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EJEMPLO DE LA PUNTUALIDAD COMO VALOR


Enviado por   •  28 de Septiembre de 2015  •  Tareas  •  413 Palabras (2 Páginas)  •  272 Visitas

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LA PUNTUALIDAD COMO VALOR

INTRODUCCION:

La puntualidad es un valor de sustancial importancia en la vida universitaria ya que está relacionada con otras virtudes y valores humanos, como el orden, la responsabilidad y la rectitud, se convierte en una persona digna de respeto, admiración y confianza. Entendemos por puntualidad que es el cuidado y diligencia en hacer las cosas a su debido tiempo o en llegar a un lugar a la hora a acordada.

ARGUMENTO:

La puntualidad de una persona, indirectamente obliga a los demás, a cumplir con su obligación no solo a llegar a tiempo en la universidad, sino también de entregar la tarea dentro del plazo señalado La puntualidad de un estudiante  comunica una gran cantidad de cosas positivas a su ambiente académico. Ser puntual ayuda al compromiso y profesionalismo.

 Es la puntualidad, prioridad de los estudiantes universitarios, hoy en día los estudiantes creen que el tiempo es un recurso renovable el cual no afecta a otras personas este es un grave error pues el tiempo es un recurso valioso en el mundo. Para aquellas personas que no están acostumbradas a cumplir con sus obligaciones a tiempo, la presencia de alguien que si lo hace resulta incómodo.

Sin importar la carrera que hayas elegido, la puntualidad es un valor agregado para todos los reclutadores de personal y juega un rol fundamental en la imagen que generarás en ellos como profesional. Si bien es cierto que a veces un imprevisto puede obligarte a llegar tarde a una cita laboral, en la mayoría de los casos la impuntualidad se debe a una falta de planificación y buena organización.  Llegar tarde constantemente provocará que dejen de confiar en ti y cómo consecuencia  empezarás a perder oportunidades de trabajo y crecimiento laboral.

CONCLUSION:

Una persona que programa su tiempo logra ser más productivo y llega al éxito si sabe administrar los objetivos que previamente a planificado. La falta de puntualidad habla por sí misma, de ahí se deduce con facilidad la escasa o nula organización de nuestro tiempo, de planeación en nuestras actividades. Al no saber invertir bien el tiempo ahora, se termina con las manos vacías y fracasadas, porque sencillamente el calendario nos arrinconó.

Vivir el valor de la puntualidad es una forma de hacerle a los demás la vida más agradable, mejora la imagen de la persona y la convierte en alguien digna de confianza. Nuestra palabra debe convertirse en el sinónimo de garantía para contar con nuestra presencia en el momento preciso y necesario.

        

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