Un mensaje a los que debieron ser mis padres

UN MENSAJE A LOS QUE DEBIERON SER MIS PADRES

Papitos:

No se si deba llamarlos asÍ, porque en realidad nunca lo fueron, cuando descubriste mamita llevarme en ti sentiste nauseas, pretextos mil, ¿porque papito y tu me destruyeron?

Aun recuerdo con basta pena hace 6 meses que tu mamita en una noche te diste cuenta que estaba envuelta en tu placenta y te dio una rabia infinita, sentí algo amargo mas que importaba.

Yo sumaba días, multiplicaba, el mismo mes me parecía un siglo, soñaba tanto con ver las flores, la luz del día, a mis hermanitos, soñaba tanto en aquel momento, en aquel instante que me tenias envuelto cubierto a besos, tu siempre, siempre me arrullarías, y papá me diría “traviesa”, mas esa noche que bien recuerdo llego papá, en aquel encuentro hablaste de mi, que me tenias, que me llevabas dentro, que estabas triste, sentí que el se quedo quieto, quizo llorar, se quedo en silencio, te vio con ansia, casi con miedo, el me quería casi eso es cierto iba en su vida, en su pensamiento, mas el demonio pudrió su alma le dio egoísmo, le dio veneno, sentí morirme, escuche llantos y gritos fuertes, tantos reproches que se dijeron. Iba a ser buena con mis papitos no lloraría en toda le noche, me aguantaría ¡sería mujercita! No lanzaría tan siquiera un grito para evitarme cualquier reproche. Cuando acostaban a mis hermanitos sentí bonito, quise ir con ellos, eran tan buenos, no habría lugar mas que importaba, asi chiquita me conformaba con estar cerca, yo dormiría en el suelo.

Escuche entonces papá tu voz quebrada, por el cansancio, o por el desvelo, dijiste que era imposible que yo llegara, mas importante era que te compraras un coche azul ultimo modelo.

¿Eso es ser padres? Yo me pregunto ¿no me querían? ¿Por qué me hirieron? ¡Yo no pedí venir a este mundo!

Al dia siguiente muy de mañana al hospital se fueron dispuestos, miré por ultimo aquella casa que iba a ser mi casa, a mis hermanitos, tranquilos, quietos, no imaginaban lo que pasaba, os niños solo somos traviesos.

Cuando llegamos al hospital mire aquel cuarto impecable blanco y una mirada impecable fría, yo sentí miedo busque  a papito, busque una huida, porque atentaban contra mis vida. Vi a papá estaba temblando, cuando pasamos a la camilla le vi una lagrima en la mejilla, ¡salvame, salvame! Te gritaba, te vi indeciso por un instante, pero a medida que nos llevaban tu mi padre me abandonaste.

Cerraron puertas y durmieron a mamá, yo quede solo, preso, aislado, ya no imploraba, ¿para que? Iba a morir, lo sabia, ninguna suplica serviría de nada. De repente sentí un dolor agudo aquí en mi pecho, solo un ratito, y después, nada, nada, mi cuerpecito aún caliente quedo en un frasco, ya estaba muerto, el doctor dijo que próximamente seria utilizado para experimentos.

Hoy a casi un año de aquella infamia, yo los recuerdo con mucho amor, porque a veces sufro, al ver que lloran y gimen por acordarse de aquel aborto que fue un crimen.

Yo, ya los he perdonado, papá, mamá, aunque nunca lo fueron, adiós les dice la que pudo haber sido su hija pero se acordaran de mi por todo un siglo, en cualquier parte, en cualquier lugar, cuando descubran a un niño que va en los brazos de su mamá.

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