¿QUÉ HACE QUE LA INSTITUCIÓN DESDE EL DISCURSO, SEA UN ACONTECIMIENTO DE LA MODERNIDAD?

QUÉ HACE QUE LA INSTITUCIÓN DESDE EL DISCURSO, SEA UN ACONTECIMIENTO DE LA MODERNIDAD?

Las instituciones pedagógicas no aparecieron de la nada, estas son el resultado de múltiples procesos históricos que tuvieron su máximo desarrollo y resplandor a finales del siglo XVII y finales del XVIII, en donde la historia de la humanidad y para nuestro estudio e interés de la pedagogía, tuvo un vuelco extraordinario.

Con el surgimiento de la Ilustración; grandes pensadores humanistas como Nietzche, Kant, Rousseau, entre otros; iniciaron un proceso de despertar, un despertar que trajo consigo todo un sin fin de nuevas filosofías para concebir el mundo de forma diferente a como siempre se había hecho, un mundo en donde el ser, la razón y el saber pasaron a un primer plano.

Para ellos según lo expresa Fernando González Santos en Modernidad e institución educativa Pág. 27: “…lo importante no era simplemente crear nuevas ideas sino una nueva historia, todo lo que sonara a tradición era sinónimo de error”, de esta forma el explorar el potencial (saber) humano era un inicio del despertar a lo tradicional, ya que rompió todas las prácticas y costumbres pedagógicas que se venían dando; pues se puso al hombre en el centro “objeto” del conocimiento desplazando a la materia, al mundo y al mismo Dios; ya que cómo afirmaba Nietzche “Nosotros los que conocemos somos desconocidos para nosotros mismos, nosotros mismos somos desconocidos para nosotros mismos”. Desde este tipo de pensamientos es en donde se da inicio al despertar de la modernidad en donde se busca no ser más un simple hombre y buscar ser hombre de verdad.

En este sentido, los discursos al igual que el pensamiento del hombre han cambiado, ahora nos estamos abasteciendo de muchos más conceptos que en el pasado, ya no “tragamos entero”, nos argumentamos, investigamos, y en sí el mismo entorno nos ofrece gran cantidad de información, lo cual da como resultado que seamos mucho más elocuentes y críticos con lo que aprendemos y enseñamos, las verdades conocidas para nosotros ahora resultan simples utopías, ya no creemos en discursos, el hombre prefiere ir más allá.

Lo revolucionario de la modernidad es la posibilidad de convertir al sujeto por medio del discurso racional y en objeto de su saber, ya que el hombre no está consumado, ha descubierto que tiene deberes morales de superación y de autoconstrucción, y esto implica tomar decisiones con mucha más razón, tomando diversos puntos de vista para actuar conforme al deber moral. Es acá donde entra en juego la voluntad del ser, en saber dar un equilibrio justo a las leyes objetivas y a sus propios deseos, el hombre ya no puede dejar a su libre albedrío sus acciones, las debe controlar cómo se controlaría una bestia salvaje, teniendo en cuenta sus posibles consecuencias y sus implicaciones

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