Arquímedes y Pascal

Arquímedes

(Siracusa, Sicilia, 287 a.C. Ibíd., 212 a.C); matemático y físico griego. Hijo del astrónomo Fidias, estudió en Alejandría y dedicó su vida a la investigación científica. Su obra, apreciada y respetada en su tiempo no fue cabalmente comprendida hasta el Renacimiento, época en que ejerció decisiva influencia. Se le considera el sabio más grande de la antigüedad.

Se le debe la invención de la palanca, del tornillo sin fin (llamado de Arquímedes), de las ruedas dentadas y también de la investigación operativa; con máquinas bélicas de su invención consiguió mantener en jaque al cónsul Marcelo que sitiaba su ciudad. Fue el creador de la mecánica estática y describió que todo cuerpo sumergido en un líquido experimenta un empuje vertical y hacia arriba, igual al peso del líquido que desaloja (principio de Arquímedes).

Sobre los planos que tienen el mismo momento estático es un tratado considerado como el punto de partida de la mecánica teórica. En él se introduce el concepto de centro de gravedad y se da la ley de las palancas, que ya eran empleadas por la técnica. Se le atribuye a Arquímedes la célebre frase: “dadme un punto de apoyo y moveré la tierra”. En sobre los cuerpos flotantes funda la hidrostática, al enunciar el principio que lleva su nombre, y que se refiere a la pérdida de peso que sufren los cuerpos sumergidos en un líquido. También estudia las condiciones de estabilidad de un cuerpo flotante, en particular del paraboloide en revolución. Poseía el concepto de peso específico y lo aplicó al problema que le planteó Hierón, rey de Siracusa, y que consistía en averiguar si su corona era de oro puro. Según una de las leyendas, la solución se le ocurrió al entrar en una bañera, viendo que su cuerpo desalojaba agua de la misma. Al encontrar la solución, habría salido desnudo del baño, corriendo a su casa y exclamando: ¡Eureka, eureka!, o sea ¡lo encontré, lo encontré!

Murió asesinado por un soldado de la tropas del general romano Marcelo, invasor de Siracusa, quien ordenó la matanza de su población por haber resistido el asedio romano durante tres años, y que, según cuenta Plutarco, había ordenado que se perdonase la vida de Arquímedes.

Blaise Pascal

(Clermont-Ferrand, 1623 – Paris, 1662), sabio, filósofo y escritor francés. Se dedicó desde muy joven a trabajos científicos y, a la edad de dieciséis años, redactó en latín un ensayo sobre las cónicas. Invento a los diecinueve de una máquina aritmética (1642), emprendió después importantes estudios sobre el peso del aire y del vacío, estableció las bases del cálculo de probabilidades y estudió el cálculo infinitesimal y el análisis combinatorio. En 1648 su cuñado Périer efectúa, por sugerencia suya, en el Puy de Dôme el experimento con el que demuestra que la altura barométrica disminuye con la altitud.

En “Los pensamientos” (1670) plantea el problema de la religión sobre una base científica y filosófica fuera del campo dogmático y teológico. Allí sostiene que la filosofía es importante para hacer la felicidad del hombre y que sólo el auxilio de la gracia puede iluminar su corazón y hacerlo “sensible a Dios”. Ha querido reunir, y lo ha logrado en su vida, el espíritu de geometría y el espíritu de finesse, las razones de la razón y las otras, las que el corazón tiene y que la razón no conoce.

En su ley fundamental de la hidrostática, la presión aplicada en un punto del seno de un líquido se trasmite en todas direcciones con el mismo valor. Pascal creía que el progreso humano se estimulaba a través de los descubrimientos científicos.

El concepto de que el vacío no existía partía del fundamento aristotélico de que la creación era sustancia, visible o invisible. Pascal, sin embargo, experimentó demostrando que varios líquidos pueden estar

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