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TIPOLOGÍA DE TEXTOS: LITERARIO, HISTÓRICO, CIENTÍFICO Y PERIODÍSTICO

María Martínez PerezTarea31 de Marzo de 2016

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TIPOLOGÍA DE TEXTOS: LITERARIO, HISTÓRICO, CIENTÍFICO Y PERIODÍSTICO

Texto literario

Los textos literarios privilegian el mensaje por el mensaje mismo. En ellos interesa cómo se combinan los distintos elementos de la lengua, de acuerdo con ciertos cánones estéticos. El escritor se detiene en la escritura, juega con los recursos lingüísticos, transgrediendo con frecuencia las reglas del lenguaje, para liberar su imaginación y fantasía en la creación de mundos ficticios.

        Los textos literarios son opacos, no explícitos; incluyen muchos vacíos de información o espacios en blanco, indeterminados. Estos textos exigen que el lector comparta el juego de la imaginación, para captar el sentido de las cosas no dichas, de acciones inexplicables, de sentimientos inexpresados.

        Los más frecuentes son:

Cuento

Texto narrativo, en prosa, de hechos ficticios. Consta de tres momentos: a) un estado inicial de equilibro; b) la intervención de una fuerza, con la aparición de un conflicto, que da lugar a una serie de episodios, y c) resolución del conflicto, lo que permite la recuperación del equilibrio perdido.

Pone en escena personajes que cumplen las acciones, en determinado lugar y tiempo (escenario). Para la presentación de estos personajes, así como para las indicaciones de lugar y tiempo, se emplean recursos descriptivos. La ubicación del tiempo aparece generalmente  en el párrafo inicial. Los tiempos verbales juegan un papel importante en la construcción y en la interpretación de los cuentos. Los pretéritos y los copretéritos predominan en los momentos de narración, mientras que los presentes aparecen en las descripciones y en los diálogos.

Novela

Es similar al cuento, pero incluye más personajes, mayor número de complicaciones, así como descripciones y diálogos más extensos. Los personajes adquieren una definición más acabada y las acciones secundarias pueden llegar a adquirir tal relevancia que terminan por convertirse, en algunos textos, en unidades narrativas independientes.  (Para abundar en el tema, véase la parte dedicada a él, en la sección de Géneros literarios, de este mismo libro).

Obra de teatro

(Dramas, comedias, tragedias, sátiras, etcétera.) Teje distintas historias y conflictos. No tienen un narrador que cuente los hechos, sino que éstos se van conociendo a través de los diálogos de los personajes. Las obras de teatro alcanzan toda su potencialidad a través de la representación escénica. Se organizan en actos, que establecen la progresión temática: desarrollan una unidad informativa relevante para el conflicto planteado. Cada acto contiene, a su vez, distintas escenas, determinadas por las entradas y salidas de los personajes, y/o distintos cuadros, que corresponden a cambios de escenografía. Incluyen también textos de trama descriptiva: las acotaciones escénicas.

Poema

Se escribe en verso, con una espacialización muy particular: las líneas cortas y las agrupaciones en estrofas dan relevancia a los espacios en blanco. El ritmo, que recurre al valor sonoro de las palabras y de las pausas para dar musicalidad al poema, es un constituyente esencial del verso. De la distribución de los acentos de las palabras que conforman los versos depende su musicalidad. La rima es una característica distintiva, pero no obligatoria y consiste en la coincidencia total o parcial de los últimos fonemas del verso. Las estrofas agrupan versos de igual medida y de dos medidas distintas, combinadas regularmente.

Ejemplos de texto literario:

A pesar de que la mía es historia, no la empezaré por el arca de Noé y la genealogía de sus ascendientes como acostumbraban hacerlo los antiguos historiadores españoles de América que deben ser nuestros prototipos. Tengo muchas razones para no seguir ese ejemplo, las que callo por no ser difuso. Diré solamente que los sucesos de mi narración, pasaban los años de Cristo de 183… Estábamos, a más, en cuaresma, época en que escasea la carne en Buenos Aires, porque la Iglesia, adoptando el precepto de Epicteto, sustinte abstine (sufre, abstente), ordena vigilia y abstinencia a los estómagos de los fieles, a causa de que la carne es pecaminosa y, como dice el proverbio, busca la carne. Y como la Iglesia tiene ab initio y por delegación directa de Dios el imperio inmaterial sobre las conciencias y estómagos, que en manera alguna pertenecen al individuo, nada más justo y racional que vede lo malo.

Los abastecedores, por otra parte, buenos federales, y por lo mismo buenos católicos, sabiendo que el pueblo de Buenos Aires atesora una docilidad singular para someterse a toda especie de mandamientos, sólo traen en días cuaresmales al matadero los novillos necesarios para el sustento de los niños y de los enfermos dispensados de la abstinencia por la Bula… y no con el ánimo de que se harten algunos herejotes, que no faltan, dispuestos siempre a violar los mandamientos carnifícinos de la Iglesia, y a contaminar la sociedad con el mal ejemplo.

Sucedió, pues, en aquel tiempo, una lluvia muy copiosa. Los caminos se anegaron; los pantanos se pusieron a nado y las calles de entrada y salida a la ciudad rebosaban en acuoso barro. Una tremenda avenida se precipitó de repente por el Riachuelo de Barracas, y extendió majestuosamente sus turbias aguas hasta el pie de las barrancas del Alto. El Plata, creciendo embravecido, empujó esas aguas que venían buscando su cauce y las hizo correr hinchadas por sobre campos, terraplenes, arboledas, caseríos, y extenderse como un lago inmenso por todas las bajas tierras. La ciudad, circunvalada del norte al este por una cintura de agua y barro, y al sur por un piélago blanquecino en cuya superficie flotaban a la ventura algunos barquichuelos y negreaban las chimeneas y las copas de los árboles, echaba desde sus torres y barrancas atónitas miradas al horizonte, como implorando misericordia al Altísimo. Parecía el amago de un nuevo diluvio. Los beatos y beatas gimoteaban haciendo novenarios y continuas plegarias. Los predicadores atronaban el templo y hacían crujir el púlpito a puñetazos. Es el día del juicio –decían-, el fin del mundo está por venir. La cólera divina, rebosando, se derrama en inundación. ¡Ay de vosotros, pecadores! ¡Ay de vosotros, unitarios impíos que os mofáis de la Iglesia, de los santos, y no escucháis con veneración la palabra de los ungidos del Señor! ¡Ah de vosotros si no imploráis misericordia al pie de los altares! Llegará la hora tremenda del vano crujir de dientes de las frenéticas imprecaciones. Vuestra impiedad, vuestras herejías, vuestras blasfemias, vuestros crímenes horrendos, han traído sobre nuestra tierra las plagas del Señor. La justicia y el Dios de la Federación os declararán malditos.

Fragmento de “El matadero”,

cuento de Esteban Echeverría  (1805-1851)

Reconciliaciones

no podemos tocar ni los sueños ni la vida

pero la mano que se alarga hacia los sueños

y la mano que se alarga hacia la vida

tocan ambos un solo centro

nos entregan un tacto solo

más cierto que tocar o creer que tocamos

no podemos asir lo que amamos

pero la mano que se tiende para asirlo

y la mano que sabe y retrocede

se juntan en el único ademán posible

un asir simultáneo de soltar     una ola

que urde mientras se rompe su propio nacimiento

no podemos decirnos porque somos

todo lo que decimos todo lo que callamos

pero la mano que escribe palabras

y la mano que borra palabras

pactan aquí     se dan la mano

Poema de Ulalume González de León

(1932-        )                                    

Texto periodístico

Los textos periodísticos se denominan así en razón de su portador, pues tienen como soportes los diarios, los periódicos, las revistas. Estos textos muestran un claro predominio de la función informativa del lenguaje y presentan distintas variedades. Las más comunes son:

Noticia

Transmite una nueva información sobre sucesos, objetos o personas. Es común que este texto use la técnica de la pirámide invertida: comienza por el hecho más importante, para finalizar con los detalles. Consta de tres partes: el título (sintetiza el tema central y atrae la atención del lector), el copete (contiene lo principal de la información, sin llegar a ser un resumen del texto) y el desarrollo (incluye detalles que no aparecen en el copete). Se redacta en tercera persona y exige objetividad y veracidad: presenta estrictamente los datos. Su estilo es el formal.

Artículo de opinión

Encierra comentarios, evaluaciones, expectativas acerca de un tema de actualidad, que merece ser objeto del debate. Aquí entran los editoriales, los artículos de análisis o investigación, y las columnas que llevan firma de autor. Aunque pueden seguir distintas organizaciones, en general siguen una línea argumentativa que se inicia con la identificación del tema (con sus antecedentes y alcances); sigue con la formulación de una tesis; luego se presentan los diferentes argumentos que justifican esa tesis; finalmente, se cierra con una reafirmación de la tesis. Presenta predominantemente el uso de oraciones enunciativas, aunque también llega a incluir dubitativas y exhortativas.

Entrevista

Su principal recurso es la conversación, pero con frecuencia la combina con descripción y argumentación. Admite cierta libertad en la expresión, pues se detiene en comentarios y  descripciones acerca del entrevistado (a).

Crónica

Relata un suceso reciente y de interés. Por lo tanto, emplea predominantemente la narración. Es presentada por un informador que ha presenciado el hecho. En ella se busca la objetividad, aunque con frecuencia es posible encontrar marcas lingüísticas que evidencien la postura o preferencia de quien elabora la crónica.

Reportaje

Este tipo de texto presenta una visión, lo más completa posible, de un suceso de actualidad, con sus antecedentes y consecuencias. Plantea, asimismo, la necesidad de realizar una verdadera investigación, pues el reportero acude a una diversidad de fuentes; realiza entrevistas, consulta archivos, hace observaciones en el lugar de los hechos, etcétera. El resultado de toda esta labor es el reportaje.

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