Cuadrifarmaco De Epicuro

Cuadrifármaco de Epicuro

Si la muerte es, yo no soy y mientras yo sea la muerte no es. Por lo tanto la muerte en si no existe, porque jamás la podremos experimentar. ¿Cómo podemos temerle a algo que nunca hemos sentido ni vamos a sentir? Mas que miedo a la muerte en si, yo creo que el miedo es a lo que hay antes y después de la muerte. En realidad lo que nos atemoriza es la idea de que el proceso de muerte (vivir) sea doloroso como también el que llegue el momento de nuestra muerte y no haber hecho nada de provecho con nuestra vida, el no haber dejado un legado, que nuestra estancia en el mundo no haya tenido impacto alguno. También creo que el miedo crece cuando las personas creen que hay vida después de la muerte, se supone que la idea debería ser reconfortante ya que a todos nos atrae la idea de ser eternos pero en vez de esto nos da miedo lo que pueda pasar después, lo desconocido y esto es todavía peor cuando tenemos el concepto de el cielo y el infierno.

Dice también que no hay razón para temer a los dioses, ya que son seres divinos por lo tanto nunca tendrían experiencias terrenales, por eso no pueden intervenir en nuestras vidas de manera positiva o negativa. Viéndolo desde esta perspectiva parece muy tonto el temerle a alguien que no me puede hacer nada, como también culpar por mis desgracias.

El mal es fácil de soportar. Es una frase simple y llena de razón, sin embargo muchas veces difícil de comprender. Porque nos “gusta” enfrascarnos en nuestro dolor, lo cual nos lleva a sufrir, cosa que no tiene sentido. Es normal que algunas cosas duelan el problema es que en vez de verlo como algo pasajero y como medio para llegar a algo, lo vemos como un castigo. No vemos el fin real del dolor, quedándonos solo con el sufrimiento. En pocas palabras el mal o el dolor si es fácil de soportar, porque no dura mucho solo son breves momentos, nosotros somos los que alargamos nuestro sufrimiento.

El placer y el bien son fáciles de conseguir, decía Epicuro. Al igual que todas las anteriores el concepto equivocado que tenemos de las cosas nos lleva a creer que el alcanzar la ataraxia es muy complicado o imposible. Nos creamos temores, apegos y problemas que solo nos impiden llegar a este estado sin turbaciones.

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