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UN CLÁSICO DEL SIGLO XX: J. DEWEY (CONCLUSION)


Enviado por   •  10 de Septiembre de 2016  •  Apuntes  •  559 Palabras (3 Páginas)  •  277 Visitas

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 UN CLÁSICO DEL SIGLO XX: J. DEWEY   (CONCLUSION)

Dewey era pragmatista por lo que desarrollo varias teorías acerca de la educación, por lo que el autor John Dewey nos menciona que «una onza de experiencia es mejor que una tonelada de teoría». El autor nos dice que es mejor que el niño se vaya preparando conforme realiza las acciones día con día para que poco a poco conforme va aprendiendo vaya mejorando, y no como muchos decimos que se debe preparar al niño para la vida.

Si el pensamiento arranca de una «situación problemática» debe llegar a resolverla. La «certeza debe ser probada,» ya que «no pensamos por pensar sino que pensamos para obrar». Así pues, «no existe pensamiento verdaderamente desinteresado»; esto es lo que nos dice la filosofía pragmatista. Por lo que todo humano tiene un propósito al realizar las cosas y sobre todo debe analizar sus acciones.

La vida misma es una escuela ya que el ser humano adquiere experiencia sobre su vida y por lo tanto aprendemos.

También nos habla sobre la escuela progresiva nos dice que la educación debe ser flexible, una tentativa; sin embargo la escuela tradicional hace todo lo contrario gira en torno a la imposición, que frenan el desarrollo intelectual y potencian la inflexibilidad. Dewey nos dice que debemos desarrollar la individualidad del niño es decir que el niño actué autónomamente, el alumno debe desarrollarse en la sociedad para que de esta manera vaya adquiriendo conocimientos propios.  

La escuela es la prolongación de la vida, de la actividad real y cotidiana del niño, dice Dewey, recordándonos a Séneca. Pero esta cotidianidad no debe ensombrecer la globalidad teleológica de la educación: el proceso de desarrollo. Fin al que Dewey no le da el sentido aristotélico: desarrollar las potencialidades latentes del niño, este fin ya se lo planteaba la denostada escuela tradicional, pues supone que el niño está alojando al adulto, lo que implica que el fin es estático e inflexible, y está prefijado: emerger ese adulto instalado en el niño. Para Dewey es un anacronismo.

Nos dice que la educación es un proceso continuo de desarrollo del hombre en todas las dimensiones físicas, intelectuales, éticas, etc. Porque es donde el ser comienza a desenvolverse en la sociedad y se desarrolla en ella por lo que va adquiriendo a través del tiempo diferentes experiencias y aprendizajes.

La escuela es una institución social que predispone al niño a internalizarse en el grupo social que le circunda. Es de vital importancia que el niño socialice con su entorno ya que genera una convivencia que es necesaria para el desarrollo del niño además que da un seguimiento a los niveles educativos según los años del niño y el nivel de aprendizaje.

Democracia y educación son las caras de la misma moneda, así en los estados no-democráticos, por ejemplo en la Alemania nazi, conocida y considerada por Dewey, no educan, sólo informan, adoctrinan.

La democracia llevada a la escuela, enseña a los niños a proceder y exigir la misma experiencia en sus áreas o ámbitos de convivencia.

Ciertamente, si todo arranca desde la experiencia y la educación es su dimensión social, también ésta y la política se unan en su dimensión pública; aún más, para Dewey las modificaciones políticas para que alcancen éxito deben pasar por los logros educativos, aunque éstos sean a medio o largo plazo.

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