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El Hombre Moderno Y La Religion


Enviado por   •  8 de Septiembre de 2014  •  606 Palabras (3 Páginas)  •  235 Visitas

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EL HOMBRE MODERNO Y LA RELIGION

“Los hombres han dejado a Dios no por otros dioses, sino por ningún dios, profesando la Razón, el Dinero, el Poder, y lo que llaman Vida o Raza o Dialéctica….La Iglesia renegada… Estéril y vacío… ¿Es la humanidad quien ha abandonado a la Iglesia o la Iglesia quien ha abandonado a la humanidad?…Cuando la Iglesia ni se la considera ya, ni se oponen siquiera a ella, y los hombres han olvidado a todos los dioses excepto la Usura, la Lujuria y el Poder”. Se niega a Dios, pero no se puede eliminar la búsqueda del sentido, la dimensión religiosa: el hombre acaba en una esclavitud antinatural.

Nuestra situación humana es el resultado de una herencia

En la Edad Media, las sociedades que habían reconocido el “hecho anómalo” sucedido en la historia, identificaban el origen, el ideal y el destino del camino en algo más grande: Dios. La variedad de los factores que constituyen la personalidad humana y la humana convivencia estaban llamados a una unidad, asegurando una concepción no fragmentada de la persona y por tanto, del cosmos y de la historia. La figura del santo era la imagen ejemplar de la personalidad humana: el hombre que habría realizado pa unidad de si mismo con el propio destino.

La ruptura en mil pedazos de aquella unidad y de esta figura humana constituye el gran cambio.

La matriz cultural de tal situación se remontaba a una triple raiz.

El descubrimiento de los manuscritos antiguos, salvados por los monjes, llevó los términos diosa “fortuna” o diosa “fama” que expresaban la convicción que el éxito en un aspecto particular de la vida era el dios.

Toda esta parcialidad, esta ausencia de unidad, caracterizará el hila conductor de la cultura moderna, del pensamiento y de la praxis. El “divismo” es un fenómeno difundido también hoy.

John Dewey, creador de la pedagogía americana, plantea como supremo criterio de la educación, la “eficiencia social”.

Estas trasformaciones de mentalidad no se han verificado de manera necesariamente irreligiosa. Dios es aceptado, pero el sentimiento del vivir fluctúa por su cuenta.

Dios se convierte en algo abstracto: es la herencia de los siglos pasados. Sin embargo, ni siquiera en esta idea nueva del hombre, entendido en modo autónomo, Dios es necesariamente eliminado. Cornelio Fabro sintetiza bien lo que sucede: “Dios, si existe, no importa”. Dios no tiene que ver con el hombre concreto, con sus intereses, sus problemas ámbito donde el hombre es medida para si mismo, señor de sí mismo, fuente de la que brota la imaginación del proyecto y la energía para su realización, incluida la normativa ética implicada en ella. En el ámbito de los problemas humanos Dios, si existe,

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