Cosmovision

LA FILOSOFIA COMO COSMIVISION

Una cosmovisión es un conjunto de ideas que nos describen el modo en que percibimos el cosmos, el mundo, es decir, las cosas, las personas y las situaciones que nos rodean. Cada persona tiene su propia cosmovisión, se puede decir entonces que cada uno tiene su propia Filosofía. La cosmovisión es entonces el conjunto de concepto, intuiciones, principios y valores que una persona ha adquirido a lo largo de la vida y que le sirven para tomar una postura frente a los hechos que la rodean.

Es un tema que camina al borde de lo tangible e intangible. De lo que se está seguro y no, de la creencia y de la certeza., ya que cada ser humano tiene un sinnúmero de posibilidades en su manera de verse a sí mismo con respecto al mundo. Y al hacernos dichas preguntas cada quien va encontrando “sus respuestas” de acuerdo a su percepción de su realidad, así va creando su propia cosmovisión.

Somos seres pensantes con necesidades de entender lo que nos pasa, lo que nos rodea lo que vivimos, sentimos y hacemos, y vemos el mundo desde nuestro propio punto de vista, es decir desde nuestra propia historia, cultura, educación, etc.

1) La cosmovisión idealista de Platón. (siglo IV a. De C)

Generalmente, por idealismo se entiende el pretender lograr alguna cosa muy importante, pero tal vez imposible.

El idealismo de Platón consiste en considerar que las ideas constituyen un mundo aparte, perfecto, inmutable, eterno y espiritual y contrasta con las cosas de este mundo: materiales, sensibles, temporales, mutables e imperfectas.

Alegoría de la caverna.

Sólo conocemos el mundo material, pero hay otro mundo superior: el mundo de las ideas.

El mundo material es sólo una sombra del mundo de las ideas.

Si alguien logra conocer el mundo de las ideas, los demás no le creen, porque no lo comprenden.

Las ideas no dependen de la mente humana para existir, sino que son los modelos, son los auténticos seres cuya sombra imperfecta logramos percibir.

Las cosas valen la pena en la medida que se acercan al mundo de las ideas, es decir a su auténtico Ser.

En el hombre también se da este dualismo: lo importante es el alma, espiritual e inmortal.

Antes de nacer ya existe el individuo en el mundo de las Ideas, como alma o espíritu.

El cuerpo es como una cárcel para el alma. Al hombre le corresponde llegar a despojarse de esa carga.

El alma humana reencarna varias veces hasta que se purifica completamente de lo material y alcanza la plenitud de nuevo en el mundo de las ideas el alma es buena y el cuerpo es malo. Hay que castigar el cuerpo para alcanzar la plenitud del alma.

2) La cosmovisión realista de Aristóteles.

Aristóteles fue discípulo de Platón. (siglo IV a. De C.)

Sostiene que los objetos tienen una existencia independiente de la percepción humana.

Las ideas no conforman un mundo separado sino que forman parte de las cosas del mundo.

Cada cosa material, además de su elemento físico y sensible, consta también de un elemento estructurador y unificador llamado forma.

El concepto aristotélico de forma equivale al de idea de Platón, es decir que es inmaterial, inteligible e inmutable. La diferencia es que ambos elementos, materia y forma están unidos en las cosas (hilemorfismo).

Para Aristóteles también el hombre está constituido por alma y cuerpo, por tanto el cuerpo no es una cárcel sino un constituyente esencial sin el cual el hombre no puede alcanzar la felicidad, no obstante, el alma es superior porque ahí reside la espiritualidad, la inteligencia y la inmortalidad.

El conocimiento tiene su origen en los sentidos. Primero captamos el objeto concreto, sensible y material, y luego realizamos un proceso de abstracción, es decir que la inteligencia capta la forma y elabora su concepto.

No hay ideas innatas, sino que todas provienen de los objetos captados por los sentidos y luego por el intelecto.

3) La cosmovisión teocéntrica de Santo Tomás de Aquino. (Teólogo de la edad media).

La idea central de la filosofía de Santo Tomás de Aquino es Dios.

Dios es el Ser infinito, creador de todo lo que existe.

El hombre es creatura de Dios, hecho a su imagen y semejanza.

Al hombre le corresponde asumir su papel de creatura: proviene de Dios y va hacia Dios.

Al hombre corresponde obedecer la ley que viene de Dios.

El principio fundamental de la ley de Dios es amar a los demás tal como se ama a sí mismo.

La importancia de Santo Tomás radica en que su filosofía toma muchos elementos de la Biblia y de los Evangelios y constituye la base de la cosmovisión del cristianismo.

4) La cosmovisión pesimista de Schopenhauer, Arthur. (filósofo alemán, siglo XIX)

El hombre de hecho es infeliz y no puede encontrar otra cosas que la infelicidad

La esencia del hombre es la voluntad y la voluntad es la tendencia hacia un objeto, es decir, el deseo.

El hombre siempre está deseando algo y nunca consigue la plena satisfacción.

Todo lo que el hombre vive es infelicidad, sufrimiento y frustración.

Para aliviar el sufrimiento el hombre puede realizar tres actividades:

La contemplación de la belleza: evasión del sufrimiento propio

La práctica de la misericordia: mitigación del dolor ajeno y alivio propio

El ejercicio de la ascética: reprimir y sofocar la propia voluntad y mitigación del dolor.

5) La cosmovisión dionisíaca y nihilista de Nietzche, Friedrich (filósofo alemán 1844-1900)

Las ideas centrales son la vida, la voluntad y el poder (representadas

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