Un análisis del texto nos descubre la existencia de múltiples rasgos que hacen del texto una buena muestra del arte modernista

Este poema aborda un tema bastante abundante en los poemas modernistas: la tristeza de la princesa (pierde la risa, palidez, suspiros) y la melancolía soñadora provocada por la insatisfacción (príncipes, las aves como símbolos de libertad) no es más que un reflejo del estado de ánimo y el espíritu típicamente modernistas. Esta tristeza, sin embargo, no desemboca en la angustia sino que finalmente se deja entrever una esperanza final con la llegada del príncipe que anuncia una salvación posible.

        Un análisis del texto nos descubre la existencia de múltiples rasgos que hacen del texto una buena muestra del arte modernista. El marcado inconformismo propio de la actitud modernista lleva al poeta a la huida de una sociedad en la que no se siente cómodo. Como el propio Rubén Darío decía, los modernistas detestan la vida y el tiempo en que les tocó nacer. Esta huida se refleja en su poesía a través de motivos escapistas que trasladan al poeta a otros mundos alejados del suyo o a otros tiempos en los que sentirse más a gusto. Estos motivos se reflejan aquí en las alusiones a lo oriental (Golconda, China, Ormuz), la introducción de elementos más o menos exóticos (pavo real, lebrel, dragón, halcón...) y la presentación de un ambiente aristocrático y refinado representado por el palacio y todos sus elementos (princesa, bufón, cisne, mármol, oro, argentina, perlas, diamantes, tules, carroza,...).

        Sin embargo, lo que caracteriza de manera fundamental al movimiento modernista es la renovación estilística que supone. Esta renovación es consecuencia del rechazo de la poesía dominante en la época.

        Esta renovación estilística se refleja claramente en la métrica con la utilización de nuevas y variadas estrofas con ritmos muy marcados que confieren al poema una gran musicalidad. En este caso concreto, la utilización del sexteto alejandrino es un buen ejemplo de lo dicho anteriormente.

        La musicalidad es una de las vertientes del arte de la sugerencia a través de los sentidos propia de los modernistas. Esta musicalidad se completa con la utilización de recursos fónicos como la aliteración (vv. 2, 5,12) y repeticiones y estructuras bimembres (3, 20,26,32). El resto de los sentidos están presentes en la presencia de los colores, las flores, los instrumentos musicales y una adjetivación muy abundante y sugerente (fragantes, brillantes, escala luminosa).

        Los recursos estilísticos son muy abundantes y así se suceden las metáforas(2,19,22,28,33), las hipérboles (11-12,44), las sinestesias (15) y otros recursos que hacen del modernismo un ejemplo de armonía, belleza y perfección.

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