Cuando el universo nos olvide

UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE ZACATECAS

“FRANCISCO GARCÍA SALINAS”

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Cuando el universo nos olvide

Primer semestre

MATERIA: Introducción a las ciencias humanas

ALUMNO: Luis Ricardo Cabral Vera

DOCENTE: Dr. Sebastián Preciado Rodríguez

     “El hombre no es la corona de la creación.”

• Frederich Nietzche

      Me he puesto a pensar en la duración de Dios, suponiendo real, hipotéticamente, la posibilidad de su existencia, y repentinamente ha dejado de caber en mi limitada capacidad de medir el tiempo. La inmensidad del infinito es tan vasta que ni en todos los milenios de vida que ha tenido y tendrá el ser humano sobre esta partícula de proporciones microscópicas del universo que llamamos tierra, podremos encapsular su verdad total y absoluta. No es en vano, pues, que William Blake escribiera que cuando el hombre depura las puertas de la percepción las cosas aparecen ante él tal cual son… infinitas.

        Es pensando en esta insignificancia de nuestro mundo ante lo vasto del universo que la BBC presentó en el 2005, End day (Día final, o Día del fin) donde se exponen cuatro escenarios probables que ejemplifican lo efímero de nuestra existencia y lo extremadamente sencillo que es borrarnos de la faz del sistema planetario sin dejar una sola huella de que nuestra raza, nuestros dioses y nuestras luchas por supervivencia alguna vez formamos parte del colosal cosmos.

       La primer manifestación de destrucción repentina, toma la forma de un tsunami masivo detonado por la erupción de un volcán en una isla del atlántico y nos muestra lo negligentes que somos ante lo propensos que estamos a los desastres naturales de esta amplitud. Cabe destacar que la narrativa en esta como en los otros tres actos se desarrolla desde la perspectiva de un científico ficticio, el Dr. R Howell que carga a su disposición una llave que activa un acelerador de partículas capaz de alterar el polo gravitacional al punto de crear un agujero negro que se devorará instantáneamente al planeta azul por lo cual debe partir de Londres a Nueva York pero en cada escenario, a excepción del último, es detenido por una serie de sucesos imprevistos que culminan en la destrucción del mundo. Esta particular estructura narrativa tiene un par de problemas fundamentales, primero que por el simple título conocemos el desenlace antes de si quiera comenzar a ver la película y segundo, que se nos advierte que pasará cuatro veces por lo que no solo pierde el encanto del espectador, sino que lo dispone ante una historia tediosamente repetitiva.

       Muy a pesar de esa falla esencial, la obra contiene guiños interesantes a escenarios similares como la simbología en los objetos que pertenecen a los personajes como el dinosaurio de plástico del infante haciendo alusión a la destrucción de los dinosaurios y la inminencia de nuestra propia extinción o al film “Groundhog Day” cuya historia trata precisamente de un hombre que se ve forzado a repetir el mismo día una y otra vez.

      Entre el suspenso forzado y la exaltación inverosímil de los actores, queda impreciso el propósito del film haciendo creer que fue hecho con meras intenciones de alimentar la paranoia y explotar nuestra cercanía con la retunda realidad de un final inminente por un par de sustos baratos.

      Me gustaría creer que la película intenta hacernos cobrar conciencia de la insignificante que es el mundo en que vivimos ante el infinito que es la existencia para derribar nuestro concepto ególatra de que somos el fin último del universo y hacernos caer en cuenta de lo dispensables que somos para el universo.

      Esto me hace pensar en el concepto del hombre absurdo que nos plantea Albert Camus en su obra existencialista: El mito de Sísifo donde nos presenta por primera vez la insignificancia de la vida y el sufrimiento y desgaste que prolonga la vida sufrible del hombre sin un fin auténtico más que el acto mismo de vivir por nada.

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