ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Antropologia Filosofica


Enviado por   •  17 de Abril de 2014  •  2.076 Palabras (9 Páginas)  •  192 Visitas

Página 1 de 9

Mito y religión

Entre todos los fenómenos de la cultura los más refractarios a un análisis meramente lógico son el mito y la religión. El mito parece a primera vista un puro caos, una masa informe de ideas incoherentes y vanas y ociosas tratar de buscar sus razones. Si algo hay que puede caracterizar al mito es el hecho de que está "desprovisto de rima y de razón". En cuanto al pensamiento religioso, en modo alguno se opone necesariamente al racional o filosófico. Una de las tareas principales de la filosofía medieval consistió en establecer el verdadero vínculo entre estos dos modos de pensamiento.

Tomás de Aquino la verdad religiosa es sobrenatural y suprarracional pero no irracional. Con sólo la razón no podemos penetrar en los misterios de la fe, pero estos misterios no contradicen sino que completan y perfeccionan la razón.

Kierkegaard describe la vida religiosa como la gran "paradoja". Según él, todo intento por atenuar esta paradoja significa la negación y la destrucción de la vida religiosa. La religión sigue siendo un enigma no sólo en un sentido teórico sino también ético; se halla cargada de antinomias teóricas y de contradicciones éticas.

No existe fenómeno natural ni de la vida humana que no sea capaz de una interpretación mítica y que no reclame semejante interpretación.

El mito, en su verdadero sentido y esencia, no es teórico;desafía nuestras categorías fundamentales del pensamiento. Su lógica, si tiene alguna, es inconmensurable con todas nuestras concepciones de la verdad empírica o científica; pero la filosofía no pudo admitir jamás semejante bifurcación.

Lo que distingue a estos métodos modernos de las formas anteriores de interpretación alegórica es el hecho de que ya no consideran el mito como una mera invención con propósitos especiales. Aunque el mito es ficticio se trata de una ficción inconsciente. La mente primitiva no se daba cuenta del sentido de sus propias creaciones.

Malinowskidice, todo mito posee, como núcleo o realidad última, algún fenómeno natural, entretejido laboriosamente en una fábula a tal grado que, a veces, casi lo cubre y disimula por completo.

En la teoría psicoanalítica del mito que nos ofrece Freudlas creaciones míticas no serían sino variación y disfraz de un mismo tema psicológico, la sexualidad.

El mito combina un elemento teórico y un elemento de creación artística. Lo primero que nos llama la atención es su estrecho parentesco con la poesía. "El mito antiguo, se ha dicho, constituye la 'masa' de donde ha ido emergiendo poco apoco la poesía moderna mediante el proceso que los evolucionistas denominan diferenciación y especialización.

Una clave la encontramos en la afirmación de Kant de que la contemplación estética es por completo indiferente a la existencia o inexistencia de su objeto, pero, precisamente, semejante indiferencia es por entero ajena a la imaginación mítica;en ella va incluido, siempre, un acto de creencia.

A este respecto parece posible, y hasta indispensable, comparar el pensamiento mítico con el científico. Cierto que no siguen las mismas vías pero parecen preocuparse por la misma cosa: la realidad. En la antropología moderna esta afinidad fue subrayada por Sir James Frazer.Es una tesis que no puede resistir el examen crítico; la antropología moderna parece haber abandonado por entero los puntos de vista de Frazer.59 Se reconoce generalmente en la actualidad como una concepción muy inadecuada del mito y de la magia el considerarlos con un carácter típicamente etiológico o explicativo.

El mundo mítico se halla, como si dijéramos, en un estado mucho más fluido y fluctuante que nuestro mundo teórico de cosas y propiedades, de sustancias y de accidentes. Para poder captar y describir esta diferencia podríamos decir que lo que primariamente percibe el mito no son caracteres objetivos sino fisiognómicos.La naturaleza en su sentido empírico o científico puede ser definida como "la existencia de las cosas en cuanto está determinada por leyes universales".60

Semejante "naturaleza" no existe para el mito; su mundo es dramático, de acciones, de fuerzas, de poderes en pugna.

Durkheim parte del principio de que no será posible explicar el mito mientras tratemos de buscar sus fuentes en el mundo físico, en una intuición de los fenómenos naturales. No es la naturaleza sino la sociedad el verdadero modelo del mito.Se describe el pensamiento mítico como pensamiento prelógico. Si busca causas, no son lógicas ni empíricas; son "causas místicas". "Nuestra actividad cotidiana implica una confianza absoluta y perfecta en la invariabilidad de las leyes naturales. La actitud del hombre primitivo es diferente, para él la naturaleza dentro de la cual vive se presenta con un aspecto bien distinto. Todas las cosas y criaturas comprendidas en ella se hallan envueltas por una red de participaciones y exclusiones místicas".

El hombre primitivo no es víctima de tal olvido; sus pensamientos y sus sentimientos continúan encauzados en este estrato original. Su visión de la naturaleza no es puramente teórica ni meramente práctica; es simpatética; si descuidamos este punto no podremos abordar el mundo mítico. El rasgo fundamental del mito no es una dirección especial del pensamiento o una dirección especial de la imaginación humana; brota de la emoción y su trasfondo emotivo tiñe sus producciones de su propio color específico.

Las creencias totémicas representan uno de los rasgos más característicos de la cultura primitiva. La vida religiosa ysocial de las tribus más primitivas —por ejemplo, las tribus aborígenes de Australia, que han sido estudiadas y descritas detalladamente por Spencer y Gillen65— se halla gobernada por concepciones totémicas. Y en etapas mucho más avanzadas, en la religión de naciones muy civilizadas, encontramos un sistema muy complejo y elaborado de culto zoolátrico.

El etnólogo Karl von den Steinen cuenta que los miembros de cierto clan totémico de una tribu india afirmaban que eran una misma cosa que el animal del que derivaban su origen: expresamente declaraban ser animales acuáticos o papagayos rojos. Nos cuenta Frazer que entre las tribus dieri de Australia el cabecilla de un tótem, que consistía en una clase particular de simiente, era nombrado por su pueblo como siendo la planta misma que produce la semilla.

Herbert Spencer defendió la tesis de que se ha de considerar el culto a los antepasados como la fuente primera y el origen de la religión. En todo caso representa uno de los motivos religiosos más generales. Pocas razas parece haber que no practiquen en una forma u otra algún género de culto a la muerte.

En China este culto a los antepasados, sancionado y regulado por la religión oficial, es concebido como la única religión que puede tener el pueblo.

Significa —como dice De Groot, en su descripción de la religión china—, que los lazos familiares con el muerto no se rompen y éste continúa ejerciendo su autoridad y dispensando su protección.

En su conocido libro La ciudad antigua,Fustel de Coulanges nos ofrece una descripción de la religión romana en la que trata de demostrar que toda la vida social y política de los romanos lleva las huellas del culto a los manes. El culto a los antepasados siguió siendo siempre una de las características básicas y dominantes de la religión romana.

El temor a la muerte representa, sin duda, uno de los instintos humanos más generales y más profundamente arraigados. La primera reacción del hombre ante el cadáver ha debido de ser el abandonarlo a su suerte y huir de él con terror, pero semejante reacción la encontramos sólo en unos cuantos casos excepcionales. Muy pronto es superada por la actitud contraria, por el deseo de detener o evocar el espíritu del muerto.

En esto no hay diferencia radical entre el pensamiento mítico y el religioso; los dos se originan en el mismo fenómeno fundamental de la vida humana. En el desarrollo de la cultura no podemos fijar el punto donde cesa el mito y comienza la religión. En el curso de su historia la religión permanece indisolublemente conectada e impregnada con elementos míticos. Por otra parte, el mito, hasta en sus formas más crudas y rudimentarias, alberga algunos motivos que, en cierto sentido, anticipan los ideales religiosos superiores de después. El mito es, desde sus comienzos, religión potencial.

Según Bergson, la vida ética del hombre refleja la misma lucha metafísica entre un principio activo y otropasivo. La vida social repite y refleja el proceso universal que encontramos en lavida orgánica y se halla dividida entre dos fuerzas opuestas. La una tiende apreservar y hacer eterno el estado presente de las cosas; la otra trata de crearnuevas formas de vida humana que no existieron antes. La primera tendenciacaracteriza a la religión estática, la segunda a la dinámica; jamás se podránreducir ambas a un denominador común.

Su libronos ofrece un análisis claro e impresionante de ambas formas. Sin embargo, unsistema metafísico no puede contentarse con una mera descripción analítica de losfenómenos sino que ha de procurar reducirlos a sus causas últimas; por eso Bergsontiene que derivar los dos tipos de vida moral y religiosa de dos fuerzas divergentes,una que gobierna la vida social primitiva y otra que rompe la cadena de la sociedadpara crear un nuevo ideal de una vida personal libre. Si aceptamos esta tesis, noexiste un proceso continuo que nos pueda llevar de una forma a la otra. Unacrisis súbita del pensamiento y una revolución del sentimiento señala la transiciónde la religión estática a la dinámica.

El progreso de la religión griega —dice Gilbert Murray — se desarrollanaturalmente en tres etapas, las cuales son históricamente importantes.Primeramente tenemos la primitiva Euetheia, o edad de la inocencia, antes de que Zeus trastornara la mente de los hombres. Una etapa de la que nuestrosantropólogos y exploradores han encontrado paralelos en todas las partes del mundo... Si en algunos aspectos característicamente griega, es en otras tan típicas como etapas similares del pensamiento en cualquier otra parte, y uno está tentado a considerarla como el comienzo normal de toda religión o, por lo menos, como la materia prima normal con la que se hace la religión.

Luego viene ese proceso que en la obra de Gilbert Murray es descrito como la

"conquista olímpica". Después de esta conquista, el hombre concibe la naturaleza y su propio lugar en ella en un sentido diferente. El sentimiento general de lasolidaridad de la vida cede su lugar a un motivo nuevo y más fuerte, al sentido específico de la individualidad del hombre. Ya no existía un parentesco natural, una consanguinidad que conecta al hombre con las plantas o los animales. El hombre comenzó a ver en sus dioses personales su propia personalidad a una nueva luz.

Según Schleiermacherla religiónha surgido del sentimiento de absoluta dependencia de lo divino.

Frazer fue uno de los primeros que trataron de probar que, precisamente desde un punto de vistaantropológico, no es posible colocar bajo un mismo renglón a la magia y a lareligión. Según él, son enteramente diferentes por su origen psicológico y tiendentambién a fines contrarios. El fracaso y la bancarrota de la magia prepararon lavía de la religión.

Esta distinción parece, sin embargo, artificial, lo mismo si se la considera desde un punto de vista sistemático como desde los hechos etnológicos. No poseemos pruebas empíricas de que existiera jamás una época de la magia que haya sido seguida y superada por una época de la religión.

Frazer establece una distinción rigurosa entre dos formas de magia que designa como magia imitativa y magia simpatética.80 Pero toda magia es simpatética en su origen y en su significado; porque el hombre no pensaría entrar en un contacto mágico con la naturaleza si no tuviera la convicción de que existe un vínculo común que une a todas las cosas, que la separación entre él y la naturaleza y entre las diferentes clases de objetos naturales es, después de todo, artificial y no real.

La religión no tiene poder como para intentar siquiera suprimir o desarraigar estos instintos profundísimos de la humanidad; cumple una misión diferente, debeutilizarlos encauzándolos por nuevas vías. La creencia en la simpatía del todo es uno de los fundamentos más firmes de la religión misma, pero la simpatíareligiosa es de género distinto que la simpatía mítica y mágica; proporcionafinalidad a un nuevo sentimiento, el de individualidad.

Las concepciones de la religión primitiva sonmucho más vagas e indeterminadas que nuestras propias concepciones e ideales.El mana de los polinesios, lo mismo que las concepciones paralelas que encontramosen otras partes del mundo, muestra este carácter vago y fluctuante; no poseeindividualidad, ni subjetiva ni objetiva. Es concebido como una materia común misteriosa que impregna todas las cosas. Según la definición de R. H. Codrington, que fue el primero en describir el concepto de mana, es "un podero influencia no física y, en algún sentido, sobrenatural; pero se muestra comofuerza física o en cualquier género de poder o excelencia que posee un hombre".

...

Descargar como  txt (13.1 Kb)  
Leer 8 páginas más »
txt