ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

El Juez En Aristóteles


Enviado por   •  5 de Julio de 2013  •  1.216 Palabras (5 Páginas)  •  338 Visitas

Página 1 de 5

La justicia, la política, la ética, la economía y el uso del lenguaje son prueba de que el hombre es, como lo mencionaba Aristóteles, un Zoon Politikon ya que naturalmente el hombre necesita de los demás para su sobrevivencia y esta es la razón por la cual decide agruparse. Pero esta convivencia debe ser buena en todo sentido, puesto que todos los hombres desean por naturaleza vivir bien y como por necesidad —y naturaleza— deben estar en comunidad (κοινονία), es importante que su “vida política” se efectúe de la mejor manera.

Los asuntos humanos tienen una característica primordial que los diferencia de las matemáticas y de las ciencias naturales, ya que los primeros tienen la posibilidad de ser de una manera u otra distinta, puesto que son asuntos que varían según cada hombre y según su polis o régimen político. Cada hombre puede deliberar acerca de la mejor manera de llegar a un fin, de obrar justa o injustamente, de determinar si algo es bueno o es malo y de la mejor forma de presentar un asunto por medio de la oratoria, de manera que pueda conseguir lo que se propone. El objetivo principal será mostrar qué papel tiene el juez y cómo debe ser su juicio frente a la persuasión del orador y, aún más importante, bajo qué parámetros debe guiarse para determinar ajustadamente los actos que se presentan ante él.

Al igual que Aristóteles plantea en su libro tres de la Ética nicomaquea, la necesidad de definir y distinguir los actos entre voluntario (ἑκουσίοις), involuntarios (ἀκουσίοις) y no voluntarios (oὐχ ἑκούσιον), así mismo hemos de hacer uso de esta distinción para poder determinar el valor ético de las acciones. Los actos involuntarios son descritos por Aristóteles como aquellos que se realizan de forma forzosa o por ignorancia, pues no actúa voluntariamente quien no se mueve por su mismo deseo, ni tampoco lo hace quien desconoce la finalidad de sus actos. Son entonces las acciones forzosas aquellas en las que su causa está por fuera de quien las ejecuta y las que se hacen para evitar una consecuencia. Tampoco son voluntarios los actos en los que se desconoce su finalidad, o bien, el fin que se espera es otro. Estos son propiamente no voluntarios, ya que el que obra sin saber el por qué de su acción no actúa voluntariamente, pero si después de haber realizado el acto no se encuentra arrepentimiento en él, éste no puede ser considerado involuntario.

Con lo anterior, podemos ver entonces qué se considera como una acción voluntaria, ya que lo voluntario es contrario a lo involuntario. Por eso, los actos voluntarios son los que no se realizan forzosamente y se hacen con conocimiento claro del fin perseguido. Quien mata a alguien por gusto actúa voluntariamente, puesto que está actuando por su voluntad y el que roba también lo hace, pues sabe qué desea hacer. Son propios de las acciones voluntarias el deseo (βούλησις), la deliberación (βούλευσις) y la elección (προαίρεσις), pues todas estas se encuentran en el individuo que las ejecuta. De esta manera, de la deliberación se pasa a la acción concreta, pues una elección (proaíresis) es una deliberación previa que conlleva a la acción.

Sólo de las acciones voluntarias es posible afirmar que son justas (dikaios) o injustas (adikaios), pues estas son deliberadas y, aunque tiendan a un fin particular, en tanto el hombre es ante todo un zoon politikon, sus acciones afectan a la comunidad política (koinon politiken).

Toda polis tiene unas leyes (nomos), las cuales son justas en tanto son instituidas para el bien común, y sus habitantes deben regirse por estas, pues su cumplimiento garantiza la estabilidad de la polis. De ahí que la justicia se mida a partir de las leyes. Sin embargo, las leyes son de aplicación general, es decir que la ley no contempla los

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (7.4 Kb)  
Leer 4 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com