Quiero Ser Padre

Quiero ser padre de otra generación

Cuantos de mi generación no hemos escuchado decir a nuestras madres cuando iban a preguntar por nosotros a la escuela: “repréndalo profesor, lo que usted le diga estará bien”, y cuando el maestro le daba alguna queja por algo que hicimos mal, nuestra madre en casa nos daba un buen castigo con el que no quisiéramos volver a hacer travesuras. Porque la palabra del maestro era la PALABRA. Ahora me pregunto, ¿por qué ahora reprendemos al maestro en lugar de corregir a nuestros hijos? Cuando nuestro hijo no hace las tareas lo justificamos diciendo que el maestro no llega a él y debe dedicarse más y tomarle mayor atención; cuando llega con una nota diciendo “su hijo no cumplió con las actividades porque estuvo jugando durante la clase” no castigamos al niño si no cuestionamos al maestro diciendo y qué hizo el maestro para evitar eso y lo que es peor dejamos que el niño cuente su versión de la realidad que nunca será, por instinto, objetiva; por tanto culpamos al maestro de lo sucedido. Esto es la escuela y en casa sucede una situación algo parecida donde, si bien es cierto, es más democrática, a menudo escucho a padres decir “este chico no me hace caso” o “ya no sé qué hacer con mi hijo”, seguido al tiempo por un “ya he dejado que haga lo que quiera” y vuelvo a misma pregunta ¿qué ha cambiado?

Bueno aquí tengo algunas opiniones del porqué hemos llegado a tal punto:

1ero. Provenimos de una generación con padres autoritarios, donde generalmente, el padre era el jefe de la familia y la madre sumisa dedicada a casa. Donde los hijos sólo hablaban si los padres se lo permitían. Para ello usaban las famosas frases: “cuando hablan los adultos los niños se callan” o el “no seas metiche” en lo personal mi madre me decía “no metas tu cuchara”. Recuerden que para comer una fruta había que pedir permiso, ni que decir para encender el radio o el televisor y para salir de casa a una fiesta era todo un dilema muchas veces ni nos atrevíamos a pedir permiso por que ya conocíamos la respuesta. Bueno aquí esta una gran diferencia esa represión, que en ocasiones fue abrumadora, la hemos querido revertir al criar a nuestros hijos, dándoles libertades que nosotros no teníamos permitiéndoles interrumpir las conversaciones de adultos utilizando lenguaje de adulto, siendo más contemplativos con los permisos y bajo la premisa “son chicos” hasta hemos cedido y los hemos expuesto a libertades fuera de casa en ocasiones sin poner límites en lugares aptos para visitar y en horarios no apropiados, descuidando las reglas.

2do. Los medios de comunicación a menudo ponen al aire series que no son propias de nuestra realidad social y muchas veces los jóvenes pretenden copiarlas “porque así sale en la tele” y los padres cedemos porque total “son chicos”. Hemos dejado de enseñarles el valor de las cosas el sacrificio que uno hace por obtenerlas y por qué, porque “yo quiero que mi hijo tenga lo que yo no he tenido” y los hemos llenado de objetos materiales que apartan al ser humano de lo que le hacer ser humano: “las relaciones afectivas y sociales”.

3ero. Nuestra generación ha accedido a información especializada, al avance de la tecnología y en general a la educación por que un buen porcentaje de nosotros ha terminado la secundaria y ha alcanzado una educación superior universitaria o no universitaria. Esto nos ha hecho cambiar y reflexionar sobre la realidad de nuestra crianza. La difusión de teorías psicologías, de aprendizaje y de conducta llegan a las personas con encender el radio y sintonizar un emisora de noticias con encender el televisor y sintonizar algún programa noticioso en su sección familia. Pues muchas de estas teorías psicologías llegan del modo inapropiado y las personas generalizamos y pretendemos aplicar el concepto sin analizar el contexto. Si observamos en nuestro niño algún tipo de conducta inapropiada se debe analizar el contexto el qué se está haciendo mal para poder corregir. No nos convirtamos en psicólogos con tan solo escuchar el programa a las 11 de mañana. Entonces los concejos que a menudo escuchamos son “converse con su niño” , “usted debe escuchar a su hijo”, “preste atención

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