William Ospina EL CANTO DE LAS SIRENAS

William Ospina (2012) Pag 53-64    [pic 1]

EL CANTO DE LAS SIRENAS

En La cotidianidad, la publicidad le vende a el mundo la idea de que todos los aspectos negativos que los rodean pueden desparecer si se adquieren determinados productos; los cuales venden un paradigma de que todo lo que tienen para ofrecer es algo diseñado para satisfacer los aspectos más generales de lo que es llamado “perfección” en sus vidas,  a pesar de consumir cada producto la insatisfacción de las personas continua, puesto que cada día el mundo sorprende con algo distinto para ofrecer y así las personas seguirán consumiendo sin cesar. Antiguamente se tenía un estándar de lo que implicaba belleza en un concepto diferente a lo impuesto en la actualidad, pero aún se tiene en cuenta que cada cultura tiene un estándar de belleza subjetivo. (pág., 53, 54, 55)

La belleza es el factor clave en cuanto a consumo y publicidad que atrapa al mundo mostrándoles que la perfección se puede lograr gracias a ellos, pero el problema es que la perfección es algo inalcanzable que deja que las personas caigan en esta trampa para elevar el consumo. La publicidad obliga a las personas a adquirir productos indiscriminadamente mediante un código autoritario que resulta difícil de evadir, el código también manipula la fidelidad de un cliente mediante sus mensajes imponiéndose a sí mismos como los mejores. (Pag. 56, 57)

Los humanos se ven obligados a escuchar el llamado de las industrias a probar el sabor de ser felices, aun así, la sociedad tiene también intereses de por medio como la acumulación de riqueza para balancearlo con el bienestar de consumo. Lo toxico, las impurezas y la letalidad de la producción es aplacada por una cortina de humo que con una voz dulce le dice al mundo que todo está perfecto; a nivel social la publicidad impone comportamientos en las personas invadiendo sus espacios. (Pag. 58,59, 60)

Generar confianza es un aspecto pertinente para la publicidad, esto se ve reflejado en la política en donde la confianza prima para la elección del mejor candidato; muchas personas no aceptan el hecho de pertenecer a una sociedad consumista, pero se ven tentados a estar posicionados en lo más alto de esta cadena, evitando caer en lo que para muchos el hecho de no consumir es fracasar. El objetivo de la humanidad debe ser dejar de lado la necesidad de adquirir cosas extravagantes, ya que el tiempo en el mundo es corto y las personas tienen que tener un alma honesta y sensata. (Pag. 61, 62, 63, 64)

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