EL CRITICISMO

Estudiante: María Camila Micolta Escobar

Grado: 11-3

Docente: Osiris Cuellar

ENSAYO

¿SOMOS LIBRES?

¿Solemos llamar libertad a la posibilidad de hacer lo que a bien nos provoque, pero más allá de esa posibilidad, podríamos detenernos a analizar de dónde proviene eso que “nos provoca”, realmente somos autónomos en nuestros deseos? ¿Somos seres libre-deseantes? O todo obedece al producto de la alienación a la que estamos sometidos desde nuestros primeros años. Y es que desde que nacemos ingresamos a esa primera, pero bien ponderada prisión, llamada familia, que será la encargada de estructurarnos de acuerdo a lo que “dios” y la sociedad, demanden y es así como crecemos inmersos en un conjunto de normas que rigen nuestra conducta e incluso nuestros pensamientos.

La idea de la libertad ha ido cambiando a través de la historia. La cultura occidental introduce la idea de libertad individual relacionada a la autonomía. Ser libre es poder disponer de todo lo que te rodea, a tu antojo, al servicio de tu deseo individual y se potencia con la idea de que no hay que pedir permiso para nada.

Una sociedad de libertades individuales, termina en conflicto, lo que requiere de acuerdos para que esas libertades no choquen entre sí y es ahí, donde el Estado cumple un papel fundamental como garante y regulador de esas libertades a través de la ley.

Nos creemos libres, tenemos la sensación que somos dueños de nosotros mismos, pero terminamos descubriendo que eso que concebimos como libertad termina siendo funcional a los intereses de un otro.

La libertad termina siendo una utopía, estamos atrapados en un cuerpo y una mente sometidos a muchos condicionamientos, pero más allá de esos condicionamientos hay algo que debemos evitar, por ejemplo, la masificación del consumo, la conformación de hábitos que implican ser una oveja más del rebaño y evitar actuar a partir del resentimiento.

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