ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

CORRIENTES SOCIOLOGICAS Y METODOLOGISTAS


Enviado por   •  7 de Agosto de 2014  •  10.406 Palabras (42 Páginas)  •  888 Visitas

Página 1 de 42

INTRODUCCION

La sociología estudia al hombre en su medio social, es decir, en el seno de una sociedad, cultura, país, ciudad, clase social, entre otros. Sin embargo, el ámbito de investigación de los sociólogos puede abarcar desde grandes y vastos conjuntos, hasta reducidas unidades de observación, aunque siempre exista entre ambas la complementariedad en el análisis, es por esto que desde el siglo XVIII al siglo XX se encuentra las principales corrientes sociológicas como; positivismo, funcionalismo, marxismo y estructuralismo, cada una con características distintas y es allí donde radica su importancia y particularidad, así como estas, también están las corrientes políticas, las cuales surgen a raíz de ideologías relacionadas con movimientos socialistas entre estas están Social cristianismo, Social democracia y comunismo; Sin embargo En el ámbito económico también el socialismo, neoliberalismo y liberalismo que van de la mano con la sociedad necesitada de toda la población.

En la sociedad, el hombre ha buscado las maneras de dar a conocer sus diferentes puntos de vista de acuerdo a lo que a su alrededor se encuentra, tanto en la parte económica, política como sociológica, tal interés a conllevado a la expresión expansiva de las ideologías que nacen de una persona y que concuerda con una gran población y es asi como desde los siglos XVII al siglo XX han llegado a conocerse lo que son las llamadas corrientes económicas, políticas y sociológicas, cada una perteneciente a campos distintos pero que conforman una misma comunidad de opciones o aportaciones vistas de diferentes puntos de vistas, pero sin embargo han sido.

CORRIENTES SOCIOLOGICAS Y METODOLOGISTAS

PRECURSORES

La sociología es la ciencia social que estudia los fenómenos colectivos producidos por la actividad social de los seres humanos dentro del contexto histórico-cultural en el que se encuentran inmersos.

En la sociología se utilizan múltiples técnicas de investigación interdisciplinarias para analizar e interpretar desde diversas perspectivas teóricas las causas, significados e influencias culturales que motivan la aparición d diversas tendencias de comportamiento en el ser humano especialmente cuando se encuentran en convivencia social y dentro de un hábitat o “espacio temporal” compartido.

Los orígenes de la sociología como disciplina científica están asociados a los nombres de Henri de saint-simon, Auguste Comte, Karl Marx, Herbert Spencer, Emile Durkheim, entre otros. A pesar de esto, ya desde la edad media, pensadores de origen árabe, como Ibn Jaldun, realizaron reflexiones académicas que podrían ser consideradas sociológicas.

Algunos de los sociólogos más destacados del siglo XX han sido Robert K. Melton, Erving Goffman, Peter Blau, entre otros más. En la actualidad, los análisis y estudios más innovadores de los comportamientos sociales corren a cargo de autores como George Ritzer, Anthony Giddens, Zygmunt Bauman, Manuel Castells, entre otros.

Las perspectivas generalmente usadas son el interaccionismo simbólico, el socioconstrucccionismo, la teoría del conflicto, la fenomenología, la teoría funcionalista, el funcionalismo estructuralista y la teoría de sistemas. No siendo las únicas. Muchos sociólogos se han abocado al estudio de la sociología crítica. Muchos sociólogos se han abocado al estudio de la sociología crítica, el posestructuralismo, y otras tantas. La sociología, al ser la ciencia dedicada al estudio de las relaciones sociales del ser humano, siendo esta de carácter heterogéneo, ha producido diversas y en ocasiones opuestas corrientes dentro de su mismo quehacer, tal situación se ha enriquecido, mediante la confrontación de conocimientos, el cuerpo teórico de esta disciplina.

FUNDADORES

AUGUSTO COMTE

Augusto Comte Filósofo positivista francés Nació el 19 de enero de 1798 en Montpellier. Cursó estudios en la Escuela Politécnica de París de 1814 a 1816, de donde fue expulsado por tomar parte en una revuelta estudiantil. No llegó a obtener un título universitario, hecho que influyó negativamente en su carrera docente.

En 1818 se convirtió en secretario de Claude Henri Saint-Simón, un filósofo 38 años mayor que Comte. Trabajaron juntos durante varios años, pero en 1824 se separaron porque Comte pensaba que Saint-Simón no daba suficiente crédito a sus ideas. Más tarde Comte escribiría sobre su relación con Saint-Simon calificándola de "enseñanza mórbida en su adolescencia e impartida por un maquinador depravado".

Sostenía que del estudio empírico del proceso histórico, se desprendía una ley que denominó de los tres estados y que rige el desarrollo de la humanidad. Los estudió en su obra Course of Positive Philosophy (1830-1842; Curso de filosofía positiva, 1853). Cada una de las ciencias o ramas del saber debe pasar por "tres estados teoréticos diferentes: el teológico o estadio ficticio; el metafísico o estadio abstracto; y por último, el científico o positivo". Afirma que el estadio teológico tiene su reflejo en esas nociones que hablan del Derecho divino de los reyes. El estadio metafísico incluye algunos conceptos tales como el contrato social. El estadio positivo es el análisis científico o "sociológico" (término acuñado por Comte) de la organización política. Deseaba una sociedad estable gobernada por una minoría de doctos que empleara métodos de la ciencia para resolver los problemas humanos. Reconoció el valor de la religión, pues contribuía a la estabilidad social. Consideraba que el medio para establecer la armonía social es la propaganda de una «nueva» religión en la que el culto a un dios personal se sustituye por el culto a un ser superior abstracto (al género humano en general). En su obra Sistema de Política Positiva (1851-1854; 1875-1877), propone una religión que estimulara una benéfica conducta social. En sus últimos años de vida padeció crisis de locura en las que se sumía durante prolongados intervalos de tiempo.

Auguste Comte falleció en París el 5 de septiembre de 1857.

GABRIEL TARDE

Era miembro de una familia aristocrática, los De Tarde (aunque Gabriel nunca utilizó la partícula "de"). Su padre fue un militar que después de las guerras napoleónicas siguió la carrera de derecho y fue juez en su pueblo; casado a los 44 años, dejó a su único hijo, Gabriel Tarde, huérfano a la edad de 7 años. Tarde estudió en una escuela de jesuitas, siendo sus principales intereses el latín, el griego, historia y matemáticas. A pesar de haber sido un brillante estudiante, siempre se quejó de la disciplina que limitaba la libertad individual.

A los 17 años ingresó a la escuela politécnica, estudiando matemáticas y principió la rescisión de un "periplo enciclopédico alrededor de todas las ciencias y en la construcción de un vasto sistema filosófico". Sin embargo una enfermedad en la vista, producida a los 19 años a consecuencia de estudios excesivos, lo llevó a abandonar su idea y a estudiar la carrera de Derecho en la Universidad de Toulouse, relatando que "quizá no tanto por vocación personal, por imitación, costumbre, es por lo que, en una época muy triste de mi juventud ingresé a la magistratura". Completó sus estudios con un año en la Universidad de París. Aceptó ser juez de instrucción en Sarlat y sus alrededores, negándose a aceptar todos los ascensos que le proponían, primero por estar junto a su madre, y después porque, como él mismo confiesa, "comprendí que era preciso optar entre mi ascenso profesional y mi desenvolvimiento personal por el estudio, mediante el empleo científico de mis numerosos ocios, y mi elección fue obra de poco tiempo".

Se casó en 1887 y tuvo dos hijos, y hacia 1880 entra en contacto con Ribot, director de la Revista Filosófica de París, y le envía sus primeros artículos que tienen una buena acogida.

En 1893 fue invitado por el Ministro de Justicia a preparar un trabajo sobre la organización de la estadística criminal, y en 1894 fue nombrado director de Estadística Criminal del Ministerio de Justicia en París. Ya en la capital pudo publicar el grueso de su obra, ocupando en 1899 el sitial de Filosofía Moderna en el Colegio de Francia, y en 1900 elegido como miembro de la Academia de Ciencias Morales y Políticas; fue aquí, en estas instituciones, donde Tarde dictó cátedra, ya que nunca se le permitió entrar a la Universidad, en la que Durkheim era la indiscutible estrella. Fue también un opositor de la nueva escuela italiana, aunque tuvo buenas relaciones con ellos. Llegó a ser director de los Archivos de Antropología Criminal que había fundado Lacassagne.

Para Tarde sus ideas criminológicas no son más que una aplicación particular, singular, de su general punto de vista en Sociología; su contacto posterior con los italianos habría de ordenar y afinar muchas de sus ideas, y Tarde relata que "cuando publiqué mi primer trabajo criminológico, intitulado La Estadística Criminal, no había leído aún ni a Lombroso, ni a Ferri, ni a Garófalo; y todo lo que yo conocía en italiano era un folleto de Poletti. Pero después de este artículo he estado en relaciones frecuentes con los jefes de la Nueva Scuola, si bien conservando la actitud independiente, a pesar de mi amistad con Ferri. Escribió entre otras: Las Leyes de la Imitación(1890), Las Transformaciones del Derecho(1893), La Lógica Social(1893), La Oposición Universal(1897), Las Leyes Sociales(1898), Las Transformaciones del Poder(1899), etc. Fue un sociólogo, criminólogo y psicólogo social francés que concibió la sociología como basada en pequeñas interacciones psicológicas entre individuos (de forma muy parecida a la química), siendo las fuerzas fundamentales la imitación y la innovación.

Entre los conceptos que Tarde inició estaban la «mente grupal» (retomado y desarrollado por Gustave Le Bon, y a veces propuesto para explicar la llamada psicología de masas) y la psicología económica, donde anticipaba varios desarrollos modernos. Sin embargo, la sociología de Émile Durkheim desplazó por décadas a las propuestas de Tarde, y no fue hasta que investigadores estadounidenses de la escuela de Sociología de Chicago y más recientemente la teoría del Actor-Red de Bruno Latour retomaron sus teorías.

ÉMILE DURKHEIM

Nació el 15 de abril 1858 en Pinal (Alsacia) en el seno de una familia judía, hijo y nieto de rabinos judíos. Se graduó en la Acole Normale Supérieure de París en 1882, trabajó como profesor de Derecho y Filosofía. En 1887 comenzó a enseñar sociología, primero en la Universidad de Burdeos y después en la de París.

Sostenía que los métodos científicos debían aplicarse al estudio de la sociedad, y creía que los grupos sociales presentaban características que iban más allá o eran diferentes a la suma de las características o conductas de los individuos. Durkheim explicaba el desarrollo de la sociedad por tres factores: densidad de población, desarrollo de las vías de comunicación y conciencia colectiva.

También estudió la base de la estabilidad social, es decir, los valores compartidos por una sociedad, como la moralidad y la religión. Explicó el fenómeno del suicidio como resultado de una falta de integración del individuo en la sociedad. Analizó esta correlación en su obra El suicidio: un estudio sociológico (1897). Otros de sus libros son La división del trabajo social (1893), Las reglas del método sociológico (1895) y Las formas elementales de la vida religiosa (1912).

Emile Durkheim falleció el 15 de noviembre de 1917 en París

FERNANDO TOENNIES

Filósofo y sociólogo alemán, nacido en Oldenswort, y muerto en Berlín. En su principal obra, Comunidad y sociedad (1887), estudia la dinámica histórico-social con criterios adversos tanto hacia el positivismo como hacia la dialéctica marxista. El proceso social se caracteriza por dos modelos opuestos: comunidad y sociedad. El primero se debe a la voluntad originaria y espontánea, y es expresión de la misma naturaleza. Las relaciones son independientes de todo vínculo e institución y están aseguradas por lazos profundos inconscientes y afectivos, como la autoridad, la piedad, la lealtad. La sociedad, por el contrario, se debe al querer que provenga de la reflexión, de la libertad intelectual y esencialmente egocéntrica de los grupos y de los intereses particulares. Las relaciones entre los grupos se regulan por leyes y contratos, es decir, tienden a institucionalizarse. Esta doctrina de Tönnies refleja de algún modo la sociología alemana de principios de siglo, en la cual aparecen con frecuencia las denuncias de la moderna civilización y las exhortaciones a un retorno a la tradición, idealizada en la comunidad

JORGE SIMMEL

(Berlín, 1858 - Estrasburgo, Francia, 1918) Filósofo y sociólogo alemán. Representante del neokantismo relativista, enseñó filosofía en las universidades de Berlín (1885-1914) y Estrasburgo (1914-1918). Quiso resolver las contradicciones a las que conducía el formalismo del «a priori» kantiano. También se empleó en deducir tipos morales (Introducción a la ciencia de la moral, 1892) y clasificar los sentimientos y las ideas que determinan la reconstrucción histórica (Problemas de la filosofía de la historia, 1892). Por otra parte, contribuyó decisivamente a la consolidación de la sociología como ciencia en Alemania (Sociología, 1908) y trazó las líneas maestras de una metodología sociológica, aislando las formas generales y recurrentes de la interacción social a escala política, económica y estética. Prestó especial atención al problema de la autoridad y la obediencia en su Filosofía del dinero (1900) y diagnosticó la especialización y despersonalización de las relaciones sociales en el contexto de una economía monetarista.

Entregado a los estudios de filosofía, el origen hebreo de Georg Simmel obstaculizó durante mucho tiempo el ejercicio de la profesión docente. Profesor libre de la Universidad de Berlín en 1892, a pesar del prestigio de su enseñanza y de la fama de sus obras (pronto difundidas incluso fuera de los círculos meramente filosóficos), no llegó a ser profesor extraordinario hasta 1900, y sólo en 1914, pocos años antes de su muerte, debida a un cáncer, obtuvo una cátedra en Estrasburgo.

Espíritu sensible a todos los aspectos de la existencia, Simmel gustaba de filosofar, más que acerca de los grandes temas tradicionales, sobre las cosas próximas y comunes, tras las cuales sabia ver cuánto oculta la vida cotidiana: el arte, el dinero, la moda, la coquetería, etc. Sus clases eran muy concurridas; por otra parte, únicamente los discípulos singularmente dotados podían participar en los "seminarios privadísimos" que organizaba en su casa.

En la filosofía de Simmel suelen distinguirse dos etapas, no opuestas entre sí sino complemento una de la otra. En la primera lleva a cabo una crítica radical de la universalidad moral kantiana, que denuncia como formalismo vacío, o sea como forma extraña a todo contenido. En una de sus obras iniciales, la Introducción a la ciencia moral (1892), que suscitó gran revuelo, negaba la posibilidad de una ética normativa, empresa según él ajena a la ciencia, que sólo puede admitir una ética meramente descriptiva. Según esta última, las imágenes del mundo de los organismos aislados resultan subjetivas y distintas entre sí, como lo son asimismo los órganos de los sentidos; precisamente por ello pueden cambiar cuando se modifica también el organismo psicofísico.

En un relativismo idéntico se hallan inspirados los textos Problemas de la filosofía de la historia (1892) y, singularmente, Filosofía del dinero (1900), que considera el dinero no como realidad económica, sino más bien en sus relaciones humanas y en su influencia sobre la cultura. Esta obra tuvo un amplio eco entre los intelectuales por su criterio metodológico y la agudeza del análisis.

Hacia 1900 la filosofía de Simmel experimentó ciertos cambios. El relativismo, base fundamental de la primera etapa, halló su integración en el motivo esencial de esta segunda etapa: el concepto de "vida". A tal fase pertenecen el curso acerca de Kant (1903) y el ensayo Schopenhauer und Nietzsche (1906), que no tienen pretensiones históricas y tratan únicamente de elaborar las concepciones del mundo adecuadas al tipo psicológico de tales pensadores. En 1908 apareció la Sociología, que es el intento más sutil de los destinados a ofrecer un fundamento científico a tal disciplina, y dos años después Problemas fundamentales de la filosofía. De 1916 es el ensayo sobre Goethe, a quien considera como modelo de una vida que trata de realizar la unidad de los principios objetivo (naturaleza) y subjetivo (espíritu).

En 1918 fue publicada la obra más significativa del autor: Intuición de la vida. Cuatro capítulos metafísicos, texto que propone una verdadera metafísica de la existencia vista como espontaneidad absoluta, actividad creadora e ímpetu perenne de libertad, la cual, llegada al nivel espiritual, elabora continuamente constituciones sociales, religiones, filosofía, conocimientos científicos, producciones artísticas que tienden a encerrarla en sí misma y esquemas que la misma vida rompe y arrolla. El último libro de Georg Simmel publicado en vida del autor fue El conflicto de la cultura moderna (1918). Póstumamente aparecieron Schulpädagogik (1922) y Fragmente und Aufsätze (1923).

Sus "seminarios privadísimos" orientaron decisivamente a numerosos filósofos que más tarde desempeñaron un gran papel en el desarrollo de la vida cultural del siglo XX. A Simmel le gustaba repetirles que fueran progresando valerosamente, pues, aunque se diesen de cabeza contra la pared, de cualquier forma "se lo advertiría la centella provocada por el choque"; de esta suerte expresaba su principio metodológico que le inducía a no temer las consecuencias extremas. Él mismo, y con gran originalidad, puso en práctica tal criterio mediante demoledoras críticas y la creación, con ello, de la filosofía del relativismo extremo.

CARLOS MARX

Pensador socialista y activista revolucionario de origen alemán (Tréveris, Prusia occidental, 1818 - Londres, 1883). Karl Marx procedía de una familia judía de clase media (su padre era un abogado convertido recientemente al luteranismo). Estudió en las universidades de Bonn, Berlín y Jena, doctorándose en Filosofía por esta última en 1841.

Desde esa época, el pensamiento de Marx quedaría asentado sobre la dialéctica de Hegel, si bien sustituyó el idealismo de éste por una concepción materialista, según la cual las fuerzas económicas constituyen la infraestructura que determina en última instancia los fenómenos «superestructurales» del orden social, político y cultural.

En 1843 se casó con Jenny von Westphalen, cuyo padre inició a Marx en el interés por las doctrinas racionalistas de la Revolución francesa y por los primeros pensadores socialistas. Convertido en un demócrata radical, Marx trabajó algún tiempo como profesor y periodista; pero sus ideas políticas le obligaron a dejar Alemania e instalarse en París (1843).

Por entonces estableció una duradera amistad con Friedrich Engels, que se plasmaría en la estrecha colaboración intelectual y política de ambos. Fue expulsado de Francia en 1845 y se refugió en Bruselas; por fin, tras una breve estancia en Colonia para apoyar las tendencias radicales presentes en la Revolución alemana de 1848, pasó a llevar una vida más estable en Londres, en donde desarrolló desde 1849 la mayor parte de su obra escrita. Su dedicación a la causa del socialismo le hizo sufrir grandes dificultades materiales, superadas gracias a la ayuda económica de Engels.

Marx partió de la crítica a los socialistas anteriores, a los que calificó de «utópicos», si bien tomó de ellos muchos elementos de su pensamiento (de autores como Saint-Simon, Owen o Fourier); tales pensadores se habían limitado a imaginar cómo podría ser la sociedad perfecta del futuro y a esperar que su implantación resultara del convencimiento general y del ejemplo de unas pocas comunidades modélicas.

Por el contrario, Marx y Engels pretendían hacer un «socialismo científico», basado en la crítica sistemática del orden establecido y el descubrimiento de las leyes objetivas que conducirían a su superación; la fuerza de la Revolución (y no el convencimiento pacífico ni las reformas graduales) serían la forma de acabar con la civilización burguesa.

En 1848, a petición de una Liga revolucionaria clandestina formada por emigrantes alemanes, Marx y Engels plasmaron tales ideas en el Manifiesto Comunista, un panfleto de retórica incendiaria situado en el contexto de las revoluciones europeas de 1848.

Posteriormente, durante su estancia en Inglaterra, Marx profundizó en el estudio de la economía política clásica y, apoyándose fundamentalmente en el modelo de David Ricardo, construyó su propia doctrina económica, que plasmó en El Capital; de esa obra monumental sólo llegó a publicar el primer volumen (1867), mientras que los dos restantes los editaría después de su muerte su amigo Engels, poniendo en orden los manuscritos preparados por Marx.

Partiendo de la doctrina clásica, según la cual sólo el trabajo humano produce valor, Marx denunció la explotación patente en la extracción de la plusvalía, es decir, la parte del trabajo no pagada al obrero y apropiada por el capitalista, de donde surge la acumulación del capital. Criticó hasta el extremo la esencia injusta, ilegítima y violenta del sistema económico capitalista, en el que veía la base de la dominación de clase que ejercía la burguesía.

Sin embargo, su análisis aseguraba que el capitalismo tenía carácter histórico, como cualquier otro sistema, y no respondía a un orden natural inmutable como habían pretendido los clásicos: igual que había surgido de un proceso histórico por el que sustituyó al feudalismo, el capitalismo estaba abocado a hundirse por sus propias contradicciones internas, dejando paso al socialismo. La tendencia inevitable al descenso de las tasas de ganancia se iría reflejando en crisis periódicas de intensidad creciente hasta llegar al virtual derrumbamiento de la sociedad burguesa; para entonces, la lógica del sistema habría polarizado a la sociedad en dos clases contrapuestas por intereses irreconciliables, de tal modo que las masas proletarizadas, conscientes de su explotación, acabarían protagonizando la Revolución que daría paso al socialismo.

En otras obras suyas, Marx completó esta base económica de su razonamiento con otras reflexiones de carácter histórico y político: precisó la lógica de lucha de clases que, en su opinión, subyace en toda la historia de la humanidad y que hace que ésta avance a saltos dialécticos, resultado del choque revolucionario entre explotadores y explotados, como trasunto de la contradicción inevitable entre el desarrollo de las fuerzas productivas y el encorsetamiento al que las someten las relaciones sociales de producción.

También indicó Marx el sentido de la Revolución socialista que esperaba, como emancipación definitiva y global del hombre (al abolir la propiedad privada de los medios de producción, que era la causa de la alienación de los trabajadores), completando la emancipación meramente jurídica y política realizada por la Revolución burguesa (que identificaba con el modelo francés); sobre esa base, apuntaba hacia un futuro socialista entendido como realización plena de las ideas de libertad, igualdad y fraternidad, como fruto de una auténtica democracia; la «dictadura del proletariado» tendría un carácter meramente instrumental y transitorio, pues el objetivo no era el reforzamiento del poder estatal con la nacionalización de los medios de producción, sino el paso -tan pronto como fuera posible- a la fase comunista en la que, desaparecidas las contradicciones de clase, ya no sería necesario el poder coercitivo del Estado.

En 1843 se casó con Jenny von Westphalen, cuyo padre inició a Marx en el interés por las doctrinas racionalistas de la Revolución francesa y por los primeros pensadores socialistas. Convertido en un demócrata radical, Marx trabajó algún tiempo como profesor y periodista; pero sus ideas políticas le obligaron a dejar Alemania e instalarse en París (1843).

Por entonces estableció una duradera amistad con Friedrich Engels, que se plasmaría en la estrecha colaboración intelectual y política de ambos. Fue expulsado de Francia en 1845 y se refugió en Bruselas; por fin, tras una breve estancia en Colonia para apoyar las tendencias radicales presentes en la Revolución alemana de 1848, pasó a llevar una vida más estable en Londres, en donde desarrolló desde 1849 la mayor parte de su obra escrita. Su dedicación a la causa del socialismo le hizo sufrir grandes dificultades materiales, superadas gracias a la ayuda económica de Engels.

Marx partió de la crítica a los socialistas anteriores, a los que calificó de «utópicos», si bien tomó de ellos muchos elementos de su pensamiento (de autores como Saint-Simon, Owen o Fourier); tales pensadores se habían limitado a imaginar cómo podría ser la sociedad perfecta del futuro y a esperar que su implantación resultara del convencimiento general y del ejemplo de unas pocas comunidades modélicas.

Por el contrario, Marx y Engels pretendían hacer un «socialismo científico», basado en la crítica sistemática del orden establecido y el descubrimiento de las leyes objetivas que conducirían a su superación; la fuerza de la Revolución (y no el convencimiento pacífico ni las reformas graduales) serían la forma de acabar con la civilización burguesa.

En 1848, a petición de una Liga revolucionaria clandestina formada por emigrantes alemanes, Marx y Engels plasmaron tales ideas en el Manifiesto Comunista, un panfleto de retórica incendiaria situado en el contexto de las revoluciones europeas de 1848.

Posteriormente, durante su estancia en Inglaterra, Marx profundizó en el estudio de la economía política clásica y, apoyándose fundamentalmente en el modelo de David Ricardo, construyó su propia doctrina económica, que plasmó en El Capital; de esa obra monumental sólo llegó a publicar el primer volumen (1867), mientras que los dos restantes los editaría después de su muerte su amigo Engels, poniendo en orden los manuscritos preparados por Marx.

Partiendo de la doctrina clásica, según la cual sólo el trabajo humano produce valor, Marx denunció la explotación patente en la extracción de la plusvalía, es decir, la parte del trabajo no pagada al obrero y apropiada por el capitalista, de donde surge la acumulación del capital. Criticó hasta el extremo la esencia injusta, ilegítima y violenta del sistema económico capitalista, en el que veía la base de la dominación de clase que ejercía la burguesía.

Sin embargo, su análisis aseguraba que el capitalismo tenía carácter histórico, como cualquier otro sistema, y no respondía a un orden natural inmutable como habían pretendido los clásicos: igual que había surgido de un proceso histórico por el que sustituyó al feudalismo, el capitalismo estaba abocado a hundirse por sus propias contradicciones internas, dejando paso al socialismo. La tendencia inevitable al descenso de las tasas de ganancia se iría reflejando en crisis periódicas de intensidad creciente hasta llegar al virtual derrumbamiento de la sociedad burguesa; para entonces, la lógica del sistema habría polarizado a la sociedad en dos clases contrapuestas por intereses irreconciliables, de tal modo que las masas proletarizadas, conscientes de su explotación, acabarían protagonizando la Revolución que daría paso al socialismo.

En otras obras suyas, Marx completó esta base económica de su razonamiento con otras reflexiones de carácter histórico y político: precisó la lógica de lucha de clases que, en su opinión, subyace en toda la historia de la humanidad y que hace que ésta avance a saltos dialécticos, resultado del choque revolucionario entre explotadores y explotados, como trasunto de la contradicción inevitable entre el desarrollo de las fuerzas productivas y el encorsetamiento al que las someten las relaciones sociales de producción.

También indicó Marx el sentido de la Revolución socialista que esperaba, como emancipación definitiva y global del hombre (al abolir la propiedad privada de los medios de producción, que era la causa de la alienación de los trabajadores), completando la emancipación meramente jurídica y política realizada por la Revolución burguesa (que identificaba con el modelo francés); sobre esa base, apuntaba hacia un futuro socialista entendido como realización plena de las ideas de libertad, igualdad y fraternidad, como fruto de una auténtica democracia; la «dictadura del proletariado» tendría un carácter meramente instrumental y transitorio, pues el objetivo no era el reforzamiento del poder estatal con la nacionalización de los medios de producción, sino el paso -tan pronto como fuera posible- a la fase comunista en la que, desaparecidas las contradicciones de clase, ya no sería necesario el poder coercitivo del Estado.

Marx fue, además, un incansable activista de la Revolución obrera. Tras su militancia en la diminuta Liga de los Comunistas (disuelta en 1852), se movió en los ambientes de los conspiradores revolucionarios exiliados, hasta que, en 1864, la creación de la Asociación Internacional de Trabajadores (AIT) le dio la oportunidad de impregnar al movimiento obrero mundial de sus ideas socialistas. Gran parte de sus energías las absorbió la lucha, en el seno de aquella primera Internacional, contra el moderado sindicalismo de los obreros británicos y contra las tendencias anarquistas continentales representadas por Proudhon y Bakunin. Marx triunfó e impuso su doctrina como línea oficial de la Internacional, si bien ésta acabaría por hundirse como efecto combinado de las divisiones internas y de la represión desatada por los gobiernos europeos a raíz de la revolución de la Comuna de París (1870).

Retirado desde entonces de la actividad política, Marx siguió ejerciendo su influencia a través de sus discípulos alemanes (como Bebel o Liebknecht); éstos crearon en 1875 el Partido Socialdemócrata Alemán, grupo dominante de la segunda Internacional que, bajo inspiración decididamente marxista, se fundó en 1889.

Muerto ya Marx, Engels asumió el liderazgo moral de aquel movimiento y la influencia ideológica de ambos siguió siendo determinante durante un siglo. Sin embargo, el empeño vital de Marx fue el de criticar el orden burgués y preparar su destrucción revolucionaria, evitando caer en las ensoñaciones idealistas de las que acusaba a los visionarios utópicos; por ello no dijo apenas nada sobre el modo en que debían organizarse el Estado y la economía socialistas una vez conquistado el poder, dando lugar a interpretaciones muy diversas entre sus seguidores.

Dichos seguidores se escindieron entre una rama socialdemócrata cada vez más orientada a la lucha parlamentaria y a la defensa de mejoras graduales salvaguardando las libertades políticas individuales (Kautsky, Bernstein, Ebert) y una rama comunista que dio lugar a la Revolución bolchevique en Rusia y al establecimiento de Estados socialistas con economía planificada y dictadura de partido único (Lenin, Stalin, Mao).

FEDERICO ENGELS

Federico Engels; Barmen, Renania, 1820 - Londres, 1895) Pensador y dirigente socialista alemán. Nació en una familia acomodada, conservadora y religiosa, propietaria de fábricas textiles. Sin embargo, desde su paso por la Universidad de Berlín (1841-42) se interesó por los movimientos revolucionarios de la época: se relacionó con los hegelianos de izquierda y con el movimiento de la Joven Alemania.

Enviado a Inglaterra al frente de los negocios familiares, conoció las míseras condiciones de vida de los trabajadores de la primera potencia industrial del mundo; más tarde plasmaría sus observaciones en su libro La situación de la clase obrera en Inglaterra (1845).

En 1844 se adhirió definitivamente al socialismo y entabló una duradera amistad con Karl Marx. En lo sucesivo, ambos pensadores colaborarían estrechamente, publicando juntos obras como La Sagrada Familia (1844), La ideología alemana (1844-46) y el Manifiesto Comunista (1848).

Aunque corresponde a Marx la primacía en el liderazgo socialista, Engels ejerció una gran influencia sobre él: le acercó al conocimiento del movimiento obrero inglés y atrajo su atención hacia la crítica de la teoría económica clásica. Fue también él quien, gracias a la desahogada situación económica de la que disfrutaba como empresario, aportó a Marx la ayuda económica necesaria para mantenerse y escribir El Capital; e incluso publicó los dos últimos tomos de la obra después de la muerte de su amigo.

(Friedrich o Federico Engels; Barmen, Renania, 1820 - Londres, 1895) Pensador y dirigente socialista alemán. Nació en una familia acomodada, conservadora y religiosa, propietaria de fábricas textiles. Sin embargo, desde su paso por la Universidad de Berlín (1841-42) se interesó por los movimientos revolucionarios de la época: se relacionó con los hegelianos de izquierda y con el movimiento de la Joven Alemania.

Enviado a Inglaterra al frente de los negocios familiares, conoció las míseras condiciones de vida de los trabajadores de la primera potencia industrial del mundo; más tarde plasmaría sus observaciones en su libro La situación de la clase obrera en Inglaterra (1845).

En 1844 se adhirió definitivamente al socialismo y entabló una duradera amistad con Karl Marx. En lo sucesivo, ambos pensadores colaborarían estrechamente, publicando juntos obras como La Sagrada Familia (1844), La ideología alemana (1844-46) y el Manifiesto Comunista (1848).

Aunque corresponde a Marx la primacía en el liderazgo socialista, Engels ejerció una gran influencia sobre él: le acercó al conocimiento del movimiento obrero inglés y atrajo su atención hacia la crítica de la teoría económica clásica. Fue también él quien, gracias a la desahogada situación económica de la que disfrutaba como empresario, aportó a Marx la ayuda económica necesaria para mantenerse y escribir El Capital; e incluso publicó los dos últimos tomos de la obra después de la muerte de su amigo.

Pero Engels tuvo también un protagonismo propio como teórico y activista del socialismo, a pesar de lo contradictoria que resultaba su doble condición de empresario y revolucionario: participó personalmente en la revolución alemana de 1848-50; fue secretario de la primera Internacional obrera (la AIT) desde 1870; y publicó escritos tan relevantes como Socialismo utópico y socialismo científico (1882), El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado (1884) o Ludwig Feuerbach y el fin de la filosofía clásica alemana (1888).

Tras la muerte de Marx en 1883, Engels se convirtió en el líder indiscutido de la socialdemocracia alemana, de la segunda Internacional y del socialismo mundial, salvaguardando lo esencial de la ideología marxista, a la que él mismo había aportado matices relativos a la desaparición futura del Estado, a la dialéctica y a las complejas relaciones entre la infraestructura económica y las superestructuras políticas, jurídicas y culturales.

No obstante, en los últimos años de su vida se alejó de sus primitivas concepciones revolucionarias y abrió la puerta a un socialismo más reformista, vía que seguiría después de la muerte de Engels su colaborador Eduard Bernstein y que acabaría por imponerse entre los socialdemócratas.

MAX WEBER

(Erfurt, Prusia, 1864 - Múnich, Baviera, 1920) Sociólogo alemán. Max Weber era hijo de un jurista y político destacado del Partido Liberal Nacional en la época de Bismarck. Estudió en las universidades de Heidelberg, Berlín y Gotinga, interesándose especialmente por el Derecho, la Historia y la Economía.

Las primeras investigaciones de Max Weber versaron sobre temas económicos, algunas de ellas realizadas por cuenta de los intelectuales reformistas conocidos como «socialistas de cátedra». Desde 1893 fue catedrático en varias universidades alemanas, fundamentalmente en Heidelberg, salvo los años 1898-1906 en que, aquejado de fuertes depresiones, dejó la enseñanza para dedicarse a viajar y a investigar.

En 1909 fundó la Asociación Sociológica Alemana. Fue un gran renovador de las ciencias sociales en varios aspectos, incluyendo la metodología: a diferencia de los precursores de la sociología, Weber comprendió que el método de estas disciplinas no podía ser una mera imitación de los empleados por las ciencias físicas y naturales, dado que en los asuntos sociales intervienen individuos con conciencia, voluntad e intenciones que es preciso comprender. Propuso el método de los tipos ideales, categorías subjetivas que describen la intencionalidad de los agentes sociales mediante casos extremos, puros y exentos de ambigüedad, aunque tales casos no se hayan dado nunca en la realidad; Weber puso así los fundamentos del método de trabajo de la sociología moderna -y de todas las ciencias sociales-, a base de construir modelos teóricos que centren el análisis y la discusión sobre conceptos rigurosos.

El primer fruto de la aplicación de este método fue la obra de Weber sobre La ética protestante y el espíritu del capitalismo (1905); trabajando sobre los tipos ideales del «burgués», la «ética protestante» y el «capitalismo industrial», estudió la moral que proponían algunas sectas calvinistas de los siglos XVI y XVII para mostrar que la reforma protestante habría creado en algunos países occidentales una cultura social más favorable al desarrollo económico capitalista que la predominante en los países católicos

En términos generales, puede decirse que Weber se esforzó por comprender las interrelaciones de todos los factores que confluyen en la construcción de una estructura social; y en particular reivindicó la importancia de los elementos culturales y las mentalidades colectivas en la evolución histórica, rechazando la exclusiva determinación económica defendida por Marx y Engels. Frente a la prioridad de la lucha de clases como motor de la historia en el pensamiento marxista, Weber prestó más atención a la racionalización como clave del desarrollo de la civilización occidental: un proceso guiado por la racionalidad instrumental plasmada en la burocracia.

Todos estos temas aparecen en su obra póstuma Economía y sociedad (1922). Políticamente, Weber fue un liberal democrático y reformista, que contribuyó a fundar el Partido Demócrata Alemán. Criticó los objetivos expansionistas de su país durante la Primera Guerra Mundial (1914-18). Y después de la derrota adquirió influencia política como miembro del comité de expertos que acudió en representación del gobierno alemán a la Conferencia de Paz de París (1918) y como colaborador de Hugo Preuss en la redacción de la Constitución republicana de Weimar (1919).

FUNCIONALISMO Y ESTRUCTURALISMO

Esta teoría, también denominada estructural-funcionalismo, afirma que para acceder al conocimiento de la realidad social, se debe partir de principios teóricos que Parsons denominó sistemas de referencia.

Los sujetos sociales construyen sistemas de relaciones interactivas que Parsons clasifica en tres tipos:

El sistema cultural, constituido por los patrones de conducta, símbolos, creencias, etc. Es el objeto de estudio de la antropología social.

El sistema de la personalidad, que se integra a partir de la apropiación individual, o internalización que el sujeto realiza de las normas sociales del grupo en el que interactúa.

El sistema social, considerado a partir de dos estructuras que lo determinan: la división social del trabajo y la estratificación social que, planteados así, integran el objeto de estudio de la sociología.

Recurriré a un ejemplo un poco burdo: el funcionalismo estructural concibe a la sociedad como un enorme casillero, con varios niveles (estratos sociales), y considera que los individuos ocupan, cada uno, necesariamente determinado sitio (status social) dentro de alguna casilla de esa enorme estructura. Sus actuaciones o papeles desempeñados dentro de ese status, se denominan roles del sujeto.

Cuando una sociedad ha sido capaz de establecer patrones conductuales que garantizan su equilibrio y supervivencia, se dice que se trata de una sociedad funcional.

Merton supone la existencia de dos alternativas: que los roles desempeñados por el sujeto sean voluntarios y reconocidos (manifiestos) o no deseados ni reconocidos (latentes).

En este último caso pueden presentarse, más tarde o más temprano, lo que Merton llama "disfunciones", es decir, comportamientos sociales que rompen con los patrones vigentes y que ponen en riesgo el equilibrio y la seguridad del grupo social.

Ante estas circunstancias, el sistema recurre al empleo de mecanismos de control que pueden de índole diversa, pues van desde las sanciones jurídicas, la presión de la opinión pública (controles externos), hasta la inducción de sentimientos de culpa, vergüenza (controles internos), etc.

Las críticas más frecuentes que se le han hecho al funcionalismo estructural son las que menciono a continuación.

•Se trata de una teoría conservadora, pues considera que son funcionales los factores que preservan la existencia de un determinado sistema.

•La consideración del cambio social como una situación anormal, limita grandemente a esta teoría, pues le impide explicarse dicho cambio.

•El funcionalismo estructural no advierte la existencia de la estructura económica de la sociedad.

La teoría está asociada a Émile Durkheim y más recientemente a Talcott Parsons, además de a otros autores como Herbert Spencer y Robert K. Merton. A pesar de la indiscutible hegemonía que ostentó durante las dos décadas posteriores a la Segunda Guerra Mundial, el funcionalismo estructural ha perdido importancia como teoría sociológica.

En el funcionalismo estructural, no es necesario usar los términos estructural y funcional conjuntamente, aunque típicamente aparecen juntos. Podemos estudiar las estructuras de la sociedad sin atender a las funciones que realizan (o las consecuencias que tienen) para las estructuras. Asimismo, podemos examinar las funciones de varios procesos sociales que pueden adoptar una forma estructural. Con todo, la preocupación por ambos elementos caracteriza al funcionalismo estructural. En definitiva, se puede resumir, que para esta teoría la principal preocupación son las grandes estructuras e instituciones sociales de la sociedad, sus interrelaciones y su influencia constrictora en los individuos.

ESCUELAS

MATERIALISMO

El Materialismo es una doctrina según la cual todo lo que existe no está determinado y se explica por algo superior y previo a lo experimentable y aprehendible empíricamente (Dios, espíritu, inteligencia del mundo, ideas), sino que está determinado en su ser sólo por algo material y en su comportamiento sólo por la causalidad eficiente.

"Desde la antigua Grecia con Parménides en el 540 al 470, se definen como fundadores del materialismo a los mismos fundadores del Atomismo: Leucipo (siglo V a.C.), y Demócrito (460 - 370 a.C.)". Por ello, el materialismo es tan antiguo como la filosofía: sus exponentes del siglo XIX lo re expusieron en el lenguaje de la ciencia contemporánea y lo expresaron como una concepción del mundo que pone la materia como primer principio de toda la realidad y considera toda forma y toda energía, lo mismo que la vida y la conciencia, como derivados de la materia misma.

La materia es entendida como sustancia originaria, único fundamento existencial del mundo. El materialismo "rechaza todo dualismo de materia y espíritu y lleva a la negación de Dios". La materia no ha sido creada, es eterna e infinita, su causa hay que buscarla en ella misma.

Carlos Marx

a. Vida. Nació en Teveris (Alemania) en 1818. De familia y confesión religiosa judía, pero perdió la fe desde muy joven cuando su padre se convirtió por motivos políticos y económicos al protestantismo, realizó sus estudios en Boon y Berlín donde se doctoró y entró en contacto con los filósofos de la izquierda Hegeliana. Con sus amigos editó una revista llamada: "La Gaceta Renana", la cual fue prohibida por el gobierno. En 1843 contrajo matrimonio y se trasladó a París donde conoció a Friederich Engels, el cual se convirtió en su gran amigo y compañero, tanto en la vida como en las obras políticas y literarias. De aquí en adelante anduvo de país en país, pues donde llegaba pronto lo expulsaban por sus ideas políticas y sociales, hasta que se establece definitivamente en Londres, donde murió en 1883.

b. Obras. "El Capitalismo", que se publicó en tres partes en tiempos distintos: la primera división la publicó él mismo en 1867, la segunda Engels en 1885 y la tercera después de la muerte de ambos en 1895.

Otras obras son: "El Manifiesto del Partido Comunista", "La Ideología Alemana", "La Sagrada Familia", "Manuscritos Económicos y Filosóficos".

c. Pensamiento . "El pensamiento de Marx estuvo claramente influenciado por cuatro autores: Hegel, Feuerbach, Saint Simon y Prudhon". De Hegel tomó el método dialéctico pero aplicado a la materia y no al espíritu; de Feuerbach asimila el materialismo ateo; de Sanit Simon y Prudhon sus ideas económicas.

Marx consideró que la dialéctica fue el mayor descubrimiento de Hegel como método en el materialismo; el progreso de la ciencia demuestra que ésta es la ley, tanto de la naturaleza como del pensamiento. "Esta dialéctica se presenta entonces en las típicas etapas de tesis, antítesis y síntesis; la aplicación más importante de estas etapas dialécticas está en la interpretación del devenir histórico como una continua lucha de clases".

Marx dice que la praxis es lo mismo que la acción. Esta es la orientación final de todo el pensamiento de Marx, lo cual dice no quedarse en la mera contemplación o en la teoría.

En cuanto al ateísmo nos dice Marx que "el hombre es para el hombre el ser supremo, no es Dios quien ha creado la materia, sino que es la materia, concretamente el cerebro humano, el que ha creado la idea de Dios. El hombre ha brotado del proceso evolutivo de la materia animada por un movimiento ascendente cuyo punto culminante es el cerebro humano que segrega el espíritu".

No es el espíritu quien crea sino que éste entendido materialmente es el que alumbra al espíritu y a la idea; los cuales no tendrían sustento si no fuera por la fisiología cerebral. El cerebro es un producto social. El hombre no es otra cosa que el resultado de influencias físico - fisiológicas y sociológicas que lo determinan desde fuera y hacen de él una cosa entre las cosas.

El pensamiento de Marx estuvo influenciado por el socialismo y nos dice que el ser humano es el conjunto de las relaciones sociales, ya que el individuo no tiene humanidad sino sólo en y por la sociedad.

El trabajo naturaliza al hombre, lo objetiviza en las cosas. Marx nos dice que "el capitalismo es una explotación del trabajador, lo cual trae como consecuencia en primer lugar, del lado del trabajador, que éste se convierta en proletario". Lo que quería Marx ante todo era una sociedad sin clases; el estado queda suprimido o mejor se suprime así mismo por una debilitación progresiva y la administración de las cosas sustituyen al gobierno de los hombres. Con el comunismo hallamos de nuevo el humanismo real que engloba y absorbe el humanismo teórico que había sido obtenido ya desde antes al suprimir toda religión.

POSITIVISMO

Es un sistema filosófico basado en la experiencia y el conocimiento empírico de los fenómenos naturales, en el cual la metafísica y la teología son sistemas de conocimientos imperfectos e inadecuados.

DESARROLLO HISTÓRICO

El término positivismo fue acuñado por primera vez por el filósofo y matemático francés del siglo XIX, Augusto Comte. Pero algunos de los conceptos positivistas se remontan al filósofo británico David Hume, al filósofo francés Saint Simon y filósofo alemán Emmanuel Kant.

Muchas de las doctrinas de Comte fueron más tarde adaptadas y desarrolladas por los filósofos sociales británicos John Stuart Mill y Herbert Spencer, así como por el filósofo austríaco Ernst Mach.

Augusto Comte.

a. Vida. Nació en Montpellier en 1798 y murió en París en 1857. Estudió en París y luego de diversos avatares académicos logró el puesto de profesor auxiliar de matemáticas en la Escuela Politécnica de París. Su vida económica fue bastante desgraciada, debiendo subsistir los últimos años de su vida de las ayudas de discípulos y amigos. La hostilidad que sus escritos suscitaron en los diferentes ambientes académicos fue la principal causa de su desgracia.

b. Obras. "Curso de filosofía positiva", "Sistema de política positiva o tratado de la sociología que instituye la religión de la humanidad", "Discurso sobre el espíritu positivo", entre otras.

c. Pensamiento.

"La base del planteamiento de Comte consiste en afirmar que todo enunciado o proposición que no se corresponda al simple testimonio de un hecho, no encierra ningún sentido real e inteligible".

Algunas ideas centrales de su pensamiento son: la concepción historicista del desarrollo de la ciencia y de la razón, las cuales él desarrolla en tres estados fundamentales, es decir, la historia del pensamiento transitó por tres senderos y en el último radica la verdad clara y demostrada, estos estados son:

• Estado mitológico - teológico: en este estadio el ser humano hace depender los fenómenos naturales de la voluntad de poderes personales superiores, es lo conocido como fetichismo donde se atribuyen poderes mágicos a fenómenos naturales. Es en este estadio donde se vive el proceso del paso del politeísmo al monoteísmo.

• Estado metafísico: es el estadio en el cual todo es explicado a partir de entidades abstractas, es un período crítico, en el cual irrumpen las fuerzas disolventes de la inteligencia; simplemente es transitorio.

• Estado Positivo: Es el estadio definitivo y superior porque en él se explica la realidad mediante la observación y la experimentación. Así el positivismo busca explicar los hechos por medio de la formulación de sus leyes y es por ello que prescinde de la metafísica. En este estadio se renuncia al conocimiento de lo absoluto, y se pasa a buscar las leyes de los fenómenos.

Comte eligió la palabra positivismo sobre la base de que señalaba la realidad y tendencia constructiva que él reclamó para el aspecto teórico de la doctrina. En general, se interesó por la reorganización de la vida social para el bien de la humanidad a través del conocimiento científico y por esta vía del control de las fuerzas naturales.

Los dos componentes principales del positivismo, la filosofía y el gobierno (o programa de conducta individual y social), más tarde fueron unificados por Comte en un todo bajo la concepción de una religión, en la cual la humanidad era el objeto de culto. Por lo anterior muchos de sus discípulos rechazaron aceptar este desarrollo religioso porque parecía contradecir la filosofía positivista original.

EL EMPIRISMO

"El empirismo es un movimiento filosófico cuyas ramificaciones son múltiples. El único rasgo común a todas ellas es no admitir más que un medio de conocimiento: la experiencia".

Para esta doctrina, el origen de nuestros conocimientos no está en la razón, sino en la experiencia, ya que todo el contenido del pensamiento, primera ha tenido que pasar por los sentidos.

"Nuestra mente es un papel en blanco y sólo al contacto de los sentidos con las cosas, empieza a grabar impresiones".

No es nada fácil distinguir el empirismo del escepticismo, ya que sus fronteras son comunes. El más exigente de los empiristas modernos, David Hume, se declara escéptico.

"Para el empirismo, la tesis del racionalismo, de que existen ideas innatas, es totalmente inexacta". Pues si fuera así no tendría ninguna razón de ser el aprendizaje, y todas las personas estaríamos de acuerdo en las mismas verdades.

El empirismo "simultáneamente intenta reducir la razón a la sensibilidad y demostrar que el conocimiento sensible es el único conocimiento válido."

Una de las actitudes que mantienen los empiristas, a pesar de sus diferencias en cada autor, es la actitud que insiste en los hechos, en oposición a las utopías teóricas, así como a las fantasías y a las interpretaciones especulativas.

Por parte del empirismo, el progreso ha consistido en ampliar y profundizar su base hasta encontrar en algunas experiencias una forma de llegar a la metafísica. “El extremo opuesto al empirismo es el racionalismo, que cifra todo conocimiento en el puro pensar."

Durkheim cree observar simultáneamente una reducción de la esfera de existencia correspondiente a la conciencia colectiva, un debilitamiento de las reacciones colectivas contra la violación de las prohibiciones, y sobre todo un margen más amplio de interpretación individual de los imperativos sociales.

De este análisis, Durkheim deduce una idea que ha mantenido toda su vida, y que por lo tanto se encuentra en el centro de su sociología, la que afirma que el individuo nace de la sociedad y no la sociedad de los individuos.

Si intento reconstruir el pensamiento de Durkheim, afirmaré que la primacía de la sociedad con respecto al individuo tiene por lo menos dos sentidos, que en el fondo de ningún modo son paradójicos.

El primer sentido es el de la prioridad histórica de las sociedades en que los individuos se asemejan unos a otros y por así decirlo están perdidos en el todo, sobre las sociedades cuyos miembros han adquirido al mismo tiempo conciencia de su responsabilidad y capacidad para expresarla. Las sociedades colectivistas, donde cada uno se asemejaba a todos, don históricamente las primeras.

De esta prioridad histórica resulta una prioridad lógica en la explicación de los fenómenos sociales. Si la solidaridad mecánica ha precedido a la solidaridad orgánica, no es posible, en efecto, explicar los fenómenos de diferenciación social y de solidaridad orgánica partiendo de los individuos.

Durkheim esboza aquí lo que será, durante toda su carrera, una de sus ideas fundamentales, la que le permite definir la sociología: es decir, la prioridad del todo sobre las partes, o aún la irreductibilidad del conjunto social a la suma de los elementos y la explicación de los elementos por el todo.

EVOLUCIONISMO

Spencer, Herbert (1820-1903), teórico social inglés, considerado el padre de la filosofía evolucionista. Spencer destacó por sus investigaciones sobre el cambio social desde la perspectiva evolucionista.

Spencer nació en Derby (Reino Unido) y su formación fue autodidacta. En sus lecturas conoció la teoría de la evolución expuesta a finales del siglo XVIII por el naturalista francés Jean Baptiste de Lamarck; teoría hoy desacreditada, postulaba que los rasgos adquiridos por un organismo eran hereditarios. Las teorías de Lamarck influyeron profundamente en la obra de Spencer.

En 1851, Spencer publicó su obra La estática social, en la que destacaba la necesidad de la libertad individual y la suprema importancia de la ciencia. En Principios de psicología (1855) sostenía que toda materia orgánica tiene su origen en un estado unificado y que las características individuales se desarrollan de forma gradual por evolución. Casi al mismo tiempo ideó un sistema filosófico basado en su teoría de la evolución que abarcaría e integraría todas las áreas existentes del conocimiento, y al que denominó Filosofía sintética.

La primera entrega, Primeros principios, se publicó en 1862; a continuación aparecieron Principios de biología, una edición ampliada de Principios de psicología, Principios de sociología, y Principios de ética. Otra obra importante de Spencer es Ensayos científicos, políticos y especulativos, donde estudió el impacto general de la teoría de la evolución sobre el pensamiento científico, político y filosófico.

A pesar de que Spencer no logró crear escuela, su ambicioso intento de sistematizar todo el conocimiento dentro del marco de la ciencia moderna, y especialmente en términos de la evolución, le ha hecho merecedor de figurar entre los principales pensadores de finales del siglo XIX.

ESCUELA DE FRANKFUR

Movimiento filosófico y sociológico fundado en 1923 y asociado al Instituto de Investigación Social de la Universidad de Frankfurt.

Su portavoz fue en un principio Max Horkheimer, quien sería nombrado director del Instituto en 1930 y que expuso la `teoría crítica' de esta escuela en su periódico Zeitschrift für Sozialforschung (artículos recopilados en la obra publicada en 1968 Teoría crítica). La escuela era de inspiración marxista aunque también admitía otras formas de liberación como el psicoanálisis.

Sostenían que el marxismo, al igual que cualquier otra doctrina, debía someterse a la crítica. Argumentaban que la sociedad moderna está aquejada de enfermedades que sólo pueden `curarse' con una transformación radical de la teoría y la práctica, y que la tecnología constituye una de esas enfermedades y no es una solución, como había supuesto Marx. Asimismo, mantenían que la revolución proletaria que habría de liberar a la humanidad no es inevitable y que el pensamiento teórico no es del todo independiente de las fuerzas sociales y económicas.

La función de la `teoría crítica' era analizar detalladamente los orígenes de las teorías en los procesos sociales, sin aceptarlas de inmediato como hacían los empiristas y positivistas, ya que ello sería aceptar implícitamente procesos y condiciones de los que el hombre ha de emanciparse. Afirmaban que las ciencias no están libres de valores, sino que conllevan supuestos implícitos cuya condición de valor está oculta por su evidente obviedad. Estos juicios de valor, como la conveniencia de dominar la naturaleza mediante la tecnología, deben `desenmascararse' y exponerse a la crítica.

En 1930 Theodor Adorno se asoció al Instituto. Era un hombre de inteligencia excepcional y muy versátil, experto en música, así como en filosofía y sociología. Su amigo Walter Benjamín también colaboró y en 1933 se asoció Herbert Marcuse, discípulo de Martin Heidegger. Al año siguiente los nazis cerraron el Instituto por sus tendencias comunistas y la ascendencia judía de la mayoría de sus miembros, muchos de los cuales se exiliaron, entre ellos Horkheimer, Adorno y Marcuse.

El Instituto volvió a abrir sus puertas en Nueva York con el nombre de Nueva Escuela de Investigación Social. En esa época aparecieron publicadas diversas obras: Razón y revolución (1941), interpretación hegeliana de Karl Marx escrita por Marcuse, La dialéctica de las Luces (1947) de Adorno y Horkheimer, Minima Moralia (1951) de Adorno y La personalidad autoritaria, obra sobre psicología empírica de Adorno y otros autores. El Instituto retornó a Frankfurt a comienzos de la década de 1950 junto con Horkheimer y Adorno, que fue su director entre 1958 y 1969. Marcuse y los demás miembros permanecieron en Estados Unidos.

El miembro más destacado de la escuela en los últimos años ha sido Jürgen Habermas. En su Teoría y práctica (1963) y Conocimiento e interés (1968) apoya los puntos de vista de Adorno y Horkheimer de que las ciencias engloban presupuestos e intereses ideológicos y que la razón del progresismo ha pasado a ser un medio de opresión. En su Teoría de la acción comunicativa (1981) aboga por un ideal de comunicación que englobe a todos los seres racionales y que esté totalmente libre de la dominación y el interés.

CORRIENTES CONTEMPORÁNEAS

SISTEMA SOCIAL DE VILFREDO PARETO

Pareto, Vilfredo (1848-1923), economista y sociólogo italiano, intentó establecer una teoría de los sistemas sociales que permitiera explicar su estabilidad.

Nacido en París, Vilfredo Samaso, marqués de Pareto, era hijo de aristócrata italiano y madre francesa. Estudió matemáticas y física en la Universidad de Turín y en 1869 se doctoró y comenzó a trabajar como ingeniero asesor en los ferrocarriles italianos. Posteriormente, pasó a dirigir un importante grupo de minas de hierro propiedad de uno de los grandes bancos italianos. Desde este nuevo cargo se vio envuelto en las polémicas sobre la economía de libre comercio y el proteccionismo, defendiendo el librecambio. Fue en esta época cuando comenzó a escribir sobre economía y a estudiar política y filosofía. En 1893 aceptó la cátedra de economía política de la Universidad de Lausana (Suiza), donde sustituyó al francés Léon Walras, y en la que permaneció hasta su retiro.

Pareto fue uno de los economistas más sobresalientes de su generación y dedicó buena parte de su tiempo a la enseñanza. En su primer trabajo, Curso de economía política (1896-1897), desarrolla las tesis de Walras sobre el equilibrio de los sistemas económicos y una ley de distribución de la renta que causó una enorme polémica, al querer demostrar, de forma matemática, que la relación entre rentas y riqueza es deliberada y no fortuita. En los últimos años de su vida se interesó por la sociología, al considerar que la economía precisaba de esta disciplina para estudiar aquellos elementos no lógicos ni científicos contenidos en los sistemas de pensamiento. En 1916 escribió su libro más conocido, Tratado de sociología general, en el que estudia la naturaleza de las relaciones entre la acción individual y la colectiva. Se hizo famoso por su teoría, muy controvertida, sobre la circulación de las elites en el cambio social y su relación con las masas.

Su obra ha sido asociada, no con demasiada justicia, al desarrollo del fascismo en Italia. Desilusionado por la ineficacia y corrupción de los liberales, y después del triunfo de Mussolini en 1922, Pareto colaboró ese año con el dictador; sin embargo, poco antes de su muerte se enemistó con el régimen por la falta de libertades. Vilfredo Pareto murió en la ciudad suiza de Ginebra.

MAX WEBER

Un Estado no puede definirse por el contenido de lo que hace. El Estado moderno sólo puede definirse a partir de un medio específico que le es propio: el de la coacción física.

La coacción no es el medio normal o único del Estado, pero sí su medio específico. En el pasado se empleó la coacción física como medio normal. Hoy el Estado

Es aquella comunidad humana que en el interior de determinado territorio, reclama para sí, el monopolio de la coacción física legítima.

El Estado es una relación de dominio de hombres sobre hombres, basada en el medio de la coacción legítima.

Existen 3 formas de dominación:

- Dominación Tradicional: dominación cuya fuente de legitimidad son las costumbres, hábitos, etc. (ej: monarquía).

- Dominación Carismática: fuente de legitimidad dada por un líder del cual se predican características extraordinarias (líder carismático) ej: heroísmo, líder religioso (Perón-E.Perón).

- Dominación Racional- Legal: obediencia en el cumplimiento de deberes conforme a estatuto (sometimiento por miedo, esperanza, etc.).

En el Estado moderno, el verdadero dominio consiste en el manejo diario de la administración, se encuentra en manos de la burocracia, tanto militar como civil.

Desde el punto de vista de la sociología: el Estado moderno es una "empresa" con el mismo título que una fábrica.

EL POSITIVISMO

Es una corriente sociológica que afirma que el único conocimiento auténtico es el conocimiento científico, y que tal conocimiento solamente puede surgir de la afirmación positiva de las teorías a través del método científico.

Esta corriente fue liderada por Auguste Comte (1798-1857) y John Stuart Mill (1806-1873).

Augusto Comte, pensó que la sociedad era un fenómeno científico, que se podía estudiar como un todo y de su estudio surgirán principios generales a toda socieda

El Positivismo aportó a la búsqueda humana la comprensión de que el ser es capaz de encontrar respuestas lógicas al mundo físico que le rodea, así como a todo lo que atañe a sus acciones y se convirtió en un enemigo ideológico de los principios religiosos, fundamentalmente del Cristianismo, considerados ideas erradas, porque apartaban al ser humano de la realidad. El conocimiento verdadero es sólo el que se origina de la experiencia.

De esta manera, busca en la ciencia la única vía capaz de aportar el conocimiento y, a través de ella, se domina y comprende a la naturaleza y a la sociedad misma, ambas instancias partes del mundo real.

Esta corriente tiene como características diferente, la defensa de un monismo metodológico (teoría que afirma que hay un solo método aplicable en todas las ciencias). Creen que tiene que haber una unidad de método a pesar de que haya una diversidad de objetos. La explicación científica ha de tener la misma forma en cualquier ciencia si se aspira a ser ciencia, específicamente el método de estudio de las ciencias físico-naturales. A su vez, el objetivo del conocimiento para el positivismo es explicar causalmente los fenómenos por medio de leyes generales y universales, lo que le lleva a considerar a la razón como medio para otros fines (razón instrumental). La forma que tiene de conocer es inductiva, despreciando la creación de teorías a partir de principios que no han sido percibidos objetivamente.

FUNCIONALISMO

El Funcionalismo, es una corriente sociológica del siglo XX y se origina en estudios del campo antropológico.. Sus principales exponentes fueron, en Europa, Bronislaw Malinowski (Polonia. 1874-1942), Radcliffe-Brown (Inglaterra. 1881-1955), Evans Pritchard (Inglaterra. 1902-1973); en Estados Unidos, Talcot Parson (1902-1979) y Robert Merton (1910-2003).

En esta corriente se sostiene que la cultura conforma un todo inseparable y tiene su origen en los hechos sociales; es decir, es un hecho social, lo que significa que la sociedad actúa como un organismo vivo, con una serie de funciones que se complementan entre sí, pero que forman un cuerpo, un todo armónico. Por lo tanto, es una ideología de carácter holístico. De esta manera, la sociedad es concebida como un organismo biológico, donde cada una de sus partes cumple una función y se le percibe como un sistema, donde cada una de sus partes cumple un papel o rol bien determinado.

Esta teoría considera en sí, la unidad fundamental de la interpretación de la vida interhumana como un sistema de tipo orgánico, y cómo las partes, los elementos, los aspectos o fases de este sistema de tipo orgánico están en relación funcional con el todo, determinándolo y siendo determinados por él.

MARXISMO

El marxismo es el conjunto de doctrinas políticas y filosóficas derivadas de la obra de Karl Marx, filósofo, economista, periodista y revolucionario.

El marxismo es la doctrina o cuerpo ideológico que corona con mucha coherencia las tres fuentes ideológicas más avanzadas de la Europa del Siglo XIX: el socialismo, la filosofía clásica alemana y la economía política inglesa.

Karl Marx afirmaba que la riqueza sólo es fruto del trabajo; el capital carece de valor y los obreros no deben estar retribuidos con salarios, sino percibir los beneficios de su esfuerzo.

El marxismo afirmaba que llegaría el tiempo en que los capitalistas fueran pocos y los proletarios muchos, momento propicio para desencadenar la Revolución Socialista, etapa de transición para construir una sociedad sin clases ni Estado, en donde todos vivan de lo que produzcan y no de lo que posean.

Las características fundamentales del marxismo son:

-Materialismo histórico: todos los acontecimientos históricos han sido provocados por factores de orden económico y no por la influencia de los valores espirituales.

-Lucha de clases: la humanidad asiste desde sus comienzos a la lucha entre oprimidos y opresores, proletarios y capitalistas.

-Plus valía: sólo el trabajo crea riqueza, genera capital. El obrero recibe menos de lo que produce, la diferencia se la queda el capitalista.

...

Descargar como  txt (67.3 Kb)  
Leer 41 páginas más »
txt