Night Mother

Las intenciones suicidas de una hija son el

detonante para que la intensa trama del montaje "Night Mother inicie su curso. Dirigido por Álvaro Rudolphy, el montaje- que puede ser visto en el Teatro San Ginés de Bellavista- indaga en al intensa relación madre –hija, un nexo que entra en conflicto con la cercanía de la muerte.

Cuarenta años de vida en común, la rutina apoderándose de todas sus horas y el pleno

convencimiento de que conocen hasta el más mínimo detalle de la existencia de la otra. Todo ese panorama puede cambiar abruptamente cuando una de ellas decida romper de manera violenta con el nexo madre e hija, amenazando con matar lo único que le pertenece completamente: su propia vida. Por estas coordenadas se mueve el montaje "Night Mother" una obra estrenada recientemente en nuestro país bajo la dirección de Álvaro Rudolphy y que además cuenta con la sólida interpretación de las actrices Coca Guazzini y Paola Volpato.

Tensando al máximo la relación filial, este texto se convirtió en la pieza consagratoria de su autora, la norteamericana Marsha Norman. Publicado en 1983, el relato cargado de un inquietante realismo psicológico, ha sido montado exitosamente en la cartelera norteamericana y le significó a Marsha Norman obtener un codiciado premio Pulitzer a la mejor producción dramática el año de su aparición. Desde Broadway la pieza llegó a las tablas locales, en una apuesta arriesgada que es resuelta positivamente por la dirección y el reparto nacional.

Los hilos invisibles que pueden desprenderse del nexo entre madre e hija, son llevados al escenario del Teatro San Ginés de Bellavista en una atmósfera cargada de tensión, ironía y dolor. Difícil es imaginarse a priori la dirección de Rudolphy en un montaje evidentemente femenino, un prejuicio que desaparece luego de los 90 minutos de disección dramática de la sección más íntima del universo de la mujer.

"Night Mother (Buenas noches mamá)" pone en el escenario la historia de una madre y su hija, las mismas que han compartido cuarenta años de vida. Mónica (Paola Volpato) es una mujer conflictuada que después de cuatro décadas de existencia decide terminar con su vida, amenazando con matarse. Thelma (Coca Guazzini) es la enérgica madre, quien primero

cree ver una broma de mal gusto en el aviso de su hija y luego se enfrasca en la misión de detener el plan de Mónica.

Nada de lo que la hija había pensado para su propia vida se ha convertido en realidad. Cargando con el dolor de sus constantes ataques epilépticos, Mónica ve en el suicidio la única herramienta de liberación. Durante los años en que su vida transcurrió al lado de su madre, nunca una decisión ha dependido totalmente de ella. La idea de la muerte es tal vez la única forma de dejar en evidencia que su existencia es completamente suya. Después de arreglar cualquier imprevisto que en un futuro pueda complicar a su progenitora, Mónica está lista para apropiarse de su propia identidad, aunque para esto deba dispararse con el arma de su padre, muerto hace varios años.

Claro que la decisión de Mónica entra en abierta disputa con los deseos de su madre, quien tratará por todos los medios de evitar una nueva muerte en su familia. Para esto sacará a relucir viejos secretos que dejan al descubierto la historia de ambas, un deambular que las llevó a vivir la enfermedad y el abandono.

La hora y media de duración del montaje es un intenso recorrido por la vida de ambas mujeres, un episodio doloroso en donde el espectador se percata que Mónica carga con todos los sueños y fracasos que su madre sufrió a lo largo de su vida. Contrario a lo que se pueda pensar, esta puesta en escena no trata directamente del suicidio, tal vez es todo lo contrario. La obra dirigida por Rudolphy habla de la vida

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