1984 George Orwell. Los peligros del totalitarismo
3376263212 de Junio de 2014
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1984 este libro nos habla de que el mundo está dividido en tres grandes superpotencias que son Oceanía, Eurasia y Asia Oriental. Este padece una guerra interminable que enfrenta a las tres potencias, en un cambiable ir y venir de alianzas. Al iniciarse la novela, Oceanía está en guerra con Eurasia, siempre ha estado en guerra con Eurasia, y está aliada con Asia Oriental.
Winston Smith es un funcionario del Departamento de Registro del Ministerio de la Verdad, que irónicamente es el organismo encargado de falsear la realidad y manipular la opinión pública. Es un cuadro inferior del todopoderoso Partido, muy lejos del nivel de vida alcanzado por los miembros del Partido Interiornque esta es la auténtica élite de la sociedad, cuya cúspide es el todopoderoso Gran Hermano, este gran hermano está muy por encima de las privaciones de los proles, la clase inferior. Winston Smith es, pues, un representante de la clase media de uno de los Estados más represores que ha presentado la literatura.
Pero Winston tiene dudas. Puesto que un incidente aislado, ocurrido años antes, le hace sospechar que el Partido manipula la realidad hasta extremos inauditos. Por error, cayó en sus manos un documento que demostraba que tres disidentes políticos caídos en desgracia quienes estos eran Jones, Aaronson y Rutherford, a quienes él mismo había visto en una ocasión, habían sido considerados héroes del Partido para, a continuación, desaparecer de cualquier fuente documental como si nunca hubiesen existido. El trabajo de Winston consiste precisamente en eso: que es alterar la prensa de tal manera que las noticias que incomodan al Partido sean sustituidas por otras que se adecuen a la verdad oficial. Al desaparecer de la prensa y de cualquier otro medio de comunicación, se puede decir que estas noticias nunca han existido. Su funcionamiento de este era que las personas caídas en desgracia a los ojos del Partido dejaban de existir a los ojos del mundo. Más aún: nunca han existido.
La facultad se basa en poder cambiar de idea al compás de las consignas del Partido. Un objeto blanco puede ser negro si el Partido dice que es negro, y la tarea del buen miembro del Partido estriba en adquirir la habilidad mental necesaria para convencerse a sí mismo de cuándo un objeto blanco es negro. Este se basaba en una capacidad del doblepensar de generar paradojas pues este se manifiesta en la nomenclatura de los órganos gubernamentales: el Ministerio de la Verdad se encarga de manipular la mente de los ciudadanos; el Ministerio de la Abundancia gestiona los cada vez más escasos recursos alimenticios y de materias primas; el Ministerio de la Paz es el que moviliza tropas; y el Ministerio del Amor es el encargado de ejercer la coerción física y mental sobre la población.
El doble pensar es sólo un estado mental conducente a afianzar una concepción inmutable de la Historia; está siendo una herramienta intelectual, en resumen, que encuentra su plasmación en laneolengua,este era un lenguaje artificial creado por el Partido y este servia a que modelará la mentalidad de los súbditos del Gran Hermano. El lenguaje determina la estructura del pensamiento humano. Al prescindir de determinadas palabras, se prescinde de su concepto. De este modo, el Partido puede controlar y uniformar con mayor facilidad los pensamientos de sus miembros. Aquí en este tiempo el delito más grande era el doble pensar.
Un ciudadano puede tener una conducta irreprochable, ser un miembro modélico del Partido, cantar todas sus consignas y dominar la neolengua; pero, si en su fuero interno no está convencido de la verdad del Ingsoc y esquiva con pericia la tupida red de delaciones en que se sustenta la sociedad oceánica, tarde o temprano se delatará a sí mismo mediante el crimental. Pero no solo eso también un hecho, un indicio, un pensamiento a destiempo, un lapsus linguae o incluso una frase murmurada entre sueños bastarán para acabar con esa persona. Y ese "acabar con esa persona" funciona tanto en el sentido individual como en el colectivo.
Syme, es uno de los compañeros de charla de café de Winston, encargado de confeccionar la undécima y casi definitiva edición del Diccionario de neolengua, que este explica su funcionamiento que se expresa en el siguiente parrafo:
"¿No ves que la finalidad de la neolengua es limitar el alcance del pensamiento, estrechar el radio de acción de la mente? Al final, acabaremos haciendo imposible todo crimen del pensamiento. En efecto, ¿cómo puede haber crimental si cada concepto se expresa claramente con una sola palabra, una palabra cuyo significado está decidido rigurosamente y con todos sus significados secundarios eliminados y olvidados para siempre? (...) ¿Cómo vas a tener un eslogan como el de "la libertad es la esclavitud" cuando el concepto de libertad no exista?"
El miedo a que se cometa crimental es la primera señal de que se está cometiendo un crimen. Y Winston ya ha alcanzado esa fase desde el momento en que comienza a escribir un diario. Lo hace a pluma, sorteando las telepantallas instaladas en su dormitorio que detectan su comportamiento huraño. Gracias a estas telepantallas no existe intimidad.
La primera manifestación de sumisión al partido es el acatamiento son sus tres grandes eslóganes:
La guerra es la paz.
La libertad es la esclavitud.
La ignorancia es la fuerza.
Estas tres consignas constituyen el resumen del pensamiento del Ingsoc, son todo lo que un buen miembro del Partido necesita saber para ser un ciudadano de comportamiento correcto. La única manera de alcanzar la paz es mantenerse en estado de guerra contra las otras dos potencias, pues tarde o temprano Oceanía habrá de triunfar. La sumisión al Partido es la única manera de mantener un poco libertad; en caso contrario, mueres, dejas de existir. El falseamiento de la realidad es la base del sistema: creer las mentiras impuestas los harán fuertes para mantenerlos dentro del juego propuesto por el Partido; cuanto más ignorantes seamos, menos riesgo de descubrir incoherencias, menos posibilidades de caer en el crimental.
El segundo acto que entraña sumisión al partido es la abstinencia sexual. Winston odia con todas sus fuerzas a dos mujeres que son: su esposa Katharine y Julia. Ambas son el prototipo de mujer entregada al partido. Su esposa no quiso darle descendencia, al considerar la maternidad un acto de sumisión al Partido: está condicionada para considerar el sexo por placer como una abominación, su frigidez es su fuerza. Julia encarna a la mujer militante en la Liga Juvenil Anti-Sex, que paradójicamente trabaja en el Departamento de Novela del Ministerio de la Verdad; es decir, esta se encarga de escribir novelas pornográficas que luego son distribuidas clandestinamente entre los proles, para hacerles creer que consumen un producto prohibido. Su cinturón de castidad es el recordatorio de que el sexo es intrínsecamente abominable. Prohibido el amor, ¿qué otra alternativa tienen los habitantes de Oceanía? Nada más claro que el odio.
El odio hasta el dolor. El tercer y más fuerte motor de cohesión de la sociedad de 1984. ¿Pero odio a qué a que puede ser? A lo extraño, al extranjero, al contrario al Partido.
Sus dominios de odio son: La ración diaria de odio necesaria para hacer funcionar el sistema.
Los ciudadanos están condicionados para odiar a Goldstein. Odiar a Goldstein es amar al Partido y al Gran Hermano y todo lo que representa el Ingsoc. Dudar de la maldad de Goldstein es la peor forma de crimental.
Y Winston cae en ella.
Winston odia al Partido. Odia al Gran Hermano. Sabe que el Partido manipula la información, altera la percepción cotidiana de la realidad. Lo sabe porque él mismo ha tenido en sus manos una prueba de este fraude. Pero al mismo tiempo sabe que otros como él odian también al Partido. Por ejemplo, O'Brien, un destacado miembro del Partido Interior, que se le aparece en sueños prometiéndole un pronto encuentro en "el lugar donde no hay oscuridad". Guiado por una complicidad inexplicable, más intuitiva que fundamentada, Winston sigue los pasos de O'Brien, convencido de que le puede aclarar dudas acerca de la existencia de la Hermandad, una organización clandestina, no se sabe si existente o no, enemiga jurada del Partido y el Gran Hermano, tal vez impulsada por el propio Goldstein, el archienemigo.
Pero antes de acceder a O'Brien, Winston debe consumar su crimental, debe trasgredir todas las reglas impuestas por el Partido, debe vulnerar todos sus condicionamientos. La primera parte de la novela nos refiere el proceso mental que sigue Winston antes de estar preparado para saltar a esa fase. El acto de escribir el diario que hace a Winston que es plantearse cada vez más interrogantes acerca del funcionamiento del Partido y sus sistema de mentiras. Es la toma de conciencia por parte de Winston de que la pretendida utopía no es sino una terrible distopía. El siguiente razonamiento llevará a Winston a plantearse la manera más idónea de contestación al régimen. Pronto llegará al punto en que la única solución posible le parece el derrocamiento del Gran Hermano. Pero los miembros del Partido, sujetos a férreos condicionamientos, no serán la fuerza capaz de acabar con la opresión. Winston fija sus ojos en los proles, los proletarios, aquellos ciudadanos ajenos al juego del Gran Hermano, la masa acrítica y no condicionada. Los proles recuerdan una existencia anterior al Gran Hermano, en ocasiones parecen inmunes al lavado de cerebro que ha hecho creer a toda la sociedad que la inmensa mayoría de los adelantos científicos y tecnológicos de la Humanidad son obra del Gran Hermano. Winston, que carece de familia pues este
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