El Concepto De Angustia En S. Kierkeggard

El concepto de Angustia. S Kierkeggard

Héctor Pulido Guzmán

La angustia es el uno de los conceptos determinantes en la obras de Kierkeggard tanto, que desarrolla, bajo diferentes planteamientos, esta idea en su libro. “la angustia es precisamente una reflexión y, en ese sentido, se diferencia claramente de la pena”, y es que la angustia contempla la pena, pero lo hace de una manera ambigua. La angustia, en este sentido, tiene una doble función: por una parte descubre la pena bajo su tangencia, y por otro lado, asume en un solo instante la pena entera, pero de manera que se disuelve en la sucesión. Es decir, la reflexión de la angustia consiste en que el hombre pueda pensar sobre su estado en el que se puede encontrar el mismo frente a la angustia. Esto ocurre gracias a que la angustia gurda una relación ambigua con el objeto, el cual se debe interpretar como estado en su posibilidad.

Esto desemboca en quela angustia contiene una reflexión sobre el tiempo: “porque no me angustio ante lo presente, únicamente por lo pasado y futuro, pero lo pasado y lo futuro enfrentados de tal manera que lo presente desaparece y se convierte en una determinación de la reflexión.” La idea de angustia infiere en que el pasado y presente se enfrentan y ve al futuro como posibilidad, pero esta está comprendida en la relación con el pasado.

Señalemos que el punto central de Kierkeggard ante el concepto de angustia es encontrar el significado de la misma. Lo que importa es qué nos enseña la angustia sobre el hecho de ser persona. Podemos entonces encontrar que en el Kierkegaar hace una antropología desde la angustia, en donde el ser humano se enfrenta a su devenir en sí mismo. La visión antropológica de la angustia se centra en el hecho de que ésta no está ligada a ningún objeto concreto, entonces el hombre la relaciona como posibilidad de relacionarse por sí mismo, en la angustia el hombre puede descubrirse en sí mismo como un yo. EL ser humano es un tipo de ser que se relaciona consigo mismo de tal manera que, a la vez, está separado de sí mismo, es decir, para poder angustiarse el ser humano debe de ser, en sí mismo, una relación de elementos desiguales, de lo contrario, no podría apartarse de sí mismo. Por lo tanto, y esta es una idea central en el autor, el ser humano es síntesis “todo depende de que se haga patente la angustia. El ser humano es una síntesis de lo anímico y de lo corporal”. Que el ser humano sea una síntesis quiere decir que está compuesto de elementos heterogéneos, el alma y el cuerpo. Pero además de estos dos elementos, y debido a la desproporción, se añade otro elemento: el espíritu. El espíritu mantendría unido lo heterogéneo dando lugar a la ya citada síntesis. El espíritu, entonces, es el yo interpretado como lo que mantiene unido al yo.

El ser

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