Aristoteles
katerin1329 de Octubre de 2013
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Aristóteles
Uno de los genios más poderosos que han brillado sobre la tierra, llamado el Príncipe de los filósofos. Nació en Estagira el año 384 antes de Jesucristo, y en sus primeros años se aplicó a la medicina y a las ciencias naturales. A los veintidós años de su edad pasó a Atenas y se hizo discípulo de Platón, asistiendo a su Academia por espacio de veinte años. Hacia el año 343 el rey Filipo de Macedonia le rogó que se encargase de la educación de su hijo Alejandro el Magno, invitación que no honra menos al rey de Macedonia que al filósofo de Estagira, y que demuestra la justa celebridad que este último gozaba ya por entonces en toda la Grecia y países adyacentes. Aristóteles acompañó a su discípulo en sus primeras expediciones, y después volvió a Atenas y abrió su escuela en un paseo de la ciudad, llamado el Liceo, de donde tomó su nombre; pero es más conocida su escuela con la denominación de Peripatética, a causa de la costumbre de Aristóteles de explicar paseando. A la muerte de Alejandro se vio acusado de impiedad y ateísmo, y tuvo que huir de Atenas, queriendo, según decía, evitar a los atenienses, ya manchados con la muerte de Sócrates, un nuevo atentado contra la filosofía. Fue a establecerse a Calcis en la isla de Eubea, donde murió poco tiempo después, el año 322, [691] a los sesenta y dos de su edad, de muerte natural, por más que algunos autores dicen que se suicidó, y otros que murió envenenado.
Aristóteles es el genio más vasto de la antigüedad; grande observador, espíritu analítico y generalizador, talento universal, el más metódico que ha existido, abrazó todas las ciencias conocidas en su tiempo y creó otras nuevas. Sus escritos forman una especie de enciclopedia, y durante muchos siglos fijaron los límites del saber humano. La lógica, la psicología, la retórica y la poética recibieron de él, por primera vez, su forma científica; la física, las matemáticas, la metafísica, la moral y la política, fueron reducidas a un cuerpo compacto de doctrina; la fisiología y la zoología son creaciones suyas; y el principal mérito de Aristóteles fue haber dado a la ciencia una base firme y sólida.
Se dice que Aristóteles enseñaba dos especies de doctrina, una esotérica y general para toda clase de oyentes, y otra exotérica o especial y reservada para ciertos discípulos privilegiados; pero los autores no están conformes cuando se trata de determinar qué clase de libros contienen su doctrina pública y cuáles otros la secreta.
Las obras principales de Aristóteles que han llegado hasta nosotros, son las siguientes: Perihermenias seu de interpretatione; Categoriae o sea Praedicamenta; Analytica priora; Analytica posteriora; Topicorum, libri octo; Elenchorum, libri duo. Todos estos tratados reunidos forman el Organon de Aristóteles. Physicorum, libri octo; De Caelo, libri quatuor; De Generatione el corruptione, libri duo; Metereologicorum, libri quatuor; De anima, libri tres; De sensu et sensibilibus; De memoria el reminiscentia; De somno et vigilia; De longitudine et brevitate vitae; De juventute et senectute; Metaphysicorum, libri quatuordecini; De Xenophane, Zenone et Gorgia; Ethica ad Nichomacum; Magna moralia; Ethica ad Eudemium; Politicorum, libri octo; Rhetoricorum ad Theodectem, libri tres; De Poetica; De historia animalium, libri novem; De animalium incessu; De partibus animalium, libri quatuor; De generatione animalium, libri quinque. Y cuenta que hacemos aquí caso omiso de varios escritos que corren entre sus obras, pero que o son apócrifos o de autenticidad muy dudosa, en cuyo caso se hallan, entre otras, las siguientes: Physiognomica; De motu animalium; De mundo; De coloribus; De spiritu, De lineis insecabilibus; De causis; De re mechanica; De insomniis; De divinatione per somnium; Rhetorica ad Alexandrum; Parva naturalia.
Además estas obras que nos han llegado han sufrido algunas alteraciones por los cambios de dueño por que pasaron. Teofrasto, que las había heredado, las dejó también en herencia a su sobrino Neleo de Scepsis, el cual las escondió en un subterráneo por temor de que el rey se apoderase de ellas sin pagar su justo valor. Así estuvieron ocultas casi dos siglos, hasta los tiempos de Sila, en cuya época las compró Apelicon de Teos, y hallándolas bastante deterioradas, llenó a su modo las lagunas y restauró los pasajes ilegibles. Más tarde fueron corregidas por el gran ático Tiranion, y posteriormente por Andrónico de Rodas.
Aristóteles ha ejercido la mayor influencia sobre la filosofía, especialmente sobre la escolástica que se ha enseñado por espacio de muchos siglos en las escuelas católicas, aunque depurada de los errores y tendencias primitivas. El Cristianismo purificó la filosofía de Aristóteles y la elevó a mayor altura que había alcanzado por sí misma. Por eso es importante dar una idea general de la filosofía de Aristóteles, que servirá para entender muchos puntos que tocaremos en este Diccionario.
Aristóteles ante todo echó los fundamentos de una verdadera ciencia, creando un método más sencillo y seguro que el de su maestro Platón. La lógica es la obra maestra de Aristóteles, obra que ha sobrevivido a todas las crisis de la ciencia, como teoría del raciocinio y de la demostración, y singularmente conveniente en aquel tiempo para remediar la epidemia sofística. Aristóteles fue en realidad quien, fundiendo, comparando y desarrollando los elementos dispersos y los ensayos parciales anteriores, creó en realidad la lógica como organismo científico. Acerca de esto el Padre Ceferino González en su Historia de la filosofía hace las observaciones siguientes: «1º. Que el punto culminante y el nudo de la lógica aristotélica, es la teoría del silogismo demostrativo, pues en realidad esta teoría del silogismo demostrativo viene a ser el objeto final, el centro común y el término general de relación de los diferentes tratados que componen el Organon de Aristóteles, como son las Categorías, el libro De interpretatione, los Analytica priora y posteriora, el libro Topicorum, &c.
2.º Que esta teoría silogística del fundador de la escuela peripatética es tan completa, tan filosófica y tan acabada, que nada sustancial han podido añadirle ni cambiar en ella los escritores de lógica que vinieron en pos de él, a pesar de la marcada predilección que algunos filósofos de primera nota han manifestado en diferentes épocas hacia esta clase de estudios.
Trendelemburg observa con razón que el nombre de Aristóteles respecto de la [692] lógica es como el nombre de Euclides respecto de la geometría. Así como los geómetras no pueden prescindir de la doctrina del último en los problemas que ocuparon su atención, no de otra suerte antiguos y modernos, contemporáneos y sucesores, vense precisados a buscar modelo e inspiraciones en los escritos de Aristóteles, siempre que se trata de lógica; la teoría lógica del Estagirita aparece y se manifiesta superior a las vicisitudes todas de los siglos.
En cuanto a la psicología, Aristóteles considera al alma como forma sustancial del hombre, o sea aquella sustancia que tiene por objeto hacernos vivir, sentir y pensar, que es la causa del movimiento y principio originario de todas las manifestaciones de la vida, así como también de todos los actos del hombre. Es distinta de las cosas sensibles, y no está sujeta a sus leyes, por lo que puede decirse que es alguna cosa divina, o por mejor decir, lo más divino entre los fenómenos que conocemos. Ella es pensamiento y principio pensador; pero además de pensar en sí misma, piensa en las cosas exteriores por medio de las impresiones que a cada instante recibe de ellas, y por medio de la memoria conserva las ideas que se formó sobre sí misma y sobre las demás cosas. Sin dejar de ser una, contiene en sí de una manera virtual y eminente la perfección del principio vital de las plantas, y también la del alma sensitiva de los animales. Algunos han dicho que Aristóteles no creyó en la inmortalidad del alma, pero la mayor parte de los antiguos comentadores creen que Aristóteles conoció esta verdad, y lo prueban con muchos pasajes de sus obras, más explícitos y concluyentes que los que alegan los adversarios. En cuanto a las sensaciones, el oficio del alma es el del principio que siente, el cual se hace presente a los sentidos, y el oficio de éstos consiste en recibir las impresiones sensibles, más despojadas de la materia. La sensibilidad se distingue enteramente de la misma inteligencia y de sus demás formas, en cuanto que no se aplica sino a lo particular, y nunca se eleva a lo universal. Los sentidos, tanto externos como internos, perciben solamente objetos materiales, sensibles y singulares; el entendimiento tiene por objeto propio lo universal, lo necesario y lo esencial, aun con respecto a los objetos sensibles, y además puede percibir y
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