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El Estructuralismo


Enviado por   •  19 de Noviembre de 2013  •  4.194 Palabras (17 Páginas)  •  528 Visitas

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En el siguiente trabajo, me propongo abordar cierta corriente lingüística que tuvo gran relevancia en dos países diferentes, y por tanto, hacer una comparación entre las vertientes mencionadas, con el fin de sopesar, en la medida de lo posible, sus semejanzas y diferencias. Es así que trataré sobre el estructuralismo europeo y el estructuralismo norteamericano, partiendo, antes que nada, del concepto base que les brinda su razón de ser.

Como he dicho, es imprescindible comenzar hablando del estructuralismo, en sí, y de lo que a él respecta. El estructuralismo se sitúa a principios del siglo XX y constituye los inicios de la lingüística moderna. Se sabe que su fundador fue Ferdinand de Saussure con su obra Curso de lingüística general. En dicha obra, Saussure recoge tres años de cursos universitarios de la Universidad de Ginebra, basándose en las interpretaciones de los estudiantes acerca de sus ideas.

Además, es importante mencionar, que, el estructuralismo surge, esencialmente, como una reacción a lo que se daba con anterioridad en los análisis lingüísticos y/o en la forma de estudiar e intentar explicar los fenómenos que la lengua presentaba. Por tanto, el estructuralismo propone que el valor de cada el elemento dentro de lenguaje, se define por oposición con los demás elementos. Por ende, el lenguaje es concebido como una estructura en que todas sus partes están en constante relación. Por lo dicho, entendemos que el objeto de la lingüística estructural es estudiar las relaciones entre los elementos que forman parte de un sistema hablado. Estos elementos son los signos lingüísticos.

Asimismo, Saussure hace una importante distinción entre sincronía y diacronía, los cuales son dos conceptos fundamentales dentro de la propuesta de este famoso lingüista. Siendo, la sincronía, el estudio de los fenómenos de una lengua, en un momento en específico, de forma más particular, como una fotografía de la lengua en determinado tiempo; la diacronía, por otro lado, se enfoca en rastrear, analizar y comprender los cambios de la lengua a través del tiempo. Ambas cosas son determinantes al hacer un estudio de la lengua, puesto que son el pie para saber qué elementos han de tomarse en cuenta y cómo se abordará dicha investigación.

Básicamente, a la hablar de estructuralismo, se habla de lo que he planteado rápida y concretamente en estos párrafos anteriores, pero ya irán apareciendo más rasgos importantes dignos de ser tratados. Lo que resta entonces, es pasar con el abordaje de las escuelas estructuralistas, empezando por Europa, con Ginebra, Copenhague y Praga.

En primer término, está la escuela de Ginebra, representada por los discípulos de Saussure, para seguir con lo tratado anteriormente. Si bien la lingüística estuvo dominada durante la segunda mitad del siglo pasado y los primeros años de éste hacia problemas y comparativos, sería erróneo suponer que durante el tiempo mencionado, no interesó la descripción del estado lingüístico real –un análisis descriptivo o sincrónico.

Así, al tiempo que eran publicadas las obras precursoras de la lingüística comparada, el humanista alemán Nilhelm von Humboldt despunta con sus ideas al respecto de dicha descripción o abordaje específico del lenguaje. Éste tiene gran consciencia de los aspectos dinámicos del lenguaje, pero, al mismo tiempo, considera cada cual como un todo coherente, como una unidad alejada de todo, funcional. Además, una de las ideas básicas de la lingüística moderna proviene de él; el concepto de forma.

Al mismo tiempo, vio claramente el papel que desempeña el lenguaje en nuestra experiencia del mundo que nos rodea; su importancia al conceder la forma reconocible a lo que de otra manera sería un caso inaccesible e ininteligible. Proponía, pues, que el lenguaje nos permite aprehender el mundo, sus formas, por medio de envolturas determinadas y conocidas por los hablantes de cada lengua, determinando su modo de comunicación, y más que nada, asegurándolo, por el hecho de que se evita el caos de que persona se refiriera a las cosas de distinto modo. También dice que, el lenguaje otorga al hombre el poder de dar una nueva forma al mundo, y de convertirlo en propiedad del espíritu.

Por otro lado, Adolf Noreen dedicó gran parte de su investigación y enseñanza, al estudio descriptivo del lenguaje. Pocas naciones tienen algo que pueda compararse con su gran examen descriptivo exhaustivo, que nombró Nuestro lenguaje, el cual no llegó a completar. Noreen dividió la tarea de la investigación lingüística en una rama sincrónica y descriptiva y una diacrónica etimológica. Además de ello, apreció con claridad la importancia que tiene distinguir las diferencias de sonido que implican un potencial cambio de sentido, de un signo a otro.

En cuanto a la escuela de Ginebra en sí, se le ha asociado especialmente con la fenomenología; se concibe a la literatura como una manifestación de la consciencia del autor que el crítico intenta comprender, es decir, capturar la pureza de la mente. Más, aun habiendo mencionado a los anteriores lingüistas, se sabe que los seguidores más fieles de Saussure fueron: Charles Bally y Albert Sechehaye.

Respecto a ellos dos, interpretan la distinción saussuriana de forma muy parecida, sólo que cabe resaltar que Albert Sechehaye se le atribuye el concepto de Lingüística de la lengua, puesto que Saussure sólo lo planteó vagamente. Charles distingue entre lengua y habla (otro de los grandes tratamientos de Saussure) como una oposición entre el acervo o patrimonio lingüístico social, es decir, la lengua, y el funcionamiento lingüístico individual, que refiere al habla. Según esta concepción, el habla es la lengua en acción, la lengua actualizada, la lengua en equilibrio y en pleno funcionamiento. A esta distinción agrega una nueva oposición de orden funcional: la lengua, es el sistema organizado, contendría los elementos tendientes a la comunicación y comprensión de los pensamientos; el habla, en cambio, sería instrumento de la vida efectiva, expresando sentimiento y acción.

Entonces, mediante el lenguaje afectivo penetrarían continuamente elementos nuevos de la lengua. Ahora bien, el insuflar vida real, individual y social, en el sistema lingüístico de Saussure, concebido como algo autónomo e independiente del habla. Con esto, Bally no devuelve al habla toda la importancia que le había quitado Saussure como posible objeto de una lingüística científica, pero, por lo menos, llena en parte el abismo que el maestro había abierto entre lengua y habla.

Pasando a lo concerniente al Círculo lingüístico de Praga, se dice que su fundación coincide con la última etapa de la escuela formalista rusa. Entre los asistentes a dicho círculo destaca Roman Jakobson. Jakobson es un personaje importante

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