Viviendo En El Fin Del Mundo

Viviendo en el Fin del Mundo

Este ensayo tiene por objetivo hacer una reevaluación de los personajes presentados a nosotros como lectores en el libro “La guerra del fin del mundo”, escrito por el ganador del premio Nobel del año 2010, Mario Vargas Llosa.

Vargas Llosa, cuyo nombre completo es Jorge Mario Pedro Vargas Llosa, nació en Arequipa, Perú el veintiocho de marzo de mil novecientos treinta y seis. Se considera uno de los escritores contemporáneos más importantes y cuenta con una nacionalidad española desde 1993.

La guerra del fin del mundo es reconocida como una de sus obras más importantes y fue escrita en mil novecientos ochenta y uno. La historia es simple: hay una guerra, alguien pierde, y alguien gana.

Y sin embargo, es mucho, muchísimo más que eso.

“La guerra del fin del mundo” es un relato del acontecimiento histórico ocurrido en mil ochocientos noventa y seis llamado la Guerra de Canudos. Este libro nos introduce a ese universo, totalmente conocido y completamente nuevo, exquisitamente narrado y riquísimo en personajes, con características bien definidos y personalidades definidas que se ganan poco a poco el odio o el amor del lector.

Los personajes, escenarios e historias se mueven en un tiempo ambiguo, que tan pronto es lento cual oruga (roja y negra) como rápido cual tren. El centro de todo es Canudos, pero cada personaje es como parte de una inmensa telaraña y la viuda negra en que se convierte el narrador nos cuenta cada uno de los fragmentos de esta historia con renovada energía y con una capacidad de coherencia increíble.

El número de personajes, por si mismo, es impresionante. Pero hay aun más que eso en cada personaje; más que números. Cada personaje tiene su historia, tiene un fondo y tiene un futuro. Cada historia coopera un poco, como piezas de un rompecabezas, para ayudarnos a obtener una idea exacta del panorama general.

A pesar de que al hacerlo empobrecemos considerablemente cada una de las historias, intentaremos dividirlas por personajes, para así darnos una idea de la amplia variedad de personajes y –en menor medida– de la manera en que sus historia se entrelazan entre si.

El consejero

Empecemos por la fantástica y misteriosa figura del Consejero, hombre alto y delgado cuyos ojos brillaban con un fuego perpetuo. Como si de Jesús se tratase, el Consejero (pues se ha de escribir con mayúscula o se convertiría en un columnista de chismes cualquiera) va de pueblo en pueblo predicando el mensaje de Dios, aconsejando y reparando las Iglesias destruidas.

Se convierte en el líder de la ciudad de Canudos, dónde manda erigir ‘La Iglesia más Grande del Mundo’ e insta a sus ciudadanos/discípulos a que luchen contra la República, que no es más que una representación del Anti-Cristo.

El Consejero muere poco antes de que la guerra acabe con Canudos, pero la leyenda de su nombre prevalece, e incluso se llega a decir que venció a la muerte, como Jesús.

Después de ser enterrado en el cementerio de Canudos, su tumba es profanada y aunque su cabeza es extraída para el ‘estudio’ acaba en el mar.

Antonio, el beatito

Antonio es un huérfano que perdió a su familia durante una sequía y fue adoptado por un zapatero de su pueblo. Instado por las mujeres del pueblo, su padrastro accedió a enviarle a clases de catecismo, donde conoció su verdadera ‘vocación’. Cuando el Consejero pasó por su pueblo quedó de inmediato prendido de él, pero el Consejero no lo consideró listo.

Tras ser sometido a una tortura que duró hasta que el Consejero volvió al pueblo, el Beatito logró unirse al grupo que seguía al Consejero.

Antonio se convirtió en uno de los más importantes personajes en los que se apoya el consejero.

Muere intentando sacar a un grupo de gente de Canudos y es masacrado por su propia gente.

Joao Grande

Hay varios Joaos en la historia. Joao el grande nació gracias a la afición del dueño de sus padres a cruzar negros como si de caballos se tratara. Contento de tan buen resultado su dueño, Gumucio, se lo llevó a su casa donde su hermana se encariñó con él.

Joao creció sin ver mucho de sus padres biológicos, querido y hasta mimado por su dueña, Adelhina. Sin embargo, no era demasiado feliz pues era un negro de campo, no de casa. Un día que sale de viaje y, sin dar mucha explicación del por qué, asesina a su ama de una manera excesivamente cruel.

Después de darse a la fuga conoce al Consejero que lo hipnotiza con sus palabras y lo convence, sin realmente intentarlo, de seguirle. Nunca creyó en Dios, pero murió defendiendo al Consejero en la guerra, como miembro de la ‘Guardia Católica’.

María Quadrado

María Quadrado es el personaje favorito de la autora de este ensayo.

Es casi una santa, y aunque es joven parece vieja.Un día decide cargar con una cruz hasta Monte Santo donde vivió en una gruta hasta que conoció al Consejero. Antes de esto, fue violada cuatro veces, y en la cuarta compadeció al violador que le susurraba palabras de amor aun cuando la había forzado a tener sexo con él.

Con el tiempo, María se convierte en una de las personas más cercanas al Consejero y muere en Canudos.

Joao Satán/Avade

A Joao lo dejaron sus papás, pero fue criado por sus tíos. Le gustaban mucho las canciones de los juglares, en especial una que hablaba de Roberto el Diablo, que consigue el perdón divino después de hacer una y mil maldades. En el pueblo en el que vivían no se veía con muy buenos ojos a sus tíos. Cuando los guardias llegaron preguntando por un canganceiro – es decir, un criminal de esos que abundaban a causa de la miseria – todos acusaron al tío de Joao de ser un aliado de los criminales.

El tío declaro no saber nada de relaciones con nadie y fue sentenciado a ser fusilado aunque pretendió cambiar de opinión en el último momento e intentó perder a los volantes de la Guardia Nacional en los desiertos cercanos. Intentó también escapar con Joao y con su esposa, pero fueron descubiertos antes de lograrlo y la esposa, doña Ángela, murió al defender a su esposo.

Joao se desmayó, pero cuando despertó ambos estaban muertos y, jurando venganza, Joao se largó y se convirtió en canganceiro.

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