociedad en general. Los de primera generación reivindican el ejercicio de ciudadanía a través del ejercicio de los derechos de asociación y expresión de opinión. De la misma manera se ejerce ciudadanía a través de la representación política en los niveles ejecutivo y legislativo, siendo estos los derechos de segunda generación. En lo que concierne a los derechos de tercera generación, que llegaron con la concepción republicana, se encuentran aquellos derechos que refieren el derecho al trabajo, a la salud, la educación, entre otros. Estos distintos tipos de derechos hacen que la ciudadanía como práctica se ejerza en la medida en que los sujetos interactúan en la sociedad para hacer valer sus derechos, y también en la medida en que se exigen y se reivindican tales derechos cuando éstos son violados. Ahora bien, desde la óptica del concepto de posmodernidad, la ciudadanía se contempla como un concepto que sufre constantes mutaciones. Estos cambios drásticos se han dado gracias al acceso a la información, a la irrupción de nuevas formas de comunicarnos, al rompimiento, gracias a la red informática,  de barreras geográficas que hacen que ya no se necesite una representación en cabeza de un líder de un partido político, o un líder de una congregación religiosa que pueda llevar demandas y peticiones de un determinado grupo que desee organizarse y formular demandas ante un estado o gobierno. Todas estas nuevas formas de manejo de información, amplían el campo de acción en el cual se puede ejercer una reivindicación de derechos, ahora las minorías se organizan a través de la red y llevan sus peticiones concretas y organizadas, ahora hay cabida para cualquier movimiento que desee manifestarse, minorías religiosas, tribus urbanas, personas con orientación sexual diversa, todos aquellos que encuentren cabida en la  nueva ciudadanía, son bienvenidos y son llamados a usar estas nuevas herramientas para poder hacer valer su voz.

En lo que concierne a la globalización, los grandes cambios económicos han obligado a que también haya un ejercicio de ciudadanía que abogue por la defensa de derechos relacionados con la tenencia de capital y la acumulación de riqueza. Las consecuencias nocivas que modelos económicos autoritarios e implantados en distintos países del mundo pueden generar en las sociedades de países como los de américa latina también son objeto de reivindicación social y ciudadana. Este es el caso de la elección de Donald Trump como presidente de los estados unidos. En un país que ha sido considerado históricamente como la tierra de las libertades, no deja ser paradójico que haya sido elegido un presidente conservador y que tenga como bandera de gobierno la censura, a través del constante ataque a  sectores sociales, tales como la prensa, la academia, y minorías étnicas. Es también interesante ver como a raíz de las incendiarias declaraciones y acciones del señor Trump, se han estado realizando en EEUU multitudinarias marchas que han convocado diversos sectores de la sociedad, sectores que otrora no habrían convergido en estas nuevas formas de manifestación social. Es aquí donde vemos que gracias al acceso a la información y a las nuevas tecnologías, se han configurado nuevas formas de representación, logrando que se inviertan los papeles y los órdenes establecidos  y se genere una transnacionalización de poderes sublevados ante el estado. Ya los de abajo no son los de abajo económicamente, ahora también son quienes ven reprimidos sus derechos ya sean de primero, segundo o tercer orden indistintamente de su origen socio económico. Y es este el orden que se invierte para ejercer nuevas formas de ciudadanía, ya lo local no es lo local en términos de ciudadanía, ni lo global es lo propio, son neo representaciones del ejercicio ciudadano. Como lo señala Mattos (1999) la globalización desde abajo tiende a reinventar las formas de ser oídos y escuchados, es desde el más bajo nivel, desde donde se empieza a reconfigurar las corrientes de representación. Por arriba se configura el modelo hegemónico de dominio y control, por abajo se da respuesta al control y dominio y se generan nuevas maneras de ejercer una nueva ciudadanía.

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