El Extasis De La Comunicacion

EL ÉXTASIS DE LA COMUNICACIÓN

En principio, hace referencia a su obra anterior, que hablaba del objeto como realidad y valor de uso. En esta crítica que él realiza opone dos lógicas: la lógica fantasmática (psicoanálisis, identificación, proyección y reino imaginario de la trascendencia, poder y sexualidad del nivel de los objetos y el entorno) y la lógica social diferencial (se efectúan distinciones refiriéndose a una sociología derivada de la antropología. Sin embargo, todo eso desaparece.

Baudrillard dice que hoy ya no existen la escena y el espejo, sino que se sustituye por una pantalla y una red, que es una superficie no reflexiva: la comunicación.

Hace una crítica especial a la imagen televisiva, ya que la TV es el objeto perfecto en esta nueva era, porque todo lo que nos rodea se convierte en una pantalla de control.

Habla también de la telemática primitiva que sería que cada persona se ve ante los mandos de una máquina hipotética aislada en una posición de soberanía perfecta y remota a una distancia infinita de su universo de origen, lo que él llama la hiperrealidad  lo que antes era una proyección psicológica y mental metafórica, ahora es proyectado a la realidad sin metáforas, en un espacio absoluto que es la simulación.

Dice que este es el tiempo de la miniaturización, el telemando, el microprocesado del tiempo. Incluso nuestro cuerpo se nos presenta muchas veces como superfluo e inútil, concentrándose todo en el cerebro y los códigos genéticos.

Todo está invadido por esta hiperrealidad. La publicidad incluso ha mutado a este nuevo orden cultural, ya que lo invade todo, dejando de limitarse al espacio público. Ya no existe espacio público y se pierde el espacio privado: ambos se confunden, ya no existe esa separación mínima entre lo secreto y lo público. El espacio antes privado es lo que nutre a los medios de comunicación.

Baudrillard incluso hace una crítica positiva a la alienación existente antes en el universo privado, porque nos separaba de los demás, había un beneficio al reconocer la existencia de un Otro, en esta alienación había, por último, un espectáculo, una acción una escena. En cambio, en el éxtasis de la comunicación solo hay obscenidad, todo se vuelve transparente y visible de inmediato. Es todo demasiado visible, ya no hay ningún secreto: todo se disuelve en información y comunicación.

Incluso la crítica a la mercancía en la sociedad del espectáculo tenía algún sentido: el objeto nunca entrega su secreto y la mercancía siempre manifiesta su esencia visible, que es su precio. Sin embargo, en la comunicación ya ni siquiera existe un precio, sino que solo un valor de intercambio, todos los secretos, espacios y escenas quedan abolidos en una sola dimensión de información.

Hay promiscuidad

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