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ANALISIS REFLEXIVO SOBRE EL PENSAMIENTO DE NELA MARTINEZ ESPINOZA


Enviado por   •  24 de Septiembre de 2013  •  2.058 Palabras (9 Páginas)  •  716 Visitas

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ANALISIS REFLEXIVO

SOBRE EL PENSAMIENTO DE

NELA MARTINEZ ESPINOZA

NELA MARTINEZ ESPINOSA

POLITICA.- Nació en la hacienda Coyoctor, propiedad de su padre, en la provincia de Cañar, el 24 de Noviembre de 1912. Hija legítima de César Martínez Borrero, de ideología conservadora, propietario de la mejor casa en la plaza principal de la población de Cañar, de la hacienda Coyoctor de maíz, trigo, cebada y árboles, y de Enriqueta Espinosa Espinosa, mujer de múltiples cualidades, de temperamento dulce y afectuoso y una gran lectora. (1) ambos oriundos de Cañar.

La octava de una larga familia de quince hermanos criados con todas las comodidades de la época, estudió la primaria en la escuela de las monjas Catalinas de Cañar y en 1924 fue enviada interna al colegio de Los Sagrados Corazones de Cuenca, donde solo le permitían salir una vez al mes a casa de sus abuelos maternos Darío y Sofía Espinosa (2).

También hacia poesías desde muy joven y hasta escribía cuentos, pero desde que encontró en una librería de Cuenca un número de la revista Amauta, que publicaba

(1) Recuerda que la única ocasión en que su madre perdió los estribos fue cuando por defender a un perseguido político en la revolución Juliana que había buscado asilo en su casa, dio de bofetadas a un policía impertinente.

En 1926 presenció el levantamiento indígena en el austro contra el aumento del precio de la sal gravada con un exorbitante impuesto destinado para terminar la Catedral de Cuenca.

Como en esos tiempos no se acostumbraba graduar de bachiller a las mujeres, al terminar sus estudias y de tan sólo dieciséis años, tuvo que volver a Cañar. Un día cayó por sus manos una revista, en ella leyó un poema de Joaquín Gallegos Lara, se emocionó y le escribió una carta a Guayaquil.

Nela tenía una enorme curiosidad, era delgada y casi pequeña, con un aire de orgullo y unos ojos profundos que daban cuenta de su carácter decidido y tenaz.

En 1933 vivió entre su casa en Cañar y la de sus abuelos maternos en Cuenca, frecuentada por un grupo de valiosos jóvenes intelectuales que admiraban su talento y su belleza. Su primo Arturo Borrero Bustamante la cortejaba, C. Humberto Mata la alentaba a escribir, se prestaban libros adquiridos en la librería Janer de Guayaquil, hablaban de literatura, recitaban poesías, creían en la reivindicación socioeconómica del proletariado, única forma de vivir con dignidad en un país tercermundista como el nuestro, aunque a ciencia cierta aun tenían nociones mas bien utópicas, pero iban formando conciencia de la terrible realidad en que se debatía el pueblo en las urbes y el campesinado en el agro.

Una activa relación epistolar la unía cada vez más con gallegos Lara, que se convirtió en su mentor intelectual, guía y maestro. Casi naturalmente fue transformándose en una mujer de avanzada, en una comunista.

Entonces ocurrió un suceso qué marcó definitivamente su destino. Su padre había garantizado al cura de Cañar, quien necesitaba dinero para la construcción de una escuela. La letra de cambio fue descontada donde Cornelio Merchán Tapia que era prestamista, pero, semanas antes del vencimiento, el Cura sufrió un colapso y falleció. El Obispo Hermida, que conocía esos antecedentes, negó su autorización para que la letra fuere pagada con las rentas del Curato y colocó al señor Martínez en una dificilísima situación.

Para entonces Nela ya era conocida en las letras comarcanas del Azuay y Cañar. Por eso, en 1932, Benjamín Carrión había publicado en "índice de la Poesía Ecuatoriana" que los poetas azuayos anteriores a G. Humberto Mata, Nela Martínez y Alfonso Cuesta y Cuesta sólo tuvieron los ojos plácidos para ver en su vasta y maravillosa campiña, sembrada de injusticia y explotación, a Zagalas y Zagales que dejaban a Dios cuidando sus apriscos, paciendo tomillo y hierbabuena, mientras ellos iban a las ermitas del pueblo.

Nela comprendió que debía ganarse la vida y acordándose que el Director de Estudios del Tungurahua, Julio C. Larrea, había alabado por la prensa sus trabajos literarios, le pidió empleo y fue designada maestra nocturna en Ambato con S/. 60 mensuales.

En esa ciudad alquiló una pieza donde la familia Chacón y empezó a alimentarse casi exclusivamente de manzanas, tratando de acomodarse a los nuevos tiempos y a la peor crisis económica que ha conocido nuestro país en el siglo XX.

Al saber su comportamiento Gallegos Lara le propuso matrimonio. Nela habló con su padre que nada sabía de estos amoríos. -Tengo intenciones de casarme con Joaquín que es inválido. ¿Por qué no te haces monja de la caridad?- Deseo luchar contra las injusticias y si la naturaleza fue injusta con él, lucharé contra la naturaleza. El matrimonio se realizó en Ambato.

Enseguida regresaron a Guayaquil y vivieron ocho meses con la madre de Gallegos Lara, el crítico Francisco Ferrandiz Albors, Enrique Gil Gilbert, Alba Calderón de Gil y Alfredo Palacios, compartiendo un cómodo departamento del centro del puerto principal, prestándose libros, comentándolos, haciendo crítica. Nela se afilió al Partido Comunista y se integró a una activa militancia con su esposo; su presencia en los sindicatos era bien vista, trabajaba manifiestos y literatura pedagógica, en fin, todo cuanto pudiera ser de utilidad a la clase trabajadora. Ese año fue premiado su relato “El Azote” Concurrían a los Sindicatos dando charlas de adoctrinamiento por las noches.

Lamentablemente muchos factores se confabularon en contra de la estabilidad del matrimonio. Por una parte el factor económico les mantenía en una permanente angustia habiendo días que no tenían ni para comer, la dificultad de transportación, todo se les dificultaba por el ambiente pesado de la crisis. A los ocho meses ocurrió que Alba se peleó con Nela y ésta partió a Quito donde creía que encontraría trabajo más fácilmente que en Ambato, Cuenca o Cañar. Gallegos Lara le siguió casi enseguida pero ya la ilusión inicial de parte de ella había pasado irremediablemente y advino el divorcio.

(3) Personas dignas de todo crédito me han referido que una vez dentro del despacho Velasco dio la orden que Gallegos Lara fuera apresado por irrespetuoso,

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