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DISCURSO DE “LA MADRE AGOBIADA”


Enviado por   •  25 de Octubre de 2021  •  Ensayos  •  1.075 Palabras (5 Páginas)  •  101 Visitas

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DISCURSO DE “LA MADRE AGOBIADA”

Por: Jimena Guadalupe Hernández Martínez

Nombre del discurso: No se que decirte…

No sé que decirle en estos momentos, no sé que decirle por qué no soy madre, no sé que decirle por qué soy sincera, no sé que decirle por qué no existen las palabras de consuelo y no planeado decirle “todo estará bien” porque evidentemente no esta nada bien ahora, o  “usted podrá salir adelante” porque un hijo jamás se va y mucho menos se olvida, además de que eso sería tan hipócrita como decirle que “lo siento mucho”, pues no he vivido lo que usted pasó, y no me gustaría vivirlo jamás, por lo que no se lo que siente. No soy quien para decirle lo que tiene que hacer, por eso, mucho menos ahora soy quien para decirle como afrontar esto y pedirle que ya no llore. Llore, llore cuanto más pueda hasta quedar vacía, no lo digo por querer ver el sufrimiento de alguien, la razón es que el sentimiento es acumulativo, lo que significa que, si no saca lo que tiene dentro, ese cúmulo de lágrimas que le impedirán avanzar y al final su esencia, su alma será incapaz incluso de reaccionar y sentir otras cosas, convirtiéndola en solo un cuerpo andante ¿es lo que quiere? O más bien ¿es lo que querría su hijo?  Entonces desahóguese, además el guardarse cosas también atrae resentimientos que pueda pagarlos alguien más que la persona que causo la perdida de su hijo. No seré madre, pero soy hija, si lo sé que el sentimiento de perdida no es lo mismo, porque un hijo es el corazón y alma de una madre, o quizás duela más la perdida de los padres, no lo sé sinceramente, lo que se es que ahora no existe dolor más fuerte e importante que su perdida, porque que es eso, su perdida. Yo igual he perdido gente que de verdad hasta estos días, me duelen en el alma. A cada uno de nosotros nos duele nuestra pérdida y lo hace de distinta manera, porque ninguna es igual a las demás. Lo que tenemos en común señora, es el dolor que nos produce la pérdida. Todos estamos viviendo un duelo. Eso es lo que nos une y lo demás son aspectos que nos distinguen.

Sabe, todos tenemos derecho a vivir nuestro duelo a nuestra manera, sin ser juzgados ¿cierto? Ninguna madre está preparado para la muerte de un hijo. Se supone que los padres no viven más que sus hijos, o eso era al menos lo que mis abuelos me hacían creer. Hijo es hijo y el tamaño de su pérdida no lo determina la edad de cuando lo perdió. La pérdida de un hijo es muy dolorosa en cualquier edad.

No puedo devolverle a su hijo, y tampoco puedo afirmarle que el dolor intenso es momentáneo, al contrario, podría incluso agraviarse más. Perdone mi sinceridad, pero sé que es esto lo que quisiera escuchar y, además, necesita algo diferente que no le hayan dicho antes y que mejor, que lo que es la realidad. Lo que si puedo ofrecerle es mi mano, mi hombro, mi presencia para incluso solo escucharla y aconsejarla si me lo permitiera, ayudarla, no superando su perdida porque jamás lo superara, lo que si es superando el dolor intenso, que se vuelve dolor clavado dentro pero que la deja vivir. Cómo sé que mucha gente dirá lo mismo, ocupará una mente sincera y es aquí donde podrá encontrarla, una persona que no trate de hacerla sentirla mejor diciéndole que “todo estará bien” ¿bien?, ¿desde cuándo separase de un hijo es estar “bien”? Solo usted sabe la relación que llevaba con su hijo y no puedo opinar respecto a eso, además que la unión de más o de menos con alguien no determina el nivel de dolor. Habrá días donde creerá que ya todo acabo y que ahora si estará mejor, pero siempre habrá algo o alguien que lo recuerde o le de pie a recordar momentos clave y es inevitable porque el mundo sigue girando aun así.

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