Psicologia
yaury20 de Junio de 2013
656 Palabras (3 Páginas)230 Visitas
teme a la materia y al profesor. Sin embargo, estas experiencias emocionales ayudan a una mejor adaptación y protección del individuo cuando son superadas positivamente.
b) El factor colectivo:
Ayuda a internalizar ideas, situaciones, cosas y personas que emocionan a la colec¬tividad. El niño imita las actuaciones de los grupos a que pertenece: familia, escuela, club, amigos, y termina identificando su conducta con la de ellos. Por ejemplo: la emoción de pánico ante un temblor se extiende rápidamente entre el alumnado de un colegio y de acuerdo con la reacción de quienes lo sintieron será el aprendizaje de todo el grupo
c) La transferencia:
Lleva a reproducir las mismas emociones frente a situaciones y objetos similares. Ejemplo: el amor a la novia, poco a poco se hace extensivo a sus familiares; el alumno que tiene un problema con un profesor y reacciona con antipatía hacia todos los profesores diciendo que son iguales.
d) La proyección:
Desplaza los estados emotivos adquiridos, hacia objetos nuevos más distantes. El niño pequeño, por ejemplo, sólo tiene miedo ante objetos físicos concretos; pos¬teriormente lo desplaza a la oscuridad.
e) El pensamiento:
Trae a la memoria recuerdos de hechos, situaciones y personas que han supuesto emociones, y por transferencia, proyección o simple recuerdo es fuente de nuevas emo¬ciones. Por ejemplo, el recordar la muerte de un ser querido puede producir la emo¬ción de dolor con toda intensidad hasta llegar a derramar lágrimas.
La Motivación
La primera proposición afirma que el individuo es un todo integrado y organizado, entonces debemos tener en cuenta esta realidad experimental y teórica para hacer posible una teoría y experimentación consistente de la motivación. En esta teoría dicha proposición significa muchas cosas concretas. Por ejemplo, significa que todo el individuo está motivado y no una sola parte de él. En buena teoría no existe tal cosa como una necesidad del estómago, solo hay una necesidad del individuo, entonces es Juan Pérez quien quiere comer y no el estómago de este; pero escoger el hambre como paradigma para todos los demás estados de motivación es, en la teoría y en la práctica poco inteligente y no tiene consistencia.
La psicología científica, como hoy se define, estudia la motivación en estrecha relación con lo que es la conducta. Cuando se hacen preguntas respecto al porqué de la conducta, se busca información sobre procesos que no pueden observarse directamente en los actos patentes de un individuo, ni tampoco en la expresión verbal de sus actos encubiertos. Los cambios de conductas pueden considerarse como resultado, sea temporal o permanente, de modificaciones estructurales de las células del sistema nervioso, del desarrollo de una secuencia no variable de sucesos o como el efecto accidental de sucesos del ambiente que son externos a cualquier organismo determinado en estudio e independiente de él, en resumen de la motivación a la que ha sido expuesta la persona.
Se puede decir entonces que el estudio de la motivación debe ser, en parte, el estudio de los fines, de los deseos o de las necesidades últimas del ser humano; estos hechos implican una nueva necesidad en una teoría sólida de la motivación. Puesto que estos fines no se observan directamente en la consciencia, enseguida nos vemos abocados al problema de la motivación inconsciente. El psicoanálisis ha demostrado a menudo que la relación entre un deseo consciente y el fin inconsciente último que subyace no es directo en absoluto. En realidad, la relación puede ser negativa en la práctica, como una reacción en cadena. Luego, podemos aseverar que una teoría de la motivación sólida no puede permitirse el lujo de olvidar la vida inconsciente.
Causas ambientales:
El trato con personas y
...