Canto De Sirena

TRES

Fracchia y Grondona compran Coyungo para criar animales, según Cornelio para realizar contrabando. Grondona separó su parte y dejó a Enrique Fracchia. Este señor tiene en muchos lugares un recuerdo de su nombre y hasta una escultura. Su viuda Anita Roncagliolo, se quedó con todo del señor. Ella se lo dejó a su sobrino José Enrique Borda que también murió al poco tiempo. Su hijo se casó con la hija del Presidente, para que se pueda quedar con las tierras de Coyungo. Las tierras de su padre. Candelario extraña a su pueblo del pasado porque antes por su casa pasaba un río con camarones. Por órdenes del ingeniero se mandó a secar el río. En la época de Francchia y Grondona sembraron algodón pero no los algodones de ahora sino unos más grandes, ahora había construcciones: capilla, ranchería y haciendas. José Enrique Borda nunca se quedó en Coyungo que si llegaba solo era para dar temor a los trabajadores. Solo iba para verificar si hacían su trabajo. El heredero del pueblo, era un ser altanero y soberbio. Se dice que nunca caminó ni por sus calles. Solo iba a lucir sus trajes dependiendo de cómo se encontraba el algodón. Aparece un personaje llamado el Cabezón Ismael Elías, un “lameculo” como lo llamaría Candelario, el perro guardián del heredero. Torres Cabello un juez que abusaba de su poder, él se encargaba de que nadie se queje de los abusos de Borda porque de inmediato quedaban encarcelados. Cornelio estaba en contra del partido aprista y de aquel grupo político fue elegido uno de ellos, entonces quiso irse, cuando de pronto lo llama José para que trabaje de Huaquero en Argentina. De esta manera llega a Coyungo. Describe la sensación de ver a su pueblo totalmente distinto. Con muchas casas, pero ya no el mismo paisaje. Candelario se siente perdido, desorbitado; no puede ni comer y la gente se burla de él de esta manera él decide ir al cerro, arrimó de a poco troncos carcomidos, horcones y varas. Muchas personas le aconsejaban para que viva con el pueblo, pero el hacía caso omiso.

Don Félix Denegri, el hombre que tuvo el poder de Coyungo antes que Fracchia. Un señor también lleno de orgullo y soberbia. Él no hablaba con sus empleados. Cornelio fue uno de sus sirvientes y siempre le tiraba un papel escrito, él tenía que apresurarse en recogerlo para saber qué quería el jefe. Don Félix tomaba agua muy cristalina que pasaba por una piedra porosa. Candelario ya cansado de la humillación un día encontró la manera de vengarse. Orinó en el depósito de agua y seguía cristalina. El patrón lo tomó sin darse cuenta, pero no murió de eso; el falleció por comer cincuenta mangos y Cornelio lo sabe porque contó cada una de ellas para hacerlas secar y luego sacar el último néctar al fruto. El mango no es fruta del pueblo, así que probarla era especial y único para los muchachos de su edad. Le dio una enfermedad por comer tantos mangos. Félix Denegri tenía por hijos a unos

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