Segunda Parte De Hamlet
camilayarpaz3 de Junio de 2014
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HORACIO MARCELO Y DICHOS
HORACIO: -amigos de este país
MARCELO: -y fieles vasallos del rey de Cundinamarca
FRANCISCO: -buenas noches
MARCELO: -¡oh honrado soldado! Pásalo bien. ¿Quién te revelo de la centinela?
FRANCISCO: -Bernardo, que queda en mi lugar, buenas noches (base francisco; Marcelo y Horacio se acercan a donde esta Bernardo de centinela)
MARCELO: -hola Bernardo
BERNARDO: -¿Quién está ahí? ¿Es Horacio?
HORACIO: -un pedazo de el
BERNARDO: -bien venido. Horacio; Marcelo, bien venido
MARCELO: -y que, ¿se ha vuelto aparecer aquella cosa esta noche?
BERNARDO: -yo nada he visto
MARCELO: -Horacio dice que es opresión nuestra, y nada quiere creer de cuanto le he dicho acerca de ese espantoso fantasma que hemos visto ya en dos ocasiones. Por eso le he rogado que se venga a la guardia con nosotros, para que si esta noche vuelve el aparecido pueda dar crédito a nuestros ojos y que le hable si quiere.
HORACIO: -¡que! No, no vendrá
BERNARDO: -sentémonos un rato, y deja que asaltemos de nuevo tus oídos con el suceso que tanto repugnabas oír y que en dos noches seguidas hemos ya presenciado nosotros
HORACIO: -muy bien; sentémonos y oigamos lo que Bernardo nos cuente (siéntanse los tres)
BERNARDO: - la noche pasada cuando esa misma estrella que está en el occidente del polo había hecho ya su aparición para iluminar aquel espacio del cielo donde ahora resplandece, Marcelo y yo a tiempos que el reloj daban la una…
MARCELO: -chist, calla mírale por donde viene otra vez (se aparece a un extremo del teatro la sombra del rey Hamlet armado de todas sus armas, con un mato real, yelmo en la cabeza y la visera alada. Los soldados y Horacio se levantaron despavoridos)
BERNARDO: - con la misma figura que tenía el difunto rey
MARCELO: -Horacio tu que eres hombre de estudios, háblale.
BERNARDO: -¿no se parece todo al rey? Mírale Horacio
HORACIO: muy parecido es… su vista me conturba con miedo y asombro
BERNARDO: querrá que le hablen
MARCELO: háblale Horacio
HORACIO: -(se encamina dónde está la sombra) ¿Quién eres tú, que así usurpas este tiempo a la noche y esa presencia noble y guerra que tuvo un día la majestad del soberano dinamarqués que yace en el sepulcro? Habla: por el cielo te lo pido (vase la sombra a paso lento)
MARCELO: -parece que esta irritado
BERNARDO: -¿ves? Se va como despreciándonos
HORACIO: -detente, Habla. Yo te lo mando habla:
MARCELO: -ya se fue. No quiere respondernos
BERNARDO: -¿Qué tal Horacio? Tu tiemblas y has perdido el color ¿no es esto algo más que opresión? ¿Qué te parece?
HORACIO: -por dios que nunca le hubiera creído sin la sensible y cierta demostración de mis propios ojos
MERCELO: ¿no es enteramente parecido al rey?
HORACIO: como tú a ti mismo. Y tal era el arnés cuando iba ceñido cuando peleo con el ambicioso rey de noruega; y así le vi arrugar ceñudo la frente cuando en una alteración colérica hizo caer al de Polonia sobre el hielo de un solo golpe… ¡extraña aparición de esta¡
MARCELO: - pues de esa manera, y a esta misma hora de la noche, se ha paseado dos veces con ademan guerrero delante de nuestra guardia
HORACIO: -yo no comprendo el fin particular con que esto sucede; pero en mi ruda manera de pensar pronostica alguna extraordinaria mudanza a nuestra nación
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