Diferencia

LA CORONILLA

Por Javier del Granado

Desgarran las heroínas

Su túnica de lágrimas

Y en medio de un tumulto

Preñado de amenazas

Discute el vecindario las capitulaciones

Propuestas por Oquendo, Zenteno y Antezana

Y en el cabildo abierto

Que sesionó en la plaza

Los días 25 y 26 de mayo

Pero el vecino Vela y el orador Terrazas

Inducen a las cholas

A requerir las armas,

Y el pueblo enardecido se lanza a los cuarteles

Y arrastra a la colina, cañones y granadas

Sin que el ilustre prócer

Mariano de Antezana

Consiga con sus ruegos

Calmar la poblada

Que ruge en las callejas

Como una fiera brava

Que el cazador

Acosa pisando sus entrañas

Asoma el enemigo

Que acecha en lontananza

Y al ver que reverberan sus yelmos rutilantes

Bruñendo los cristales del rio Tamborada

Se yerguen los vallunos sobre el peñón sagrado

Dispuestos a la muerte por defender su patria

Y el escuadrón bizarro de don Esteban Arze

Despliega en las llanuras la gloria de sus lanzas

Embiste Goyeneche las faldas del collado

Que acunan en sus brazos las sendas de Caraza

Ramírez por el flanco desgarra Carracota

Y el Comandante Imas, asola con su espada

La Chimba y el poblacho de San Joaquín de Itocta

Ciñendo las tres cimas de la colina Sacra

Donde solloza el alma patriótica de un pueblo

Que asombra al continente con su inmortal hazaña

Revientan los cañones de estaño en mil pedazos

Se engarzan de fulgores las rocas solitarias

Atruenan los fusiles

Florecen las granadas

Combaten las heroínas

Con fiebre de espartanas

Mordiendo bayonetas

En su imponente rabia

Y el pueblo embravecido no seja en la contienda

Hasta que muere el último soldado de la patria

Izando en los peñascos su corazón de fuego

Que estalla el 27, como una roja ulala

Retoman lo cuzqueños

La Villa ensangrentada

Saquean sin reparo

Las tiendas y las casas

Y el fiero conde ingresa por las estrechas calles

Seguido de una escolta salvaje y temeraria

En medio de Domínguez y el asesor Cañete

Que atiza sin escrúpulos su anhelo de venganza

Despeja Goyeneche

La esquina de la plaza

Y entre el hipante rumor del populacho

Que fuga enloquecido de la horrida matanza

Vagar bajo los pórticos

Como una sombra vaga

La sombra acosadora

Del ex Fiscal de Charcas

Que busca en el santuario de la matriz refugio

Lo hiere con el filo de su llameante espada

Y hundiendo las espuelas al potro encabritado

Penetra en el recinto de luz y de plegaria

Que cubren los arcángeles

Del cielo con sus alas

Después dicta un diabólico decreto de amnistía

En homenaje al corpus y al paternal Monarca

Más solo es la redada que el sádico Cañete

Tendiera como tejen su urdimbre las arañas

Para prender de un golpe puñados de patriotas

Colgando sus cadáveres en la horca ensangrentada

Y así mueren Lozano Padilla y Ferrufino

Quiroga, Gandarillas, Ascuy, Lujan, Zapata,

Y otra legión egregia de altivos paladines

Que ilustran con su nombre columnas historiadas.

Descubre Goyeneche

La pista de Antezana

Caudillo de las grandes hazañas de este pueblo

Donde los vientos rugen la tormenta brama

Y ordena que lo arrastren del claustro recolecto

Cargado de cadenas y grillos, a la plaza

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