COMO SER BUENOS PADRES
axel6420 de Septiembre de 2013
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MANUAL DE CONSEJOS Y SUGERENCIAS
PARA PADRES QUE QUIEREN SER BUENOS PADRES
MATERIAL PREPARADO Y RECOPILADO POR:
Lic. ALEJANDRO GUZMÁN M.
COMO SER BUENOS PADRES EN UN MUNDO MALO
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CONTENIDOS
1. Principios básicos
2. Considerando a los hijos
3. Responsabilidades de los padres
4. Errores frecuentes
5. La disciplina bien entendida
6. Conociendo a nuestros hijos
7. 10 Consejos para poner límites
8. Cambios pequeños, grandes resultados
9. Qué nos hace mejores padres
10. Carta a mi hijo
11. Consejos finales
COMO SER BUENOS PADRES EN UN MUNDO MALO
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1. PRINCIPIOS BÁSICOS
Hoy en día todos sabemos que es muy difícil ser un buen padre, o tan solo un
padre. Con el aumento de los divorcios, separaciones, madres solteras y las familias
en las que el padre y la madre trabajan fuera de casa, el tiempo que queda para los
hijos es muy escaso. Aun así, tengo el convencimiento de que, independientemente
del ritmo de trabajo o de la situación vital de cada miembro de la familia, es posible
ser mejor padre de lo que se es. Siempre tenemos tiempo para cambiar y mejorar.
La Biblia llama "días malos" a los tiempos de hoy y los que vendrán:
"Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud, antes que vengan
los días malos, y lleguen los años de los cuales digas: No tengo en ellos
contentamiento"
Eclesiastés 12:1
"Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como
sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos"
Efesios 5:15-16
pero nos habla en términos de advertencia, de previsión y de preparación, para que
cuando vengan los tiempos malos vengan, no nos vaya a sorprender.
Por esa razón es necesario buscar todos los medios, recursos, mecanismos, formas
para estar preparados para preparar a nuestros hijos para enfrentar la vida con
seguridad, confianza y alegría.
Padre o progenitor
Todos nacemos biológicamente de un hombre y una mujer. Dios ha escogido las
personas para que cada uno de nosotros tengamos existencia en esta tierra. Por ser
instrumentos de Dios y por el privilegio de ser padres, es que Dios también manda
a los hijos:
"Honra a tu padre y a tu madre, como Jehová tu Dios te ha mandado,
para que sean prolongados tus días, y para que te vaya bien sobre la
tierra que Jehová tu Dios te da."
Deuteronomio 5:16
Una cosa es ser padre y otra cosa es ser progenitor. Ser progenitor es determinar
una descendencia, es traer hijos al mundo, tanto el hombre como la mujer a una
edad determinada están capacitados para procrear o tener hijos y criarlos hasta que
puedan manejarse en forma independiente. En complemento a eso, ser padre no es
sólo traer hijos al mundo, sino asumir la responsabilidad que ser padre involucra.
Preparándonos para ser padres
Generalmente para ejercer cualquier profesión u oficio, uno requiere preparación,
capacitación o adquirir experiencia con esfuerzo y mucho trabajo. Cuando uno
estudia para adquirir una profesión pasa por lo menos cinco años estudiando,
presentando exámenes, entregando prácticas. Pero no nos damos cuenta que ser
padre o madre es la más noble y sacrificada profesión que requiere preparación
para ser ejercida con excelencia y calidad.
COMO SER BUENOS PADRES EN UN MUNDO MALO
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Muchos padres jóvenes hoy no disfrutan a sus hijos, porque cada etapa de la
crianza y educación de los hijos les sorprende como algo nuevo, porque nunca se
prepararon para ello, nunca leyeron un libro, ni miraron un documental, no
consultaron a un doctor o escucharon un mensaje que les enseñe y capacite para
planificar, recibir y disfrutar a los hijos plenamente. Los hijos se convierten en una
carga cuando uno no se preparó para tenerlos, es triste, pero cierto.
Pero nunca es tarde, así como una persona de avanzada edad, que nunca supo leer
y escribir, es instruida hoy, a pesar de los años en la lectura y escritura, de tal
manera que la pueda ejercer para su beneficio, así también nunca es tarde para
aquellos padres que quieran ser buenos padres. Hoy en día existen muchos
recursos para poder convertirse en buenos padres, en buenos hijos, en buenos
trabajadores, en buenos hijos de Dios.
Desechando lo malo reteniendo lo bueno
Es una consigna bíblica:
"Examinadlo todo; retened lo bueno."
1 Tesalonicenses 5:1
Es verdad que cuando vienen los hijos a nuestro hogar, llueven los consejos y las
recomendaciones, pero es necesario determinar cuales son buenos consejos y
cuales habrá que desecharlos, un buen consejo no siempre es aquél que está basado
en la buena intención, sino aquél que guarde coherencia con los principios éticos,
morales y dignos de la fe que profesamos. Por ésta razón todo consejo,
amonestación o recomendación debe ser filtrada por medio de la sensatez, del
amor y de la doctrina bíblica.
Padres buenos y buenos padres
Hay una diferencia entre ser padres buenos y buenos padres.
El padre bueno quiere sin pensar, el buen padre piensa para querer de forma que
se organiza y se amolda a las necesidades de su hijo con esfuerzo y voluntad.
El buen padre dice que sí cuando es sí, y no cuando es no. Este comportamiento
no implica dureza sino educación ya que uno de los principios fundamentales que
debe aprender el niño es la diferencia entre el bien y el mal. El padre bueno sólo
sabe decir que sí.
El padre bueno hace del niño un pequeño Dios mimado y malcriado que acaba en
un pequeño demonio.
En cambio el buen padre no hace ídolos, ve al niño como lo que es un niño.
El buen padre echa a volar la fantasía de su hijo dejándole crear. El padre bueno
modula la voluntad de su hijo ahorrándole esfuerzos y responsabilidades.
El buen padre templa el carácter del hijo llevándolo por el camino del esfuerzo y
del trabajo.
Y así, el padre bueno llega a la vejez decepcionado y tardíamente arrepentido.
Mientras el buen padre termina por ser respetado, querido y a la larga,
comprendido.
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2. CONSIDERANDO A LOS HIJOS
Todos somos diferentes, en función del sexo, de la edad, de la cultura, de las
costumbres, etc. Así como hombre y mujer son diferentes, así también hay
diferencia entre padres e hijos. Por esta razón, debemos considerar a nuestros hijos
e hijas en su propia manera de ser. Esto no significa que cada uno
Los papás y mamás actuales se encuentran muchas veces desbordados. El ritmo de
vida que les arrastra les deja poco tiempo para la reflexión. Las pautas educativas
han cambiado tanto en tan poco tiempo que es difícil saber como actuar en las
circunstancias complicadas. A los niños les compramos muchas cosas y los
apuntamos a muchas clases, a los pequeños los estimulamos pero nos cuesta
renunciar al ocio adulto para jugar con ellos. Cansados, caemos en los gritos, la
impaciencia y los castigos, no sabemos como manejar las situaciones. Y es que
para ser buenos padres hay algunas cosas que no pueden faltar.
1) Dominio Propio, Autocontrol, Templanza
Lo primero es tener autocontrol. Nos enfadamos con las rabietas,
caprichos y regresiones de los niños, si lloran o gritan o patalean. Les
exigimos un autocontrol que ellos no tienen y que lleva tiempo desarrollar.
Pero lo vergonzoso es que les exigimos ese autocontrol prematuro y lo
hacemos gritando, poniéndonos furiosos y atacados de los nervios.
Los adultos somos nosotros y si no hemos aprendido a estas alturas a
controlarnos ya es hora de empezar a hacerlo. Nosotros tenemos que
aprender a controlarnos y a organizar nuestro devenir cotidiano de un modo
que nos permita disfrutar de esa mínima calidad de vida, en vez de montar
en cólera si un pequeñín se ve desbordado por el cansancio o las emociones.
2) Coherencia, sentido común, sensatez
Además hace falta mucha coherencia. Los niños no aprenden de lo que les
decimos que está bien o está mal. Los niños aprenden de lo que hacemos.
Seamos coherentes y no digamos algo que no somos capaces de cumplir.
Nada más ridículo y vergonzoso que un padre gritándole a un niño pequeño
que como vuelva a pegarle a su hermanito le parte la cara. O ese que
amenaza con cosas que no cumplirá, miente descaradamente para que el
niño obedezca inventando castigos de Reyes Magos que no vendrán, pero se
comporta de un modo maleducado y poco cívico mientras repite ideas
educativas que hasta un niño de dos años se da cuenta que su padre
incumple descaradamente.
Si le dices a tu hijo que no grite, no grites tú. Si no quieres que pegue, no
pegues tú. Si quieres que respete a los mayores, respeta tú a los demás,
incluidos a los niños. Si no quieres que diga tacos o insulte, ya sabes lo que
debes abstenerte de hacer. Si quieres que sea limpio, lávate las manos y
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