Seguridad Laboral
toto300026 de Marzo de 2015
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ROPA DE
TRABAJO
¿HAN PENSADO alguna vez que por término medio llevamos la ropa de trabajo puesta durante más tiempo que la ropa de calle? Sin embargo, algunos trabajadores cuando se ponen su ropa de trabajo, lo hacen con cierto desprecio, como sí se estuvieran vistiendo andrajos, y cuentan las horas que les queda para deshacerse de ellas y ponerse la ropa de calle.
A la ropa de calle, en general, la tratamos con cuidado, como si fuera parte de nuestro cuerpo. Esperamos que nuestras esposas limpien bien el cuello de las camisas. Y el traje tiene que estar bien planchado o de lo contrario no lo usamos. Gastamos mucho dinero en vestirnos a la moda, pero en cambio, a la ropa de trabajo no le damos la menor importancia, aunque es más importante que la ropa de calle, porque nuestra integridad física, nuestra salud y nuestra comodidad dependen de ella.
Yo conozco a trabajadores que tienen los armarios de sus hogares repletos de ropa, pero vienen a trabajar diariamente con la misma ropa grasienta, descosida y rota que traían hace un mes, y con el mismo calzado.
Con esto no quiero decir que debemos venir a trabajar vestidos inmaculadamente, como si fuéramos banqueros o como para ir a una boda. Lo que quiero recalcar en esta charla es que un trabajador que se preocupa por su ropa de trabajo, que la cuida con esmero, que la limpia regularmente, que se preocupa por coser los dobladillos que se le sueltan, denota respeto hacia sus compañeros de trabajo y hacia la empresa y tiene menos posibilidades de sufrir una lesión que otro trabajador descuidado, cuya ropa denota dejadez, suciedad y abandono.
La ropa de trabajo debe ser sencilla y se debe ajustar al trabajo que se debe realizar. (Aquí el supervisor puede dar algunos ejemplos de ropa que usan algunos de los trabajadores que asisten a la charla. Por ejemplo, puede mencionar que los trabajadores de mantenimiento necesitan «overalls” con bolsillos especialmente diseñados).
Y no basta con usar la ropa apropiada y limpia, sino que se la debe usar correctamente. Por ejemplo, he observado que a veces algunos de ustedes trabajan en las máquinas con camisas de mangas largas. Esta es una de las pocas ocasiones, cuando se trabaja en una máquina, en que se deben remangar las mangas, para que no se enganchen en las partes en movimiento o puntos de pellizco. En otras ocasiones las mangas se deben de llevar sin remangar, para no arañarse los antebrazos y ensuciarse la piel.
Cuando no se remanguen las mangas, se las debe abotonar en las muñecas, no se las debe llevar medio remangadas por debajo de los codos ni sueltas. Si las mangas no se abotonan en las muñecas, se pueden enganchar en partes salientes y se pueden sufrir lesiones.
Los dobladillos de los pantalones nunca se deben llevar arrastrando por el suelo, como a veces he observado, sino que no deben bajar más de los tobillos; de esta forma evitarán pisar en el dobladillo y caerse de bruces. No es una buena idea doblar los dobladillos hacia arriba, ya que se forman pequeños bolsillos, donde se acumula la suciedad, y existe el peligro de que se desdoblen. Si ustedes creen que sus pantalones son demasiado largos, díganles a sus esposas que se los corten o suban unos cuantos centímetros.
Cualquier prenda de trabajo que usen, que esté limpia. La ropa de trabajo limpia juega un papel muy importante en la prevención de enfermedades de la piel, ya que evita que gérmenes malignos produzcan dermatitis.
Los médicos industriales dicen que la ropa de trabajo se debe cambiar por lo menos una vez a la semana, y más a menudo si se trabaja con productos irritantes de la piel o se suda mucho. Naturalmente los calcetines y ropa interior se deben cambiar con mucha más frecuencia, de
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