Reglas Bivblioteca
karynitas27 de Septiembre de 2013
3.086 Palabras (13 Páginas)311 Visitas
METODOLOGÍA PARA MEJORAR LA ALIMENTACIÓN EN FAMILIAS
URBANOMARGINALES
DE SAN JOSÉ
1Fernández, K.; 2Jiménez, K., 3Vargas, G. & 4Chinnock, A.
Introducción
En los últimos años, la mayoría de los habitantes de Costa Rica ha experimentado un
deterioro de su poder adquisitivo como consecuencia del aumento en el costo de la vida. La
alimentación familiar es uno de los aspectos que se ve más influído por la situación económica
que enfrenta el país, pues son las personas que viven en condiciones de pobreza las más
afectadas. Sin embargo, en el comportamiento alimentario también influyen otros factores como:
disponibilidad y acceso a los alimentos, conocimientos sobre nutrición y los factores
socioculturales (valor social de los alimentos, religión, creencias, tabúes, cultura). Según
Casanueva (1983) y FAO (1995) la población, debidamente informada, puede desarrollar su
capacidad para utilizar al máximo los recursos de que dispone y mejorar su alimentación.
El presente artículo es un resumen de la investigación realizada por Fernández, Jiménez &
Vargas (2000) que consistió en comprender la conducta alimenticia de familias de Finca San
Juan de Rincón Grande de Pavas, con el fin de determinar posibles modificaciones en su patrón
de consumo, las cuales sean del agrado de los miembros de las familias y que estén a su alcance.
Dicha comunidad se caracteriza por ser urbanomarginal,
donde en 1996 aproximadamente el
9.8% de la población correspondía a emigrantes centroamericanos, principalmente nicaragüenses
(Cordero, 1996). La población de esta comunidad en 1998, era de más de 1200 familias, el 70%
de las cuales está conformado por mujeres jefas de hogar (FUPROVI, 1998).
1 Licenciada en Nutrición. Tel: 2381208
(habitación), 4428743
(consultorio)
2 Licenciada en Nutrición. Lista de correo especial Nº 2060 U.C.R. Tel: 2284142
3 Licenciada en Nutrición. Tel: 2350793
4 MSc. Maestría en Nutrición Humana. Profesora de la Escuela de Nutrición, U.C.R. Tel: 2073054
4
Metodología
La investigación no se realizó en toda la comunidad, por lo que se optó utilizar como
metodología de trabajo el estudio de caso tipo descriptivo, que utilizó elementos de la
metodología cualitativa y técnicas cuantitativas, para lo cual se seleccionaron 11 familias, según
un muestreo con base en ciertos criterios (Pineda, Alvarado & Canales, 1994): tener bajos
ingresos, que la familia contara con al menos un preescolar y que tuvieran mínimo un año de
residir en la comunidad. Estos criterios fueron comunicados a los funcionarios de FUPROVI
para que ellos propusieran los nombres de los posibles participantes.
La recolección de la información se hizo en cuatro etapas. La primera tuvo como finalidad
identificar la disponibilidad de alimentos, aspectos socioeconómicos, conocimientos y actitudes
alimenticias de los miembros de la comunidad, mediante observación directa, entrevistas a
informantes claves (dependientes, miembros de la comunidad, funcionarios de FUPROVI,
Clínica de Pavas y de la Escuela de la Comunidad) y entrevistas en profundidad en cada uno de
los hogares seleccionados.
En la segunda etapa se determinó el consumo de alimentos, para lo cual se aplicó en 3 días
no consecutivos (dos días entre semana y uno del fin de semana) el método de recordatorio de
24 hrs, mediante una entrevista en el hogar a la persona encargada de la preparación de
alimentos. Se recolectó información sobre el consumo de alimentos de la familia y
simultáneamente, del niño preescolar. Para la familia se anotó la cantidad total de alimentos y
preparaciones consumidas y el número de personas que comieron en cada tiempo de comida. En
ambos casos, o sea el de la familia y el del niño preescolar, se estimó la cantidad de alimentos
consumidos por medio de la reconstrucción de los hechos y medidas caseras, a partir de
fotografías de porciones de alimentos (Chinnock, s.f.). Para la reconstrucción de los hechos se
utilizó una balanza marca OHAUS con 2000 g de capacidad y una sensibilidad de 1g.
En la tercera etapa se evaluó el aporte nutricional de los alimentos consumidos, por medio
de un programa de análisis dietético (Ulate, 1992) que contiene la Tabla de Composición de
Alimentos de Estados Unidos. El valor nutritivo de la alimentación familiar y del preescolar se
comparó con las Recomendaciones Dietéticas Diarias del INCAP (Torún, Menchú & Elías,
1996) para obtener los porcentajes de adecuación. En esta etapa también se determinó el patrón
real de consumo según la siguiente metodología. Se decidió sobre un sistema para clasificar los
alimentos individuales en grupos. Después se identificó la frecuencia con que los grupos
aparecieron en los registros. Los grupos que aparecieron en al menos el 25% de los registros se
consideraron parte del patrón alimentario actual de las familias y se denominó patrón real. Este
patrón real distinguió entre las comidas dentro y fuera de la casa (escuela, lugar de trabajo y
casas de vecinos o familiares). Luego se determinaron posibles modificaciones en ese patrón de
consumo.
Posteriormente, en una cuarta etapa, se realizaron tres sesiones de discusión grupal que
tuvieron como base el patrón de consumo de las familias y las mejorías propuestas, las cuales se
basaron en las deficiencias de nutrientes encontradas en el análisis del valor nutritivo. Como
complemento de las discusiones, se demostraron y degustaron recetas con alimentosfuente
de
micronutrientes, con el fin de brindar diferentes opciones para preparar estos alimentos y a la vez
demostrar que se pueden hacer recetas nutritivas y baratas sin alterar el presupuesto. Además, se
propuso a las participantes que practicaran en sus hogares durante una semana algunas de las
modificaciones que surgieron de la discusión. En la siguiente sesión se corroboró el
cumplimiento de estas prácticas y se analizó en el grupo los factores que obstaculizaron o
favorecieron la práctica de esas alternativas con sus familias. Finalmente tras un proceso de
negociación se identificaron las modificaciones aceptadas por las familias.
Resultados
Etapa I: Diagnóstico
Características socioeconómicas: se trabajó con 11 familias conformadas por un promedio
de 5.1 miembros (D.E 1.5), por lo que en total la población estudiada fue de 56 personas, de las
cuales el 55.4% son mujeres y 44.6% son hombres. El promedio de la edad corresponde a 15.5
años (D.E 11.8), lo cual indica que las familias están compuestas por personas muy jóvenes.
En cuanto al nivel de escolaridad de las personas mayores de 12 años, se encontró que el
60.7% asistieron a primaria, de los cuales únicamente el 32.1% la completó.
Los adultos se desempeñan en ocupaciones no calificadas y como consecuencia reciben
bajos ingresos, cuyo promedio es de ¢76 632 (D.E 41 932) al mes. El 57% del ingreso, que
corresponde a ¢41 072 (D.E 17 602), se destina a la alimentación, esto significa que no cuentan
con dinero suficiente para cubrir otras necesidades básicas; por consiguiente, en ocasiones se
limita la alimentación para hacer frente a otros gastos, es decir, que aunque se dedica un
porcentaje alto del ingreso a la compra de alimentos, no se garantiza que la dieta familiar sea
suficiente ni en cantidad ni en calidad.
De acuerdo con el método de líneas de pobreza (MEIC, 1999), tres de las familias
estudiadas (27.3 %) viven en condiciones de pobreza extrema, pues su ingreso per cápita al mes
está por debajo del costo de la Canasta Básica Alimentaria (CBA); 7 (63.6%) son pobres porque
aunque con su ingreso pueden cubrir el costo de la CBA, no logran alcanzar la Canasta Básica
Normativa y una familia (9.1%) se clasifica como no pobre ya que el ingreso reportado supera el
costo de ambas canastas básicas.
Disponibilidad de alimentos: la variedad disponible de vegetales y frutas en los
establecimientos de la comunidad es escasa. Para poder conseguir mayor variedad de dichos
productos las personas deben trasladarse a las ferias del agricultor de Pavas o a los mercados de
San José. Sin embargo, algunas informantes opinaron que es suficiente ya que en los expendios
de alimentos locales pueden encontrar “lo más esencial”, es decir, arroz, frijoles, azúcar,
manteca, sal y café que son los que se encuentran dentro del presupuesto familiar.
Por otra parte, a pesar de contar con bajos ingresos, estas familias no producen alimentos
para autoconsumo, ni participan de programas de asistencia alimenticia (excepto del programa
de comedor escolar). Además, prefieren comprar alimentos caros en lugares que aunque venden
a precios altos, les ofrecen condiciones que facilitan la compra, como por ejemplo el crédito.
Conocimientos, actitudes y prácticas: en general, las señoras tienen conocimientos
adecuados sobre los alimentosfuente
de hierro, calcio y vitamina A y de algunas funciones que
cumplen en el cuerpo; siendo más acertadas en el
...